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El canadiense analizó cada detalle de la chica. Desde su ropa desarreglada, el cabello alborotado, hasta las mejillas sonrosadas. Lucía de todo menos bien, e incluso pudo percibir la vergüenza que los ojos de la misma transmitían.

Decidió ignorar que lucía como si acabara de... Bueno, eso. Su atención regresó a su gatito, mismo que carraspeó antes de comenzar a hablar.

—Ella es Yeji— comenzó, con la mirada gacha—. Sé que no debí traerla aquí, que hubiera sido mejor llevarla con Hyunjin, pero no podía dejarla así. Está herida— fue con esa frase que Mark se percató del vendaje en una de sus muñecas, y otro desde el tobillo casi hasta llegar a la rodilla—. Y estaba en su... eso. Simplemente no podía— negó.

Mark alzó una ceja ante lo último. —No me digas que tú...— dejó la oración sin terminar. No quería ni imaginárselo.

Sabiendo a lo que se refería, Donghyuck alzó la mirada, completamente sonrojado. —¡Por supuesto que no! Dije que estaba, terminó unos minutos después de que la trajera aquí— balbuceó, mirándolo alarmado. ¿Cómo podía siquiera pensar en eso?—. Yo sólo quería ayudar y... Ay, ¿en qué cosas piensas, Makku? No podía llevarla al albergue en ese estado y entré en pánico. Lo único que se me ocurrió fue traerla aquí sin que Seungmin lo notara.

Mark suspiró, sentándose al lado del moreno en el colchón, mirando a la chica jugar con su cabello. —Pensamos que tú... ya sabes...— murmuró, sin querer decir nada en presencia de la desconocida.

Donghyuck negó repetidas veces. Esos últimos días se había estado sintiendo extraño, con una rara necesidad de estar todo el día pegado a su dueño. No es como si no siempre fuera así, pero los sueños que comenzó a tener desde hace dos noches le confirmaban que algo no andaba bien con él. No sabía qué era, y tampoco se lo había dicho a nadie. Suponía que era por eso, que pronto se sentiría de una manera que prefería no pensar. Y muy a su pesar, era algo que no podía evitar.

—No aún— dijo bajito, para que solamente su humano le escuchara. Mark asintió, ya más tranquilo—. ¿Estás enojado?— preguntó, en voz bajita. Con tantas cosas que había hecho ya, no le sorprendería el que Mark comenzara a cansarse de él.

Mark soltó una risita. —Sí que hiciste mal al no llevarla con Hyunjin— afirmó, encogiéndose de hombros, sonriendo aún más al ver la expresión culpable de su minino. Quiso comérselo a besos ahí mismo, pero no lo creía correcto—. Pero también me siento orgulloso. A pesar de todo la ayudaste, y eso es algo bueno.

—Y-Yo...— la atención de ambos se desvió al escuchar la pequeña voz, notando a la chica acercándose temerosamente a ellos—. Le agradezco mucho, pero no quiero ser una molestia...

Mark sonrió, negando, gesto que tranquilizó a la bajita. —Puedes quedarte hasta que esas heridas sanen completamente— ofreció, recibiendo un par de miradas sorprendidas por parte de los híbridos.

—¿De verdad?— preguntó Donghyuck, alegre. Dio un par de saltitos al ver al canadiense asentir, dándole una sonrisa a Yeji, misma que devolvió el gesto con algo de vergüenza.

—Creo que la habitación extra merece ser usada una vez, ¿no?— bromeó, recibiendo un pequeño "gracias" de parte de la chica y una presión en sus labios que definitivamente duró más de lo que debía, tomándolos por sorpresa, a ambos—. Hyuck, ahora no— masculló, avergonzado.

—C-Creo que es mejor darles un momento— balbuceó la castaña, intentando salir apresuradamente de la habitación, avergonzada, fallando al estar herida, antes de que Donghyuck la ayudara a llegar a la habitación y volviera al lado de su dueño, posicionándose sobre su regazo.

Mark chasqueó la lengua, ahora sí sosteniendo al moreno de la cintura y atrayéndolo a su cuerpo como tanto había querido desde que le vio así de rojito. Era débil, lo sabía, pero no podían culparlo. No cuando tenía a alguien como Donghyuck ante él.

—La asustaste— regañó, rozando su nariz con la de Donghyuck. El moreno rió, encogiéndose de hombros y volviendo a unir sus labios.

—Pensé que la echarías— comentó al separarse, jugando con los cortos cabellos de la parte trasera del cuello del mayor.

Mark abrió la boca, indignado. —¿Qué te crees que soy? ¿Un imbécil sin sentimientos?

—Tal vez— respondió con una sonrisa juguetona, su cola moviéndose de lado a lado, demostrando la clara emoción que lo albergaba.

—Ya verás...— amenazó, recostando el cuerpo del castaño sobre el colchón, quedando sobre él.

Volvió a besar los labios que tanto amaba, olvidándose momentáneamente de todo lo que había ocurrido esa tarde.

Tenía varios sentimientos encontrados, siendo sinceros, todos opuestos. Por un lado, estaba esa pequeñísima parte, la de los pensamientos impuros, que ansió ver a Donghyuck en ese estado. Después estaba la más razonable, la que provocaba que quisiera darse con una sartén en la cabeza para sacarse semejantes pensamientos, y la que le regañaba por el mismo motivo.

Bueno, supongo que la reserva será para después.

•°• 🐈 °•°

¿a qué creen que se refiere mark con "reserva"? jsjs

cat || markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora