El castaño jadeó, acelerando sus pasos, llegando incluso a correr con tal de llegar a su departamento lo más rápido que le fuera posible. Tropezó un par de veces, jadeando una vez se encontró frente a su puerta, fallando varias ocasiones al abrir la puerta por el temblor de sus manos.
Ni siquiera se molestó en cerrar bien la puerta, corriendo directamente a la habitación, sus ojos picando por las lágrimas al ver el estado en el que su pequeño se encontraba.
—¡Jinnie!— lloriqueó Jeongin cuando notó su presencia. Estaba en medio de la cama, hecho un ovillo y cubriendo sus oídos con las manos. Otra vez había tenido el mismo sueño.
No vaciló ni un momento en acercarse a la cama, apresurándose a rodear el cuerpo tembloroso del cánido con sus brazos, mismo que se aferró a él, pequeños hipidos salían de entre sus labios, demostrando el reciente llanto.
—Shh— siseó, plantando un beso en su frente y acariciando sus cabellos—. Ya está, bebé. Ya estoy aquí— susurró, recostándose en la cama, sin dejar de mimar al híbrido en un intento por calmarle—. No te pasará nada. No dejaré que te pase nada.
Sintió como su corazón se rompía en miles de pedacitos al escuchar el desgarrador sollozo que soltó Jeongin, aferrándose a su camisa y mojándola debido a las lágrimas que volvían a salir. Pero eso no podía importarle menos.
—J-Jinnie— balbuceó, frotando su nariz contra su pecho—. O-Otra vez... Querían a-alejarme de t-ti...
Hyunjin, mucho más preocupado, acunó el rostro del pequeño en sus manos, haciendo que le mirara. —Nunca permitiría que algo así pase, Innie, no otra vez— tranquilizó, besando su pequeña nariz—. ¿Confías en mí, pequeño?— el híbrido asintió—. Entonces créeme. No dejaré que te vuelvan a hacer daño.
Jeongin asintió, sorbiendo y acurrucándose contra el pecho de su dueño. —Te creo, Jinnie— dijo, ya más tranquilo, todo gracias a las palabras y caricias que Hyunjin le daba.
Hyunjin sonrió al notar que su pequeño se había quedado dormido, acomodándose mejor para dejarle descansar. Luego, su rostro se desfiguró en una mueca de preocupación, algo de molestia asentándose en su pecho.
Cuando había recién acogido a Jeongin, la primera vez que se había despertado en medio de la noche por tener pesadillas no supo qué hacer. Le costó horrores tranquilizarlo, pero, eventualmente, aprendió la manera correcta de hacerlo. Incluso había tomado terapia para superarlo, lográndolo con esfuerzo y dedicación.
Era una fase que ya había superado completamente. O así era, hasta que ocurrió el incidente. Luego de eso, las pesadillas habían vuelto, aunque no con la misma magnitud de antes. El sueño que tenía había cambiado, siendo que ahora imaginaba que le alejaban de su dueño otra vez.
Cayó dormido a los pocos segundos, agradeciendo el haber actuado rápido esa vez. No quería ni imaginarse lo que habría pasado si se hubiese tardado un poco más.
Espero que esos hijos de puta no vuelvan a ver la luz del día.
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¿teorías? jsjs

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cat || markhyuck
FanfictionMark no sabía que realmente necesitaba compañía, hasta que conoció a Donghyuck.