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Todos tenemos un pasado. Y, dependiendo de cada persona, puede regresar con más frecuencia de la que alguien podría desear, acechándote. Yukhei sabía que era algo que estaría ahí y tarde o temprano volvería.

Aunque, ciertamente, él prefería que fuese más tarde que temprano.

Pero, si quería ayudar de la manera que fuese a la persona que ama, tenía que hacerlo. Por eso, se obligó a sí mismo a tranquilizarse cuando el hombre que aunque parezca increíble era más alto que él le dejó pasar, soltando un suspiro una vez estuvo dentro del despacho.

—Vaya. Creí que no te veríamos por aquí nunca más, Huang— el tono de voz burlón del pelinegro que estaba de pie al lado de a quien solía llamar "jefe" le hizo rodar los ojos—. Tú mismo lo dijiste, ¿no? Que no querías relacionarte con toda esta mierda.

—Silencio, Eunhyuk— demandó el otro hombre, regalándole una sonrisa a Yukhei. Cualquiera que le viera a simple vista pensaría de todo menos los negocios que manejaba. El aludido se calló de inmediato, murmurando un "lo siento" y dándole una mirada molesta al chino que sonreía socarrón—. ¿Qué te trae de vuelta, Lucas? ¿Te arrepentiste?

Yukhei se acercó, tomando asiento al otro lado del escritorio, justo frente al mayor, cuando éste se lo indicó. —Vengo a cobrar ese favor, hyung.

Hyungsik entrecerró los ojos, mirándole, suspicaz, antes de soltar un suspiro. —Sabía que era demasiado bueno para ser verdad. ¿No has considerado volver a trabajar para mí? Sabes que no doy segundas oportunidades, ni mucho menos ruego tanto a alguien. Pero, no puedo negar que eras bueno.

Yukhei se mordió el labio, la culpa arremetiendo. —No lo creo. No puedo.

—Ah, el hombre y sus principios...— volvió a suspirar, apoyando los codos en el escritorio y entrelazando las manos—. Y devolver los favores es uno de los míos. No me gusta deber nada a nadie— chasqueó la lengua—. ¿Qué quieres?

—Dos cosas— dijo, mostrando dos de sus dedos—. Quiero saber cuál era el nombre del experimento exitoso— Hyungsik parpadeó, curioso ante su petición—. Y pedirte que no toquen a su hermano, sea quien sea.

El silencio reinó por unos momentos, antes de que la carcajada de Eunhyuk inundara el espacio, molestando a Yukhei. —¡¿Qué estás diciendo?! ¿Acaso el gran Wong Yukhei tiene sentimientos? ¿Se te ha ablandado el corazón?— exclamó con burla, algo sorprendido, aún riendo.

Yukhei apretó los dientes, dispuesto a decir algo, mas el mayor de los tres lo interrumpió. —¿No te he dicho que hagas silencio? Estás empezando a molestarme, Eunhyuk— espetó, haciendo que el aludido dejase de reír, haciendo una reverencia y murmurando otra disculpa—. ¿Puedo preguntar razones?— Yukhei abrió la boca para responder, pero le cortó con un gesto—. No importa. Ve a buscar los expedientes, anda.

Y esa orden hizo que la sonrisa del chino se agrandara. Sabía que Hyungsik era un hombre de palabra.

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—Sujeto número cero, tres, dos, cinco— el mayor comenzó a leer las hojas que contenían los datos personales del único sujeto que, hasta ahora, había soportado todo el experimento y con el cual había resultado exitoso—. Kim Jungwoo— Yukhei tragó duro al escucharlo. Así que realmente es él... Una parte de él tenía la esperanza de que fuese alguien más, de que sus sospechas fuesen erradas. Pero luego de que Jungwoo dijese "tuve la suerte de escapar" el pensamiento surgió en su mente para no dejarle en paz—. El nombre de sus padres lo desconocemos. Hermano mayor de Kim Donghyuck. Ambos estaban juntos en el mismo albergue. Nosotros estábamos interesados en el más pequeño, pero él decidió sacrificarse— soltó una risita, siendo imitado por Eunhyuk—. ¿No te parece adorable? Nos hizo prometerle que no le haríamos nada al pequeño. Pero bueno, eso está en veremos.

—No lo toquen— espetó Yukhei, serio—. Tú me lo debes, Hyungsik.

El hombre silbó. —Vaya... Si tú me lo pides, supongo que no tengo opción— suspiró, cerrando la carpeta y extendiéndosela al pelinegro—. Puedes irte tranquilo. No le haremos nada.

Yukhei lo miró sin creerle. —¿Lo prometes?— usó como último recurso, sabiendo que las promesas era otra de las pocas cosas que Hyungsik se tomaba en serio.

El mayor sonrió. —Lo prometo.

El chino asintió, levantándose y dispuesto a irse. No quería estar ni un segundo más ahí. —Hasta nunca, hyung.

Que empiece la búsqueda.

Ambos hombres observaron cómo el menor desaparecía, cerrando la puerta detrás de sí. Unos segundos pasaron, en los que solamente el silencio se escuchaba, hasta que la carcajada que soltó Eunhyuk lo perturbó, provocando una sonrisa en Hyungsik.

—¿No ibas a decirle la verdad?— preguntó, aún riendo—. Pensé que con él serías más sincero, hyung.

—Y lo fui— se encogió de hombros, mirando hacia el techo—. Él se veía aliviado cuando se lo prometí.

Eunhyuk soltó otra carcajada. —Eres malo, hyung.

Hyungsik sonrió, levantándose. —Lo soy. Pero no tanto como para romper las ilusiones de un niño al decirle que llegó un poquitín tarde.

cat || markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora