Desde que había confirmado que su gatito era más que un simple gato, Mark había aprendido muchas cosas acerca de él.
Como por ejemplo, aprendió que le gustaba cantar. Cuando había preguntado donde había aprendido a hacerlo (porque lo hacía espectacular), se sorprendió al escuchar que no había aprendido de ninguna parte. ¡Era increíble! Su gatito era talentoso, inteligente, y muy, muy perspicaz, tanto así, que incluso se daba cuenta de cosas que él no. Lo hacía sentir como una madre orgullosa.
También aprendió que los mimos eran una de sus cosas favoritas en el mundo, además de su hermano (que no sabía que tenía; y del cual el moreno le habló hace poco) y la comida.
En fin, a pesar de que pensaría que le traería muchos problemas, en realidad no fue así. Al menos no tantos como esperaba.
Aunque quizás debería hacer algo con lo territorial (o celoso, realmente no sabía cómo definirlo) que era.
Como en ese momento.
—¿Se puede culpar a un gato por asesinato? — murmuró el rubio, temeroso, sin apartar la vista del felino que lo miraba fijamente.
Mark detuvo lo que estaba haciendo, dejando el lápiz sobre la mesa y acomodando las gafas sobre el puente de su nariz. —¿De qué hablas?
El mayor pasó su mirada del canadiense al minino un par de veces, para luego apuntar al último con cuidado de no ser visto.
El pelinegro miró donde su hyung apuntaba, soltando una risilla al encontrarse a su gatito en la misma posición que adoptaba siempre que Chan llegaba a casa. —Déjalo.
El australiano suspiró con pesar. —Creo que me odia. — espetó con un puchero, poniendo una mano sobre su pecho. —Yo quiero que seamos amigos.
—Se le pasará. Él es así con todos.
Chan lo miró como si tuviera tres cabezas extras. —¿"Con todos"? ¡Pero si sólo es conmigo! — exclamó alterado, asustando a Mark.
—Ya, hyung, exageras. — se encogió de hombros, divertido por la indignación de su amigo. —Creo que sólo se siente amenazado. Piensa que quieres robarme.
—¿Tengo que recordarte que tengo novio? — cuestionó el rubio con una ceja alzada. Su expresión se deformó al hacer una mueca cuando recordó algo. —¡Y él adora a Woojin!
—¿Que yo qué? — habló el último mencionado, asomándose por la puerta de la cocina. Haechan, al notarlo, se apresuró a llegar hasta el mayor de los tres. —Oh, hola, gatito. — saludó, acariciando las orejitas del animal y sonriendo al escuchar los maullidos y ronroneos que le dedicaba.
Mark observaba todo, todavía divertido. Tuvo que reprimir una carcajada al notar la expresión entre asombrada e indignada del de cabello rizado.
—¡¿Ves?! — chilló Chris, extendiendo los brazos para señalar a aquel par.
—No es como si pudiera hacer algo. — dijo el canadiense con simplicidad. —Estamos hablando de Woojin. — explicó, mirando a su minino siendo cargado por el pelinegro.
Y vaya que tenía razón.

ESTÁS LEYENDO
cat || markhyuck
FanfictionMark no sabía que realmente necesitaba compañía, hasta que conoció a Donghyuck.