cat || markhyuck

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—¡Jungwoo hyung!— el llamado solamente provocó que sus piernas se movieran lo más rápido que era posible—. ¡Hyung! ¡Déjame explicarte! ¡Por favor!

—¡No quiero escucharte, Wong!— gritó de vuelta, viendo que faltaba casi nada para que el chino le alcanzara—. ¡Déjame en paz! ¡No quiero verte!

—¡Hyung!— volvió a llamar, desesperado, aumentando un poco más la velocidad. Jungwoo se había detenido un momento para coger aire, a lo que él aprovechó para ir y rodearlo con sus brazos—. Hyung...— exclamó, con voz ahogada.

—Déjame— dijo el otro con voz débil, las lágrimas acumulándose en sus ojos—. No quiero verte. Déjame.

—Puedo explicarlo. Sólo-

—¿Explicar qué?— dijo, encarándolo—. ¡¿Cuándo pensabas decirme que eras parte de esa mierda?! ¡Por culpa de ellos soy lo que soy! ¡Por culpa de ellos tuve que abandonar a la persona que más amo en este mundo! ¡¿Y tú vienes y me dices que eres uno de ellos?!

—¡Hyung!— exclamó, acallándolo. Jungwoo apretó los labios en una fina línea, desviando la mirada—. ¡Lo dejé hace mucho tiempo! ¡Lo juro!

—¿Por qué debería creerte?— Jungwoo sorbió los mocos, sin atreverse a mirar a Yukhei. Sabía que si le miraba, caería. Y no quería eso—. ¿Cómo sé que no vas a regresarme con ellos?

—Porque tú eres lo que más amo en el universo— Jungwoo tragó, sorprendido. Ahí estaba la palabra con "a"—. Dejé eso porque la culpa me consumía, y me mudé aquí para que no me molestaran más— comenzó a contar, girando el cuerpo de un ahora dócil Jungwoo, aunque era más por la sorpresa que sus palabras le provocaron—. Aquí nadie me conocería. Es la misma red, pero yo trabajaba en la sede de Hong Kong. Un día, después de ver cómo mataban a alguien de los suyos sin dudas ni arrepentimientos... sentí miedo. Y me sentí peor con el pasar de los días al ver a los híbridos salir de las habitaciones... No podía, y estaba a tiempo para arrepentirme. El jefe por alguna razón me dejó ir...

—Volviste a contactarlos— dijo con amargura, mirándolo a los ojos enrojecidos—. Volviste a hacerlo.

—Sí— admitió—. Pero fue por una buena causa. Sé que ellos te tuvieron, y por lo que me contaste, decidí ir. Me debían un favor, después de todo— dejó un beso en la sien del más bajo, apretándolo más contra sí—. Ellos no tocaran a tu hermano. Me lo ha prometido.

—¿Y cómo estás seguro de que va a cumplir su promesa?— espetó—. Ellos son de todo menos sinceros.

Lucas sonrió. —Hyungsik es un hombre que cumple sus promesas— aseguró, dejando un beso ahora en su mejilla—. Ahora que sabemos que no está ahí, podemos buscarlo. ¿Qué dices?— ofreció. Jungwoo le miró, esperanzado—. Podemos ir al albergue. Seguro está ahí.

—Pero yo...

—Nada— otro beso, esta vez en sus labios—. Yo te acompañaré, ¿bien? Haremos esto juntos.

Y así, viendo la mirada que Jungwoo le daba, el brillo emocionado aún después de haberle contado sobre su pasado, le motivó a seguir con la búsqueda. Y, por su parte, Jungwoo estaba odiándose por ser tan débil.

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Jungwoo estaba nervioso.

Ese día, irían al lugar en el que se había separado de su hermano. El lugar en el que le había abandonado, dejándolo a su suerte. Aunque no creía en Wendy fuese alguien que incumpliera sus promesas.

El lugar en el que todo había comenzado.

Obviamente iba a estar nervioso, pero la presencia de Yukhei y sus constantes parloteos hacían que se olvidase de ello por unos momentos. Y, más pronto de lo que había esperado, se encontraban frente a la entrada del establecimiento. Y los nervios y esas horribles náuseas habían regresado.

—Tranquilo. Ya verás que él estará feliz de verte— dijo con una sonrisa. Jungwoo asintió, apretando el agarre en la mano del más alto, y ambos entraron al establecimiento, las campanas sobre la puerta anunciando su llegada.

—Bienvenidos a- ¿Jungwoo?— La chica se interrumpió a sí misma, sorprendida al ver al chico del que no sabía hace mucho. Todo era igual, a excepción de que le veía un poco más alto, su cabello ahora era de color naranja y, por último pero no menos importante, iba acompañado.

—¡Wendy!— exclamó el pelinaranja, abriendo sus brazos.

—¡Jungwoo!— chilló la chica, lanzándose a los brazos del más alto. Jungwoo la abrazó con alegría, pues le tenía mucho aprecio—. ¡Ha pasado tanto! ¡¿Cómo estás?!

—Estoy bien— sonrió—. ¿Cómo está la mujer más bonita de todo el universo?

—Ay, me sonrojas— respondió la chica, mirándolo avergonzada—. Todo ha estado bien. Ya sabes, han cambiado al dueño, así que las cosas van para mejor.

—Uhm— Yukhei carraspeó—. ¿Debería sentirme celoso?

—Ah, lo siento— Jungwoo rió, separándose—. Wendy, él es Wong Yukhei. Mi...— tragó, sin saber cómo referirse realmente a él.

—Su novio— completó el chino—. Me suena mucho más bonito que decir dueño, aunque yo realmente hice todo el papeleo.

—¡¿De verdad?!— Wendy dio pequeños saltitos, emocionada—. ¡Eso es una estupenda noticia, Junguwu! ¡Estoy muy feliz por ti!

—¿Podemos apresurarnos?— preguntó el chino al mayor en un susurro—. Tengo hambre.

—Claro, grandote— dijo, palmeando los cabellos castaños—. Venía a ver a Donghyuck.

La sonrisa de la chica despareció gradualmente. —Ah, eso es...

—¿Le pasó algo?— preguntó de inmediato, preocupado.

—No, no— tragó, decidiendo omitir el hecho de que había regresado prácticamente inconsciente en brazos de uno de los agentes de la mejor agencia del país hace unos meses—. Él fue adoptado hace unos días.

Jungwoo suspiró, entre triste y aliviado. —Ah, realmente pensé que era algo malo...

Wendy negó, la sonrisa volviendo. —No. Sabes que aquí era muy querido.

Luego de charlar un rato más, ambos chicos decidieron salir del establecimiento, dirigiéndose a la cafetería (que, como dato curioso, era una sucursal de M.I.A) que se encontraba cerca.

Jungwoo estaba algo decaído. Pero sabía que su pequeño hermano ahora estaba en un lugar mejor. Su corazón se lo decía, y él nunca se equivocaba cuando de su bebé se trataba.

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y así termina la historia del luwoo. fue malo, ¿verdad? pero no daba para más.

¿quieren conocer la historia de algún otro personaje? acepto sugerencias. uwu