Mark sintió como alguien soplaba su rostro, apretando los párpados inconscientemente debido a la molestia que el mentolado aliento de quien sea que se atreviera a hacer semejante cosa le generaba. Intentó abrir sus ojos, fallando miserablemente por lo mareado que se sentía. Los cerró de nuevo, decidiendo esperar un poco antes de volver a intentar. Un ruido lo sobresaltó.
—¡Está despertando!— medio gritó alguien.
Eso ciertamente le confundió. Seguido de ese, escuchó lo que parecía ser un revoluto fuera o cerca de donde estaba, también alguien tropezando.
—Fuck— masculló la voz.
—Felix, hazme el favorazo de no maldecir. Jeongin está aquí.
—¿Qué significa eso, Jinnie?— preguntó inocentemente el cánido; ante esto, Hyunjin le dio una mala mirada al australiano.
—Nada, bebé, nada— arrulló el castaño, mirando de soslayo al pecoso, quien alzó las manos con inocencia.
—Lo siento, pero estuve a punto de estrellarme contra el suelo. No quiero una rinoplastia— replicó, haciendo una mueca.
—Hyunjin tiene razón. Lenguaje, Lix.
—Yo no te eduqué así, Felixiano— ¿Chan?
—Pero hyung-
—Shh. Está despertando.
Apretó los párpados de nuevo, abriendo los ojos lentamente, esta vez teniendo éxito. Lo primero que pudo vislumbrar una vez su vista se enfocó, fue la espantosa luz dando directamente en sus sensibles orbes. Soltó un quejido, cubriéndose con el antebrazo. Temía quedarse ciego si seguía viendo esa luz.
—¡Hyu-!
—Que te calles, joder. Al menos déjale despertar correctamente.
—Lenguaje— masculló Hyunjin, siendo apoyado por Chan. Minho se encogió de hombros, ignorando la mirada que le dedicaba el más alto.
Mark se sentó sobre el colchón, lentamente y con cuidado. Se sentía mareado, aturdido, y no tenía ni la más mínima idea de dónde se encontraba. Su mirada pasó distraídamente por las decoraciones de la habitación, haciendo lo mismo con los presentes que le miraban expectantes, a la espera de que dijese algo.
¿Qué había pasado?
No podía recordar nada.
Se quedó en silencio por un rato, intentando recordar o al menos intentar encontrar un indicio de lo que hubiese ocurrido, algo que le indicara cómo había terminado ahí.
La única escena que llegó a su mente fue cuando estaban en la cafetería, hablando de cosas que no recordaba en ese preciso momento, hasta que Jeongin llegó y les dijo que Donghyuck...
Oh, claro. Donghyuck.
—¿Dónde está Donghyuck?— fue lo primero que dijo, su voz saliendo baja y ronca. Se aclaró la garganta, sintiendo que dolía ligeramente antes de mirar a los mayores en busca de una respuesta.
—En casa— respondió Woojin.
—Pero...— murmuró, perdido—. ¿Él no estaba...?— Hyunjin asintió en respuesta—. ¿Qué pasó...?
—Te desmayaste— dijo Minho con gracia, intentando no reír—. Estás en el departamento de Felix y Changbin porque es el más cercano al tuyo. Llevas cerca de una hora así.
Ah, eso tenía sentido. Había entrado en pánico.
—¿Una hora?— repitió, alarmado—. ¿Cómo está?— preguntó, refiriéndose a su minino.
—Woojin lo trajo al departamento— comenzó el australiano mayor, mirándolo—. Hyunjin y él se encargaron de darle supresores en este tiempo y eso aligeró un poco las cosas. Hace poco fueron a revisar y está más tranquilo.
Mark asintió, procesando la información lentamente. ¿Qué tan ridículo era desmayarse por una cosa así? Pero bueno, no podían juzgarlo. Incluso él se lo esperaba. Aún así, importándole poco si había pasado vergüenza o no, se levantó con algo de dificultad.
—No tan rápido— advirtió Hyunjin. Mark hizo caso omiso, sintiendo el mareo como consecuencia de su imprudencia, cayendo de vuelta al colchón. Debió obedecer esta vez.
—Necesito ir— dijo en un susurro, levantándose con éxito. Los demás sólo observaron en silencio como el canadiense desaparecía por la puerta de la habitación, dejando que hiciese lo que tuviera que hacer. Una vez la puerta de la entrada cerrándose se escuchó, los presentes compartieron una mirada.
—¿Tú crees que esté bien?— habló Minho luego de un rato.
Hyunjin se encogió de hombros. —El efecto del supresor está por acabar. Espero que Mark esté preparado.
—¿Deberíamos pensar nombres por si acaso?— dudó Felix.
Chan soltó una risa. —Confiemos en él. No creo que sea tan imprudente.
—Veinte a que nos vendrá con la noticia— los humanos escucharon el murmullo de Minho. Los demás asintieron, de acuerdo, no obstante sin decir nada. Lee puchereó al ver que nadie quería apostar. Nadie, excepto Hyunjin.
—Veinte a que no tendremos que comprar pañales— replicó, con una seguridad que les pareció extraña. Minho asintió, aceptando.
—En fin— exclamó el Lee menor, estirándose—. ¿Les apetece ir a M.I.A? Realmente no quiero escuchar eso— fingió un escalofrío.
Minho se levantó, estando de acuerdo con la propuesta del pecoso. Habían estado hace poco tiempo en el lugar, pero ¿podían juzgarlo? Le encantaba lo que ofrecían ahí. —Vamos.
—¡Genial!— celebró el rubio, dando pequeños saltitos—. Le enviaré un mensaje a Changbin para que se pase por ahí.
Y dicho esto, emprendieron camino hacia la cafetería, pensando exactamente lo mismo.
Que la suerte te acompañe, bro.
•°• 🐈 °•°
no estoy lista 😔👌🏻
pd. me ven actualizando re tarde pq felix weon me ha dado un susto de muertE. alguien que le diga que lo amo, graciela.
ppd. ¿les parece si les dejo el número en el tablero de mensajes? borro en unas dos o tres horas. que la suerte los acompañe.

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cat || markhyuck
FanfictionMark no sabía que realmente necesitaba compañía, hasta que conoció a Donghyuck.