Cuando Mark salió de la habitación, donde había dejado a un Donghyuck con la barriga contenta y profundamente dormido, realmente no esperó encontrarse con sus dos invitados charlando animadamente en la sala del departamento. Más bien esperaba encontrar un par de moretones, quizá algo de sangre, pero no eso. Hyunjin solamente estaba un poco despeinado y Minho se veía tan pulcro como llegó.
-¿Todo bien?- indagó el canadiense, acercándose con cautela.
-Ya, ¿por qué tan asustado, Mark?- dijo Minho, burlón. Palmeó el lugar vacío en el sofá de tres plazas en el que únicamente se encontraba él, y Mark, ya más confiado, aceleró el paso para sentarse al lado del mayor-. ¿Es por esto?- cuestionó, sacando uno de los cuchillos con una velocidad impresionante y dejando el filo peligrosamente cerca del rostro del canadiense, asustándolo, haciéndolo retroceder. Minho rió al ver su reacción-. Es inofensivo, ¿ves?- dijo, sonriente, tomando la punta y tirando de ella hacia abajo. El cuchillo era de hule-. Los verdaderos están seguros en su escondite.
-Cielos- el canadiense rió, terriblemente nervioso por la bromita que su mayor hizo. Realmente creyó que iba a morir-. ¿Arreglaron sus cosas?
Minho asintió, a lo que Hyunjin bufó. -Pagará la cuenta de ambos cuando vayamos a la cafetería- se encogió de hombros-. Y cuando digo ambos, también incluyo a Jisung.
-Ustedes me van a dejar pobre- lloriqueó el alto-. Y tendré que vivir bajo un puente. ¿Has visto esta carita?- indagó, señalando su rostro-. ¡Cuántas cosas podrían hacerme a la intemperie!- dramatizó, lanzándose de espaldas hacia el sillón, desanimado.
-No seas dramático- Minho rodó los ojos-. No dije que iríamos todos los días.
-Pero Jisung es un tragón.
La mirada de Minho se endureció, su mano acercándose peligrosamente a la pernera. Mark tragó, temiendo por su vida, incluso. -Repítelo si te atreves, Hwang- dijo con voz apacible, levantándose sin alejar la mano de esa parte de su cuerpo. Hyunjin sonrió, levantándose, retándolo.
Con más rapidez de la que la mirada de Mark pudo seguir, Minho tomó al alto de la camiseta, alzándolo en el aire y dejándolo en el suelo, subiéndose a él y teniendo el cuchillo real cerca de la garganta del menor en menos de un parpadeo. El canadiense estaba estático, mirando la escena con los ojos casi desorbitados, sin saber que podría hacer exactamente.
Se descolocó más cuando escuchó la carcajada de Hyunjin, seguida de las leves risitas de Minho. El mayor liberó de su prisión improvisada al contrario, extendiéndole una mano para ayudarle a levantarse.
-Has mejorado- silbó el castaño, sacudiendo sus pantalones-. He de admitir que me has tomado desprevenido. Bien hecho, hyung. ¿Acaso practicas en sueños?
-Ja, ja. Muy gracioso, Hwang- Lee rodó los ojos, volviendo a su lugar al lado del canadiense, sacándolo de su asombro-. ¿Qué te ocurre?- le preguntó al pelinegro, guardando el cuchillo en la pernera.
No lo sé, tú dime.
-¿El cuchillo era real?- soltó en un balbuceo, atolondrado. ¿Con qué clase de chiflados se estaba juntando?
-¿Este?- indagó Lee, volviendo a sacar el objeto para lanzarlo hacia la pared, clavándolo en la misma-. ¿Eso es suficiente?
-¡Pero hyung, le hiciste un hueco a la pared!- chilló Hyunjin, levantándose y yendo rápidamente hacia la pared, sacando el cuchillo y señalando con los brazos abiertos el daño, exasperado por la indiferencia del peliazul. A Mark no podía importarle menos la jodida pared. Estaba más ocupado pensando en si había sido una buena idea seguirle la corriente al menor de los tres con eso de aprender lo básico.
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cat || markhyuck
Fiksi PenggemarMark no sabía que realmente necesitaba compañía, hasta que conoció a Donghyuck.