Bien hecho, Lee.
Se regañó mentalmente, sin detener su andar ansioso cerca de la cama. La cagó. La había cagado en grande y si antes no había pensado por la calentura ahora no lo hacía por el pánico.
Ay Jesusito, ¿qué mierda hice?
Eso era lo que se preguntaba, pasándose las manos por el cabello en un mísero intento por calmarse.
Bueno, pues, la reserva te sirvió bastante, ¿eh, bastardo?
Y no podía quejarse acerca de lo que la vocecilla de su consciencia le decía, porque sabía que tenía razón. Y debido a su imprudencia, ahora podría tener que comprar pañales o fingir que compraba cigarrillos. No sé. Cualquiera.
Eso te pasa por andar pensando con la cabeza de abajo, imbécil. Ahora te haces cargo.
Suspiró, deteniéndose. Se volvió a pasar los dedos por el cabello, tirando un poco de él antes de bajar los brazos, rendido. Se mordió el labio, viendo con una mezcla de pesar y amor al minino que respiraba tranquilo sobre la cama.
Donghyuck no tenía la culpa de nada. Él-
Pues no. ¿Quién es el que anda pensando con el pene? Tú, y tú, y tú, y solamente tú.
Rodó los ojos, hastiado. Lo menos que necesitaba en esos momentos era que le dijeran la verdad. Inhaló hondo, tomando el teléfono de la mesita de noche y decidiendo llamar a la única persona que con la que podría hablar de esto seriamente y ser aconsejado.
—¿Mark?
—¿Nunca has pensado en ser el padrino de alguien, hyung?— soltó rápidamente, bajito—. Porque yo estaría encantado de darte ese honor.
Chan se mantuvo en silencio unos momentos antes de inhalar. —No me digas que hiciste lo que creo que hiciste.
Se mordió el labio, culpable. —¿Ups?
—Voy enseguida— y colgó.
Un estruendo fuera del departamento lo sobresaltó, echándole un rápido vistazo al moreno, temiendo que hubiera despertado, soltando el aire que no sabía que estaba reteniendo al ver que no fue así. Agradecía el que Donghyuck tuviera el sueño pesado, pese a que a veces temía que, de ser una emergencia, no despertaría rápido. Un gritito escapó de sus labios al encontrarse con Jeno en la puerta, prácticamente analizando su alma con la mirada.
—¿Y tú qué?— espetó, nervioso. Al menos se había puesto un pantalón y cubierto a Donghyuck con las mantas.
—Chan me dijo que lo han hecho sin protección— respondió, a lo que Mark se quedó sin aire. ¡Pero si acababa de colgarle!—. ¿Te das cuenta de lo que eso significa?
Mark abrió la boca para responder, pero una segunda voz interrumpió cualquier intento para defenderse. —Sí, Lee. ¿Acaso no sabes usar el cerebro?— dijo Minho al lado de el rubio, ya ansiando ver el rostro de Hyunjin cuando le dijera que perdió la apuesta. Mark lo miró interrogante—. Chan me lo ha dicho.
¿Pero qué?
—¡Mark Lee!— una tercera voz se escuchó, y Mark siseó automáticamente. No quería que despertaran a Donghyuck—. Lo siento— Hyunjin se detuvo, alzando los brazos ante la mirada que el canadiense le dedicaba—. Chan me acaba de decir lo que has hecho y-
—Dios, ustedes son rápidos— todos voltearon a ver al australiano mayor, quien iba acompañado de su novio, Seungmin, Felix y Changbin—. No les he contado para que reclamen. Les conté para que le den apoyo moral— regañó el ahora pelirosa, dándoles una mirada de advertencia a los demás—. Lo que Mark hizo no es nada malo, al menos si se hace responsable de sus acciones— declaró, acercándose al canadiense y dándole una mirada comprensiva—. ¿Cómo te sientes?
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cat || markhyuck
FanfictionMark no sabía que realmente necesitaba compañía, hasta que conoció a Donghyuck.