57.

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- Buen día.
- Hola.
Caminé hacia el salón de mi casa con mi hermano mayor detrás de mí. Ya había pasado un día y no, aún no había hablado con Carlos.
Me senté en el sofá sin dejar de ver la pantalla de mi teléfono. Estaba hablando con Claudia sobre su fiesta de cumpleaños. Ella quería hacerlo en un boliche cualquiera, pero no sabía que nosotros le habíamos preparado una sorpresa y lo llevábamos planeando semanas.
- Bueno, ¿Qué? ¿Así tratás a tu hermano?
- ¿Qué querés? ¿Un beso? Vos viniste acá porque no tenías nada que desayunar.
- ¿Y qué querés que haga cuando José se roba todo?
- Dale, salí a comprar, ya sos grande para tener que pedirle a otros.
- Bueno, ¿Pero puedo desayunar o no?
- Sí, andá y agarrá lo que quieras.
Sonrió de pie delante de mí y yo volví mi mirada al celular mientras él hacía lo que le dije, volviendo minutos después con un café y dos tostadas.
- Nada, si querés te hago la comida también.
- No hace falta, me voy con los pibes por ahí.- sonrió antes de dar un sorbo a su café.- ¿Vos qué tal? ¿Aún seguía yendo todo el día de joda?
- También estudio eh.
- Poco, pero bueno, contame, hace tiempo que no nos vemos mucho .
- Santino, hace unos días estábamos en una cena familiar, ¿Recordás?
- ¿Y? Sos mi hermana, tengo que saber si ocurre algo.
- Nada, sigo enfadada con Carlos.
- ¿Así? ¿Ninguno ha hablado con el otro?
- Sí, él.
- ¿Y entonces?
- Bueno, me mandó un mensaje mientras yo estaba en un boliche con Mauro y recién le había visto con una piba así que como comprenderás no le respondí a ningún mensaje.- respondí rápido. Él levantó las cejas sorprendido mientras masticaba.
- ¿Estabas con Mauro?
- ¿De verdad es más importante eso que mi novio seguramente me esté engañando con una mina cualquiera?
- Bueno, no la conocés, no seas así.
- ¿Es en serio esto?
- A ver, no sabés si están juntos.
- Créeme que sí.
- ¿Les viste haciendo algo más que hablar?
- Le conozco, sé cuándo está hablando normal o chamuyando con alguna piba.
- Pobre él que no te conoce tanto como para dar que estás con Mauro.
- No estoy con Mauro y no me cambies de tema.
- Estás con él, dale, acéptalo.
- Santino.
- ¿Qué? Ya van dos noches que yo os haya visto, seguro que ha habido más, ¿O no?- preguntó sonriendo y yo desvié mi mirada al teléfono, haciéndole reír.- ¿Viste? Te está llevando a su terreno y vos te estás dejando llevar.
- ¿Y? Es mi vida, pelotudo.
- Obvio que es tu vida, pero en esa vida que tenés se supone que estás con Carlos, no con el hermano de tu amiga.
- Una vez fue también mi amigo, ¿Vale?
- Sí, hasta que te dejó de hablar y se fijó sólo en el rap, ¿Qué te pensás? ¿Qué cuándo vos no estás con él no hay otra?
- Sos tremendo pelotudo, Santino.
- Yo sólo digo la verdad, me encantaría que dejaras a Carlos porque es un salame, pero si es para irte con Mauro mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer.
- ¿Es joda? ¿Cuándo dije yo que iba a estar con Mauro?
- Soy tu hermano, a tus amigos les podés engañar pero a mí...- hizo una mueca, bebió y sonrió.- Te conozco desde que me robabas los juguetes.
- Somos hermanos, obvio que me conocés más.
- Entonces no me lo niegas.
- ¿El qué?
- Que querés estar con Mauro.
- No quiero estar con él, estoy bien con Carlos aunque a veces sí que se comporta como un boludo, sólo he estado cuatro noches con él.
- ¿Te parece poco?
- No hay ningún interés, sólo sexo.
- Por su parte, pero vos te enamoras de cualquiera.
- No.
- Sí.
- No me he enamorado de Carlos, ¿Qué tenés que decir ahora?
- Bueno, está bien, yo sólo digo que si vas a dejarle por él, mejor no.- puse los ojos en blanco y él miró su desayuno.
- Come y calla.
Le dije volviendo mi atención de nuevo a mi teléfono. No, no quería estar con Mauro. Ya no era como cuando era una adolescente que creía que podía estar con él.
Por ese entonces quizás hubiera sido más fácil una relación estable, pero ahora es famoso y además, como bien dijo Santino, seguro que hay otras.
Aún así, siempre que estoy con él hay algo de nostalgia en los sentimientos que tuve de verdad, ya que fue el pibe que quise por años hasta que me di por vencida, aunque Juan diga que no lo hice.
Lo único que podía admitir que quizás le diese la razón a Santino era que con Mauro me sentía a veces mejor que con Carlos. Con él era todo más fácil desde que me quedé en su casa y luego a la noche hablamos. Después de tantos encuentros, dejé de estar a la defensiva y me sentía realmente bien a su lado.
En cambio, Carlos a veces podía resultar demasiado para algunos momentos. Al principio yo siempre quería estar con él, pero poco a poco me quise tomar de nuevo mi espacio y ahora era él quien no paraba de mandarme mensajes y llamarme para vernos. De eso me di cuenta cuando dejamos de hablar al terminar aquella llamada en casa de mis viejos.
Ahora, dejé de ignorar algunos mensajes de Mauro como hacía antes para hablar con él e ignorar lo que me decía Carlos. Pero no, no iba a dejarle por Mauro.

Piensa En Mí (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora