cat || markhyuck

🍉; O68.

¿debería dar un aviso? 🌝

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Mark se relamió los labios, un extraño hábito que tenía cuando se encontraba ansioso, acercándose lentamente a la cama en la que su minino estaba. Ya había pasado un buen rato observando a Donghyuck, los jadeos del mismo provocándole placenteros escalofríos que le recorrían entero. Se encontró hipnotizado por lo bonito que se miraba el moreno así, jadeando, mientras movía sus caderas y cola incesantemente. Repitió la acción, la parte de los pensamientos impuros tomando dominio de su raciocinio, miles y miles de ideas sobre lo que podría hacer en ese preciso momento pasándose por su mente e impulsándole a acercarse; deshaciéndose del cinturón de sus pantalones y desabrochando los mismos, pues sabía que no los necesitaría.

Cuando estuvo cerca de la cama, Donghyuck giró su rostro para mirarle, con los labios entreabiertos y la respiración errática escapando por los mismos en forma de soniditos que se le antojaron de lo más deleitables. La voz de Donghyuck era aguda, hermosa, ahora mucho más al encontrarse en ese estado. Le encantaba, y por un momento pensó que podría morir feliz si era escuchándolo.

—Hyuck— susurró, mirando fijamente al minino, sin moverse de su lugar al lado de la cama. No veía necesario tener una charla en ese preciso instante, pero tampoco le parecía correcto ir y arremeter contra él así como así. Quería hacer las cosas bien, con todo el amor y cuidado que su hermoso gatito se merecía. Donghyuck gimoteó en respuesta, a lo que Mark tragó, sintiendo la ya familiar punzada en reacción al sonido que llegó a sus oídos.

Sin esperar más, se subió a la cama, girando el cuerpo del jadeante híbrido con cuidado, dejándole boca arriba y de frente a él. El rostro del menor estaba sonrojado, y parecía luchar por mantenerse en silencio, podía notarlo por la forma en la que sus dientes apresaban el labio inferior. Su dedo se dirigió hacia allí, acariciando levemente antes de liberar el carnoso belfo de su prisión, acomodándose sobre el cuerpo más pequeño, así como entre las piernas del mismo, usando como apoyo uno de sus brazos sobre la cama.

Mark se inclinó hasta quedar a escasos centímetros del rostro de Donghyuck, sus narices rozándose, el aliento caliente del moreno acariciando suavemente su rostro. Lo observó un rato más, permitiéndose apreciar lo hermoso que su minino era. Ciertamente, Haechan le había cautivado desde el primer instante en que le vio, con esos ojitos brillantes, nariz en forma de botón, las estrellas distribuidas estratégicamente en su piel, sus labios en forma de corazón. Le encantaba absolutamente todo del menor, sin excepciones. Y una parte de él quería abofetearse por haberse percatado de ello tan tarde.

Donghyuck le miraba de vuelta, esperando a que hiciera algo, respirando agitadamente y provocando que sus pechos se rozaran debido a la cercanía. Había dejado de maullar, pues sentir el olor de su humano así de cerca, por alguna extraña razón, le tranquilizaba considerablemente, e incluso llegando a apaciguar un poco el dolor, haciéndolo soportable; pero el ronroneo seguía ahí, y era algo que, aunque lo intentara, no podía acallar. Lamió su labio inferior lentamente, y la profunda mirada del canadiense recayó en la piel rosada inmediatamente, relamiéndose los propios.

Ya bésalo, maldita sea.

Por primera vez obedeció a la vocecilla en su cabeza, inclinándose más para posar sus labios sobre la sonrosada mejilla del moreno. Donghyuck jadeó, hallándose sensible ante el mínimo tacto, así como encantado por ese simple gesto. Mark fue dejando pequeños besos por todo el rostro de su pequeño, antes de llegar a sus labios y tomarlos con calma; contrastando el revoltijo de emociones que se instauraban en su interior.

Donghyuck rodeó el cuello del mayor con sus brazos, enrollando las piernas en las caderas del mismo. El apacible movimiento que los labios de Mark ejecutaba sobre los suyos sacudieron cada recóndito rincón de su interior e, irónicamente, volviendo más leve el dolor que sentía en su vientre bajo. Sin embargo, el calor que ese simple beso le provocaba comenzaba a hacérsele insoportable.