36.

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- Buen día.
Sonreí levemente mirando a Carlos a mi lado. Ayer me quedé en su casa a dormir sabiendo que hoy no teníamos que ir a la facultad.
Y ahora me despertaba con él, mirándome por encima de su celular mientras que yo recién despertaba, recordando todo lo que pasó ayer para hoy levantarme sin ropa por primera vez a su lado.
Era raro, ayer lo fue al principio, pero como siempre me hacía sentir cómoda y al final me acabé dando cuenta que ahora realmente sí comenzaba a llegar a sentir algo por él de verdad.
Hacía días que no veía a Candela, estaba demasiado ocupada con su laburo, al igual que Mauro, que tampoco me mandó un mensaje desde aquella joda que prefería no hablar ni pensar en ella.
Me senté en la cama y busqué en el suelo la ropa interior para ponérmela antes de buscar una remera suya y llevármela a la cocina, hambrienta y olvidándome de que vivía con su mejor amigo.
- Buen día.- me sobresalté mientras echaba el café en una taza y al darme la vuelta, Pedro sonreía en la puerta.
- Me asustaste pelotudo.
- Mirá que ayer había más ruido.
- Callate.- rió y se acercó a la encimera para apoyarse en ella sin dejar de mirarme.- ¿Todo bien?
- Sí, obvio, ¿Qué pasa? ¿Querés que te cuente lo que hicimos?
- Dios me libre.
Sonreí y me llevé el café al salón. Después, volví a subir a su habitación para agarrar el celular y bajar de vuelta, aunque esta vez con él detrás de mí.
Me senté en el sofá oyendo como ellos hablaban en la cocina, aunque no conseguía saber de qué pero tampoco me hacía falta.
Mientras bebía el café miraba los últimos mensajes que tenían, es decir, los de Santino y Juan. Como todas las mañanas.
A mí hermano le dije que esta tarde iba a casa de nuestros viejos y que dormiría en la suya, no tenía ganas de quedarme en la mía estudiando. Y a mi amigo le dije que podía utilizar mi casa si quería porque hoy no laburaba.
Él no podía utilizar la suya a veces por su familia, que vivía aún con él porque aunque sí era alguien muy independiente, no podía separarse de ella. Así que, cuando necesitaba una casa llamaba a alguien o nos mandaba algún mensaje, como era mi caso.
Quedé con él en ir a comer juntos a su casa y luego le daría las llaves de la mía. Así que, cuando terminé el café llevé la taza de vuelta a la cocina.
- ¿Van a tardar en hablar?- pregunté apoyándome en el marco de la puerta, desviando su atención a mí.
- ¿Ya me extrañas?
- Sólo necesito un chófer.
Sonreí, él frunció el ceño y Pedro rió mientras yo me daba la vuelta y volvía al salón para seguir hablando con mi hermano.
Por fin terminaron de hablar y se vinieron a hacerme compañía, así que quedamos hablando Pedro y yo a la vez que Carlos desayunaba para después subirse a vestir, ya que sólo andaba en boxer.
Seguí hablando con Pedro hasta que veía más cerca la hora de ver a Juan y antes tenía que volver a mí casa, así que tenía que irme antes. Subí a su habitación, agarré mi ropa mientras él volvía con su amigo y me vestí sola. Después, bajamos y nos despedimos de Pedro, yendo en su auto con la música no muy alta al ser por la mañana.
- Si hoy tampoco querés dormir sola podés llamarme eh.- paré de abrir la puerta de su auto una vez ya habíamos llegado a mi casa y le miré.
- Tranquilo, hoy me quita el insomnio mi hermano.
- Eso es incesto, ¿No?
- No así, gil.
Rió, yo puse los ojos en blanco y acabé de abrir la puerta. Después, me acerqué a darle un beso de despedida y bajé para entrar en mi casa.
Fui directa a la ducha y de allá me cambié de ropa y salí de nuevo para ir andando hacia la casa de Juan, que no estaba muy cerca de la mía exactamente.
Me quité los audífonos al llegar y llamé a la puerta, escuchando las voces de su madre y también de alguno de sus hermanos.
- Buen día.
- Angie.- su madre me abrazó y me dejó pasar sin decir nada más.- ¿Qué tal todo?
- Bien, bien, todo bien.
- Al fin llegás.- de repente apareció Juan con los brazos cruzados.
- Bueno, dale, vamos a comer ya.
Su madre fue al salón y yo la seguí, ignorando la mirada fulminante de mi amigo. Al entrar, ya me esperaban allá su viejo sentado listo para comer, que se levantó solo para abrazarme, y sus tres hermanos pequeños.
Saludé primero a la mayor de los tres, que tan sólo se llevaba con Juan tres años. Después saludé al segundo y finalmente a la más pequeña de todos.
Me senté con ellos a comer y a charlar sobre nuestras vidas, ya que hacía tiempo que no venía a verles porque realmente era un quilombo estar en esta casa, ya que al menos en la mía cada uno hacia su vida pero acá todos se interrumpían, se peleaban y se iban a jugar felices en tan sólo minutos.
Después de comer con ellos, me despedí y le di las llaves a Juan para acabar agarrando un taxi hasta la casa de mis dos hermanos mayores, Santino y José.
Me abrió el más mayor de los dos, después Santino me esperaba en la sala jugando a la Play. Me quedé con ellos hasta que decidimos ir por fin a visitar a nuestros viejos y cenar allá.
Desde aquel after, mi vida parecía diferente. Para olvidarlo, decidí estar más tiempo con Carlos y en el tiempo que estaba sola me ocupaba de buscar trabajo, estudiar y visitar a mi familia. Así que hacía semanas que no iba de fiesta.
Cuando se hizo tarde, nos despedimos de ellos y volvimos sólo Santino y yo a casa, José prefirió irse de cada de nuestros viejos a una fiesta con sus amigos.
- Ché, mirá.- le enseñé un vídeo gracioso, los dos ya acostados en su cama porque no tenían habitación de invitados.
- No tiene gracia.
- Andate a la concha de tu ma...
- Si que aceptás las críticas eh.
Rió después de interrumpirme y siguió mirando su celular. Me fulminé con la mirada y seguí mirando también mi teléfono.
- Mirá.
- Ni tini grici.- le imité sin mirar su teléfono y él rió.
- No es algo gracioso, es una nueva canción de Duki.
Le miré a él y luego a su celular, leyendo el título. Piensa en mí, junto a otro a pibe.
- ¿La oímos?
- La vas a oír sí o sí.
Sonrió, levantó sus brazos y le dio al vídeo. Al principio cantaba el otro pibe, después apareció por fin su voz.
No sabía por qué y me parecía demasiado egocéntrica al pensar que iba hacia mí parte de la letra.
"Ella siempre piensa en mí cuando se cansa de esos chicos buenos y yo siempre me acuerdo de ella cuando cuento to' el dinero"
Eso era lo que me decía a mí con respecto a Carlos. Si me cansaba de los chicos buenos, podía irme siempre con él. No paraba de repetirmelo, parecía un código entre nosotros que siempre se decía antes de que ocurriese algo que no debía ser.
"Ella se acuerda de mí porque sabe que realmente la quiero y yo me acuerdo de ella porque sé que vale lo que no tenemos."
Yo me acordaba de él porque realmente había engañado a mi novio con él. No sabía si me quería, ni siquiera lo tenía en mi mente. Tan sólo oírle decir aquello sabía que me traería problemas.
"Y ella me dice que no conoce a otro loco que sea como yo en el barrio y me dijeron que te vieron llorando cuando toqué en un escenario."
¿Candela se lo dijo? No, no lloré realmente. Tan sólo fue Santino enseñándome el vídeo de él tocando en el Luna Park por primera vez y me acordé de aquellas veces que me decía que él llegaría a ser alguien y yo tan sólo pensaba que era un pibe con sueños que sólo serían sueños.
"Me dijeron que siempre escuchás esa canción que yo tengo en la radio"
Me gustaba su música, a todos en mi alrededor nos gustaba lo que hacía y a mí familia más, ya que lo conocieron antes de todo esto. Al fin y al cabo, para nosotros siempre fue Mauro, pero para los demás era sólo Duki. Para mi novio es sólo Duki.
- ¿Te gustó?- preguntó Santino cuando acabó.
- Sí, sí, está bien.

Piensa En Mí (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora