Donghyuck sintió cómo su respiración fallaba, haciéndose difícil una acción tan simple como lo era la correcta entrada de oxígeno en sus pulmones. ¿Dónde había un tanque de oxígeno cuando se le necesitaba?
Sus manos temblaban, sus piernas igual, y si no fuera porque estaba apoyado en Mark, habría caído de bruces contra el suelo.
—¿Q-Qué?— soltó en un aliento, estupefacto. ¿En verdad Mark dijo lo que había dicho? Se le hacía increíble.
Vio como asentía, una sonrisa que aparentaba ser tranquila estiraba sus labios; mas la realidad era que estaba muriendo de nervios por dentro. Existía la mínima posibilidad de que Donghyuck no sintiese lo mismo, que incluso le golpeara, pese a que sabía que el híbrido estuvo a punto de decir exactamente lo mismo que él.
—No sé desde cuándo. Sólo sé que por alguna razón me sentía extraño cuando Woojin o Hyunjin se te acercaban de más, aunque fuera en tu forma animal— contó, la sonrisa ahora era avergonzada—. Era tonto tener celos por eso, pero no pude evitarlo. Cada día que pasaba me parecías más y más bonito, y cada vez mi autocontrol disminuía. Si sabes a lo que me refiero.
Donghyuck asintió con sus mejillas arreboladas, una sonrisa surcó sus labios. —Tambíen me gustas, Makku— soltó—. Y yo apenas lo descubrí. No como alguien, que tardó más de treinta y cinco capítulos en hacerlo— murmuró en voz baja, Mark pudo escucharlo.
—Lo sé— rió el otro, ignorando el extraño comentario que el moreno había hecho. Donghyuck le miró confundido—. Sabes que no es correcto besar a las personas mientras duermen, ¿verdad? Es invasivo.
Donghyuck se alejó inmediatamente ante esto. —¡¿No estabas dormido?!— chilló avergonzado, cubriendo su ardiente rostro con las manos—. Ay, Diosito, mejor llévame— lloriqueó mirando hacia algún punto del techo.
Mark rió, tomando el mentón del híbrido para hacer que le mirara. —No tengas pena— dijo.
—¡¿Que no tenga pena?!— lloriqueó el otro, cubriendo otra vez su rostro—. ¡En verdad creí que estabas dormido!
—¿Por qué lo hiciste?— preguntó con una sonrisa.
—Curiosidad— respondió sin mirarle.
—Uhm— murmuró, acercándose más al rostro del moreno—. ¿Todavía tienes curiosidad?
Donghyuck volteó a verle. Estuvo a punto de soltar un grito porque Mark estaba como que mucho, muy, demasiado cerca de su rostro. Pero, por alguna razón, no quería alejarse. —¿Qué insinúas?— retó, no queriendo ser intimidado, aunque por dentro estuviera desmayándose de los nervios.
Mark soltó una risita, acercándose al punto que sus narices se rozaban. —Podemos saciar tu curiosidad si quieres— ofreció. Donghyuck se quedó ido.
Donghyuck.exe ha dejado de funcionar. Lo siento, Mark. Estoy fuera de servicio.
La indirecta era más que directa, pero su cerebro no era capaz de interpretar la información en ese preciso instante. ¿Acaso Mark quería besarle también? ¿A eso se refería? Porque no veía motivo por el cual tuviera que estar tan cerca de su rostro, pasando su vista de sus ojos a sus labios repetidas veces.
Juró sentir como su mente hacia cortocircuito cuando Mark se inclinó un poco más hacia adelante, provocando un leve roce entre sus labios, claramente provocándole. O queriendo que se desmaye ahí mismo. Cualquiera.
Posó sus manos en el pecho del pelinegro, dejando una distancia considerable entre ellos. Buena para su estabilidad mental, malo para sus deseos de plantar sus labios en los de Mark.
—¿Qué pasa?— preguntó el otro, las caricias en su cintura no cesaban.
—Me estás poniendo nervioso— admitió—. Y quiero besarte demasiado, pero creo que me desmayaré.
Mark rió, ya bastante acostumbrado a la falta de filtro por parte de Donghyuck a la hora de hablar. —¿Por qué no sólo lo haces, entonces?
—Porque no quiero terminar en el suelo, duh— respondió como si fuera lo más obvio del mundo. Al menos su sentido del humor no se iba ni en los momentos más terribles.
—Hagamos esto— habló el pelinegro, recostándose en el sofá, Donghyuck aún sobre él, sus manos todavía sosteniendo su cintura—. Hazlo cuando te sientas listo.
Donghyuck asintió. Podía con esto, claro que sí. Se inclinó hasta estar cerca del rostro de su amo, acercándose y alejándose tentativamente. Mark lo miraba fijamente, esperando a que hiciera algo. —No hagas eso— balbuceó.
—¿Qué cosa?
—No mires, empeora— también estaba acostumbrado a la falta de coherencia, así que podía entender cualquier cosa a la perfección.
Otra risita escapó de sus labios, los cuales hormigueaban a la espera de sentir los carnosos del contrario al fin sobre los suyos. Después de todo, había estando imaginándolo por meses, siento su único indicio de lo bueno que sería el que le había dado cuando fingía estar dormido.
—Está bien— cerró los ojos, sonriendo—. ¿Mejor?
Donghyuck asintió, aunque Mark no podía verlo. —Aquí voy— murmuró, volviendo a acercarse.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca, dejando escasos milímetros entre sus belfos, se tomó un tiempo para apreciar las facciones del mayor. Su piel nívea, pómulos marcados, cejas delgadas, aunque no podía ver sus ojos, y labios delgados que se moría por probar. Ahora que lo pensaba, era tonto que no estuviera aprovechando para comerle la boca al canadiense como tanto había querido hace semanas.
Durante su momento de distracción, Mark aprovechó para poner una de sus manos en la nuca del moreno, atrayéndolo a sí y finalmente juntando sus labios.
Los ojos de Donghyuck se ensancharon, demostrando la sorpresa ante las acciones del mayor. Se fueron cerrando poco a poco, decidiendo disfrutar de la sensación que los labios del mayor moviéndose sobre los suyos le brindaba.
Su pecho se apoyó completamente contra el impropio, y sus manos fueron a parar tras el cuello del pelinegro, sus dedos jugaban con los cortos cabellos de ahí. Un jadeo escapó de su boca cuando Mark mordió el inferior, aprovechando para que su traviesa sinhueso se colara en la cavidad del moreno.
Donghyuck se dejó hacer, dejando que Mark controlara la situación al ser demasiado inexperto como para saber qué hacer. Se separaron en busca de aire, siendo escasos los segundos que pasaron antes de que Donghyuck volviera a besarle.
Volvieron a separarse, esta vez por el sonido de la puerta siento abierta. Sus miradas se dirigieron hacia el que se atrevió a interrumpir, encontrándose con la mirada asombrada de Jeno sobre ambos.
—Uhm— murmuró el rubio, de pie en la puerta. Mark se sentó sin dejar que Donghyuck bajara de su regazo, a lo que el felino optó por esconder su rostro en la curvatura del cuello de Mark, aunque sin poder ocultar la satisfacción que los exhibía debido al movimiento de su cola—. ¿Puedo preguntar?
—¿Qué quieres?— preguntó el otro, tosco, algo molesto porque en verdad estaba disfrutándolo.
—Venía a ver si seguías vivo, pero al parecer estás mejor que nunca— respondió con una sonrisa de oreja a oreja—. No me hagan caso, sigan en lo suyo.
No esperó respuesta para cerrar la puerta, sin que la sonrisa abandonara su rostro, caminando casi dando saltitos hacia su departamento.
Jaemin definitivamente no lo creerá cuando le diga.
•°• 🐈 °•°
8/8
pequeña maratón dedicada a HomoLogical porque su pequeña teoría en el capítulo 24 es realmente algo, jsjs <3

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cat || markhyuck
FanfictionMark no sabía que realmente necesitaba compañía, hasta que conoció a Donghyuck.