🍉; O32.

918 127 11
                                        

Al final, llegaron al departamento de Hyunjin más tarde de lo esperado. Pero bueno, qué más daba.

Tocó la puerta un par de veces, percibiendo la emoción del minino por su cola inquieta. Cuando la madera se abrió, dejando ver al bello chico de cabello castaño frente a ellos, Haechan prácticamente se lanzó a sus brazos. Prácticamente, porque cayó en el suelo y empiezo a maullar para que el más alto le cargara.

—Hola, hola~— dijo el del lunar con una sonrisa, ya sabiendo lo que el minino quería. Lo tomó en brazos, regresando su atención hacia el canadiense—. Pasen, pasen.

El castaño se hizo a un lado, dejando espacio para que el pelinegro pasara. Cuando estuvieron en la sala, Hyunjin dejó al animalito en el suelo. —Innie está en la habitación— fue lo que dijo. Ante esto, Haechan corrió hacia el lugar indicado para ver a su bebé.

Mark se sentó en el sofá de dos plazas, Hyunjin haciendo lo mismo en uno de los individuales frente a él. —Lo siento por tardar— se disculpó. Hyunjin se encogió de hombros, indicando que no era molestia y que no se preocupara—. Nos encontramos con un par un tanto extraño cuando veníamos hacia acá.

Hyunjin soltó una risita. —Estoy seguro de que eran Felix y Changbin, ¿cierto?

Mark asintió. —¿Los conoces?

El castaño asintió. —Felix va en el club de baile conmigo— contó—. Y Changbin, pues... Es Changbin. Novio de Felix.

—¿Novios?— exclamó con asombro—. Por lo poco que vi, al principio creí que iban a matarse.

Hyunjin volvió a asentir, riendo. —Ellos son así, no hay día en que no discutan por cualquier tontería. Son el uno para el otro. ¿Dijeron algo extraño?

—Haechan quedó encantado con el chico alto-

—Felix— acotó Hyunjin.

—Felix— asintió—. Así que se le quedó viendo un rato. Felix dijo que suponía que era atractivo para los animales porque a Changbin le había parecido.

Hyunjin soltó una carcajada, característica suya, de esas que se escuchan hasta el polo norte y cualquiera reconocería. —Me gusta la relación de esos dos. Es extraña, de una buena manera.

Mark asintió de acuerdo con lo que había dicho Hyunjin.

•°•°•° 🐈 °•°•°•

—¿Dices que te sientes extraño?— preguntó el cánido con preocupación—. ¿No estarás enfermito, Sunnie?

Donghyuck negó, tomando la muñeca de Jeongin y apartándola de su rostro con delicadeza. —Nop. Sólo pasa cuando estoy cerca de Mark.

—¿Sólo cuando estás cerca de él?— inclinó la cabeza, confundido, haciendo que sus orejitas se movieran tiernamente. Y al corazón de Hyuck derretirse, pero eso ya es aparte.

¿De qué estaban hablando?

Luego de la cálida bienvenida por parte del híbrido de zorro, se habían sentado en el suelo de la habitación, comiendo de las galletas favoritas del cánido y hablando de temas triviales.

Hasta que Donghyuck quiso sacar a luz lo que le había estado ocurriendo durante las últimas semanas.

Se sentía extraño. No sabía si de buena o mala manera, pero siempre ocurría cuando estaba cerca de su dueño. No lo entendía, por no decir que no entendía nada de sentimientos que no fueran el cariño que sentía tanto por su hermano, como por Jeongin.

Pensaba que la palabra "cariño" no era suficiente para lo que sentía hacia el canadiense, pese a que no tenía muy claro qué era exactamente lo que sentía.

—¿Qué era lo que te daba?

—No sé, me siento... ¿nervioso? ¿ansioso? Cuando está cerca. Y algo extraño aquí— tocó suavemente su pecho—, cuando le veo con alguien más. También se siente bien cuando dormimos juntos, y no puedo evitar estar triste cuando se tiene que ir a la universidad.

—Uh...— murmuró Jeongin, pensando en alguna enfermedad que tuviera síntomas como los que su mayor presentaba—. No lo sé... Mejor te contaré un secreto, pero no le digas a nadie, ¿sí?

—¿A Mark tampoco?— puchereó.

Jeongin negó con los ojos cerrados. —Mucho menos a Jinnie— dicho esto, el cánido se acercó a Donghyuck, susurrando algo en su oído.

—¿De verdad?— preguntó el otro, algo sorprendido. Jeongin asintió, desviando la mirada con las mejillas enrojecidas, avergonzado—. Pero tampoco sabes qué es— supuso, a lo que el menor volvió a asentir—. ¿Deberíamos preguntarle a alguien?

—Sí, pero, ¿a quién?

—Conozco a alguien— Donghyuck sonrió. Jeongin le miró con emoción—. Pero antes debemos salir de aquí.

—Como... ¿escaparnos?

—Sí.

cat || markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora