9.

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Mientras me colocaba los pendientes de aro que llevaría esta noche el celular comenzó a vibrar en mi cama. Miré hacia atrás y fui a ver quién era, dejando el aro en la cama.
- ¿Juan?
- Los pibes me dijeron que no ibas con ellos, ¿Pasó algo?
- No, nada, quedé con alguien y ya.
- ¿Con alguien?
- Un amigo de la facultad.
- Vaya...
- ¿Qué?
- No, nada, avisaré a mi compañero de que irás con un pibe. Ya le dije que no ibas e igual no te abría.
- Ya, bueno, vos andá a laburar y yo me sigo arreglando, ¿Sí? Chao, rey.
- Chao, beba.
Terminó la llamada y yo dejé de nuevo el celular en la cama antes de seguir arreglándome. No iba a beber, no tanto como otras veces, y no me llevaría ningún zapato que pudiese hacer daño a mi tobillo, así que acabé por ponerme las únicas zapatillas blancas que tenía y eran cómodas. Al fin y al cabo, iban a ser muchas horas de pie.
Agarré mis cosas, las guardé en un bolso y bajé las escaleras mandándole un mensaje a Carlos para decirle que cuando quiera venía, que ya llegaba tarde.
Unos minutos después, esperando en el sofá mientras miraba vídeos en YouTube, él me mandó un mensaje diciendo que estaba fuera.
Me levanté y salí de la casa para ir hacia su auto negro, subiéndome en el a la vez que me saludaba.
- Llegaste tarde eh.
- Por si acaso.
- ¿Por si acaso qué?
- Por si no habías terminado de vestirte, no sé, las pibas de mi grupo tardan horas.
- Por eso hay que vestirse horas antes de ir de joda.
Toqué mi cabeza con un dedo dos veces refiriéndome a la inteligencia y él sonrió mirándome por el espejo retrovisor mientras manejaba.
Le dije donde laburaba Juan porque así no tendríamos que pagar nada y esperar para entrar, tan sólo íbamos por la parte de atrás y listo.
Aparcó junto a otros autos en uno de los últimos espacios vacíos que quedaban cerca del boliche. Salimos y fui junto a él a saludar de lejos a Juan antes de ir hacia donde su compañero nos esperaba.
Le saludé como ya hacía después de tantas veces colándome por la misma puerta y al entrar al boliche fuimos directos a la barra. Pedimos y esperamos a tener nuestros vasos para beber riendo antes de ir a bailar.
No había mucha confianza, tampoco mucho alcohol, pero bailar reggaeton sin acercarse a la otra persona era algo difícil. Así que podía sentir su respiración cerca de mí, aunque no me incomodase.
Después de un par de canciones, volvimos para rellenarnos de vuelta los vasos y seguir bebiendo tranquilos.
- ¿Volvemos a bailar?- preguntó por encima de la música y sonreí.
- ¿Querés de verdad bailar?
- Prefiero esto, pero como vos quieras.
Cuando terminamos de bailar se le veía realmente cansado, algo que me decía que él en vez de bailar solía o beber o chamuyar con alguien. Pero, ya que lo había dicho, nos bebimos de nuevo los vasos y salimos de nuevo a bailar.
No duró ni dos canciones que ya intentaba no bailar torpe, haciéndome reír y acabando de nuevo en la barra. Parece que esta noche iba de beber.
- ¡Angie!
Miré hacia un lado mientras seguía oyendo a Carlos hablarme y me encontré con Nicolás y Diana. Sólo faltaban Matías y Claudia.
- Carlos, estos son Nicolás y Diana, mis otros amigos.
- Ah mirá, este fue quien nos quitó a nuestra amiga.- Nicolás sonrió mirándole.
- Sólo por una noche.
- Sí, eso dicen todos los que la conocen y luego...- fruncí el ceño y Diana rió.
- ¿Y Matías y Claudia?
- Bailando, por suerte Claudia ha dejado de beber un poco.
- ¿Bebía mucho?- preguntó Carlos.
- Demasiado.
- Vos tampoco estás para hablar eh.
- ¿Querés que me cague a trompadas contigo hoy?- pregunté a Diana y al segundo reímos junto a Nicolás bajo la confundida mirada de Carlos.
- Ché, Angie, estoy por allá, creo que vi a alguien...
Pero no dijo más, desapareció de mi lado para dejarme con mis amigos. Cuando miré a todos lados buscándole, me encontré con Nicolás y Diana riendo.
- Bueno, me dejó sola, pero me queda ella.
Levanté el vaso y ellos dos hicieron lo mismo, bebiendo después para seguir hablando entre trago y trago. A la cuarta vez que relleno el vaso en toda la noche decido ir con ellos a bailar sabiendo que ellos no se cansarían. Al fin y al cabo, la mitad de nuestras noches eran esas.
Seguimos bailando y bebiendo hasta encontrarnos con Matías y Claudia. Dejé a los demás bailando y me fui con Matías ha hacer ronda de chupitos antes de seguir pidiendo bebidas que durasen más.
- Espérate acá que voy al baño eh.
- Dale.
Me despedí de él y fui al baño tropezándome con la gente. Dije que no iba a beber pero ahora lo único que sentía era como todo el boliche giraba sin parar.
Entré en el baño y no había nadie donde los espejos. Me sujeté al lavabo y me quedé mirando al espejo hasta que paré de marearme, después, le di un trago a mí vaso casi vacío y me eché agua en la nuca y el cuello en general antes de volver afuera.
Fui a la barra y busqué a Matías allá. Miré a todos lados y no lo encontré así que como boba pensé que lo mejor para estar borracha y perdida era buscarle entre toda la gente que bailaba, saltaba y demás.
Bebí por última vez y comencé a adentrarme entre la gente buscando a mis amigos, incluso a Carlos si me lo encontraba. Pero no conseguí hallar a nadie.
Tropezaba sin parar y mi tobillo poco a poco comenzó a dolerme por todos los pisotones y demás golpes que me llevaba. Hasta que en un momento mi pierna venció y tropecé con otra persona.
Por suerte, como todo el boliche estaba lleno, caí en alguien que me sujetó cuando vio que no era un simple tropiezo y me caía.
- ¿Angie?
- Vaya, sos vos.- sonreí mirándole y él me sonrió de nuevo.
- ¿Volviste a beber?
- Yo siempre bebo, nene.
- Bueno, está bien, cuidado que te caes.- me sujetó fuerte y poco a poco me coloqué mejor, parando de invadir su espacio. Rápido me fijé en sus amigos detrás de él, hablando como si nada o sonriendo al verme siendo tan pelotuda.
- Yo ya me voy eh.
- ¿Estás sola?
- Bueno, estoy buscando a los pibes.
- ¿Y tus cosas las tienen ellos?
- Mis...
Miré mi cuerpo y me di cuenta que lo único que tenía del bolso era el celular en mi mano, lo demás todo había desaparecido. Mierda.
- Uh no....que conchuda que soy.
- Bueno, está bien, espérate acá. Alejo fíjate en ella.
- Obvio.
Miré como Ysy me sonreía y se acercaba mientras Mauro desaparecía. Qué surrealista todo.
- Angie.
Busqué quién me llamaba esperando que fuese alguno de mis pibes, pero no, era Mauro acompañado con Candela y otra mina.
- Cande.
- ¿Otra vez, Angie?
- Perdí todo, hasta mis amigos.
- Bueno, dale, llamo a tus hermanos.
- ¿Estás segura? Me cagan a trompadas esos pelotudos eh.
- ¿Podés ir en taxi hoy?- preguntó Mauro.
- Hoy sí, pero decime a dónde voy si no tengo llaves, gil.
- Es verdad...
- Te venís a mí casa, listo.
- ¿A tu casa?- miré a Candela y ella asintió sonriendo.
- Te doy las llaves y yo iré a casa de Mauro.
- ¿Estás segura? Mirá que igual las pierdo.
- No lo harás o soy yo la que te caga a trompadas con tus hermanos.
- Está bien, está bien.
- Dale, vamos afuera.
Candela me acompaño afuera juntos a su hermano mayor y otro pibe, creo que era el tal C.R.O, re fachero el pibe.
Esperamos a que apareciese el taxi que llamaron y me subí sabiendo la dirección de su casa y con sus llaves. Tengo las neuronas justas para sobrevivir cada día.

Piensa En Mí (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora