30.

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Me desperté cansada, no había dormido en toda la noche. Resoplé y miré la hora de mi teléfono. Tan sólo había estado durmiendo dos horas y hoy tenía que ir a la facultad.
Me levanté y fui despacio a la cocina para prepararme el desayuno comenzando a recordar todo lo que había pensado ayer.
En mi cabeza sólo estaban ellos dos. Por un momento había decidido decirle que sí a Carlos, pero de repente apareció toda la escena en casa de Candela con su hermano y no pude evitar negarme a hacer eso.
Cuando estábamos solos, me sentía como cuando éramos adolescentes y aquel sentimiento revivió esos minutos. Pero después se disminuyó a la vez que aparecía Carlos por mi cabeza.
Quizás era por eso por lo que tenía que decirle que sí, quizás era la única forma finalmente de olvidarme del mediano de los Lombardo. Suspiré y terminé de beber el café para subir a mí habitación.
Agarré la ropa y me fui a cambiar para después mirar la hora. Me quedaba aún media hora para ver a Carlos y decirle finalmente la decisión que no había hecho aún.
Fui al sofá, dejé mis cosas en el suelo y el teléfono en la mesa antes de tumbarme para cerrar los ojos y pensar mejor. A los segundos, me había vuelto a dormir.
Cuando me desperté, miré lentamente la hora para darme cuenta que me había saltado ya las dos primeras clases y que las siguientes, menos la última, serían sin Carlos.
Resoplé, agarré mi mochila y salí corriendo hacia la parada del colectivo colocándome el pelo, la ropa y demás mejor al salir tan apurada.
Llegué minutos después para salir corriendo hacia la clase siguiente, por suerte no me encontré a ningún profesor conocido de las clases que me había saltado y no tuve problemas para entrar, aunque no era la primera vez que me saltaba clases y en general algún compañero ya lo había hecho, así que estaban acostumbrados.
Miré mi teléfono horas después, ya quedaba menos, exactamente un cuarto de hora para que finalmente tuviese que ir a mi última clase y encontrarme con él. Quizás se había pensado que no había venido porque no quería decirle nada o porque mi repuesta era que no, lo que quizás hacia mí trabajo más fácil.
La clase acabó, me levanté despacio y salí de las primeras de la sala para ir a la otra. Cuando iba a entrar, una compañera me habló y desvió completamente mi atención, aunque eso no evitó verle sentado atrás de mi asiento.
Me senté sin decir nada, prefería esperarme al final a tener que hablar con él ahora.
El sueño que no había conseguido recuperar se me era difícil de controlar, pero por suerte pude salir de allá sin haberme dormido, aunque sabía que me esperaba una tarde así.
- Carlos.- le llamé cuando le vi delante de mí, saliendo ya de la facultad cuando terminó la clase. Se giró y me esperó.- Hola.
- No viniste esta mañana.
- Me quedé dormida.
- ¿Tanto te costó buscar una decisión? Mirá que son sólo dos palabras, sí o no.
- Ya, ya...pero vos sabés que no confío en los cordobeses.- sonreí y él rió levemente, comenzando a caminar juntos.
- ¿Y qué? ¿Vas a confiar o no?
Desvió su mirada del camino para mirarme y yo hice lo mismo, tragando saliva al sentir como se me secaba la garganta.
No estaba segura, no sabía si estaba haciendo bien, pero tenía que decirlo ya o sino tendría que volverme a casa corriendo para huir de él.
- Eh...yo...- carraspeé la garganta y desvié mi mirada nerviosa de la suya para fijar mis ojos en mis zapatillas sin dejar de caminar.- Supongo que se podría intentar...- susurré.
- ¿En serio?- no preguntes dos veces, pensé.
- Eh... sí, obvio, quiero decir, yo también me siento bien con vos a mi lado así que quizás podriam...
Me interrumpió. Agarró mi mano, frenó en el camino y me acercó a él rápido para no dejarme actuar antes de besarme.
Se sentía raro besar al que hace unos días era solo tú amigo y todo eso me traía sentimientos contrarios.
Por un lado sabía porque dije que sí. Con él estaba bien, era el tipo de pibe que me gustaba y además podría hacerme olvidar de todo, también de las boludeces que he hecho con Mauro estos días.
Aunque no podía evitar sentirme incómoda porque si he pensado tanto quizás es porque no me gusta tanto como pensaba. Probablemente porque hace dos días era sólo mi amigo.
Me llevó en auto hablándome de sus clases sin mí y cuando yo iba a decir algo por fin y dejar sólo de escuchar, ya habíamos llegado.
Iba a abrazarle como despedida como hacíamos siempre, pero todo cambia y él acabó por besarme. Me tendré que acostumbrar a esto.
Bajé del auto sonriéndole y me despedí con la mano antes de entrar en la casa. Suspiré, tiré todo en el suelo y me relajé mientras buscaba algo de comer antes de irme directa a la cama.
Pero, antes de dormir, me acordé de la noche de ayer con Candela y Mauro y agarré mi teléfono.
Cande🔥🔥💘

Ya fue.
Somos pareja.
¿Feliz?


Sabía que tarde o temprano lo serían.
P

ero sí.

Feliz😉

Piensa En Mí (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora