Mi espalda se despegó de la pared cuando él buscaba más comodidad. Entonces, encontró donde dejarme, el lavabo.
Me senté arriba y él me apretó contra su cuerpo para que no hubiese nada que nos separase mientras que una de sus manos buscaba desabrocharme el pantalón.
Yo subí su remera lentamente hasta arriba y cuando sus manos dejaron mi pantalón para pasar a mí buzo, decidí dejar yo la remera para ir directamente a su pantalón.
Él quitó mi buzo y después fue a por mis pantalones tal como yo ya había hecho. Ahora me dedicaba a pasar mis manos por su espalda, cuello, hombro y finalmente pecho sucesivamente hasta que sentía que estaba en ropa interior delante de él.
Esperaba que me quitase finalmente la parte de arriba, pero él decidió dejarla para ir directo a la de abajo. Sus labios dejaron los míos para volver a besar mi cuello y llenarlo de leves mordiscos que dejaban pequeñas marcas que luego me tendría que preocupar por tapar. Pero ahora sólo estábamos él y yo.
Eché mi cabeza un poco hacia atrás para dejarle más comodidad mientras se dedicaba a la vez a mi ropa interior y a los besos. Cuando finalmente tenía sus manos libres, dejó una en la espalda para evitar que me separase, después, volvió a besarme en los labios mientras su mano libre se dedicaba a acariciarme por toda piel que veía libre de ropa.
Ahí fue cuando yo decidí hacer algo más que disfrutar del momento y olvidarme de todo para finalmente bajar mis manos a su boxer, quitándolos lentamente sin dejar de besarnos ni para respirar.
Rápido, agarró el preservativo que había conseguido quitar de sus pantalones antes de que estos cayesen al suelo. Se lo puso y al segundo volvió a mis labios mientras toda la distancia se acababa.
Mordí su labio evitando gritar muy fuerte a la vez que me daba un respiro de los besos y me alejaba por unos milisegundos. Después, dejé una de mis manos enredarse en su pelo mientras la otra se estremecía en su espalda, como todo mi cuerpo, y la arañaba suavemente.
Los besos se interrumpieron por los gemidos, suspiros y resoplidos que evitaban que la gente nos oyese mientras él aumentaba el ritmo. Dejó su cara escondida entre mi cuello y mi hombro y yo eché la cabeza de nuevo hacia atrás levemente para morder mis labios y ahogar ahí su nombre.
Le abracé, él me agarró con más fuerza y lo hizo más rápido aún mientras ya se me hacía insostenible todo ese ambiente.
Segundos después, cuando ya no aguantabamos más, él me apretó más a él, mordiendo mi cuello para ahogar ahí su último gemido mientras que dejaba lentamente de moverse. Finalmente, mis piernas comenzaron a temblar mientras una corriente de calor y electricidad corría por toda mi espina dorsal hasta el cuello, estremeciendo todo mi cuerpo para acabar arqueando levemente la espalda y clavar, lo menos que podía, las uñas en su espalda a la vez que me mordía los labios fuerte, apretando mi cuerpo con el suyo antes de separarnos.
Resopló, pasó sus manos por su pelo y después, cuando mis ojos le miraban entre abiertos con mi pecho subiendo y bajando rápido por mi respiración, volvió a colocar su mano en mi cuello y acercó, sin hacer mucha fuerza, mi cabeza a la suya para besarme una vez más pero sin tanta necesidad de los dos.
Al volver a separarnos él buscó su boxer cuando se quitó el preservativo, después de unos segundos en silencio, alejándose lo suficiente para dejarme bajar lentamente del lavabo y agacharme también a buscar mi ropa interior y mi pantalón. Nos vestimos en silencio, después él se apoyó en la pared y yo en el lavabo de nuevo, mirándonos en silencio.
- De esto a nadie.
- A nadie.- respondió él con una sonrisa.
- Y será la última.
- Eso ya no lo puedo prometer, no sé cuántas veces te aburrirás de ese pibe.
Levanté una ceja, me crucé de brazos y él sonrió más comenzando a buscar algo en la riñonera que había caído en el suelo desde un principio. Agarró papel de liar y comenzó a hacerse un cigarro bajo mi mirada. Cuando lo prendió, me acerqué a él de nuevo para quitárselo y darle una calada, relajando, más de lo que estaba, mi abrumado cuerpo.
Nuestros ojos en todo momento estaban conectados, incluso cuando echaba el humo lentamente hacia arriba para evitar que chocase con su cara. Después, se lo devolví sin que él hubiese dejado de sonreír.
Agarré mis cosas, abrí la puerta, me asomé a mirar y salí de vuelta a la sala con la intención de decirle a su hermana que me marchaba. Necesitaba pensar después de esto aunque no fuese lo más indicado.
- ¿Pero todo bien?- preguntó cuando le dije que me despedía.
- Sí, sí, todo bien, pero se hizo demasiado tarde y ya sabés cómo soy con las jodas.
- Dale, si querés le digo a alguien que te lleve a casa.
- No, no, llamo a un taxi y listo.
Sonreí y ella asintió. Di una última mirada a la escalera antes de irme cuando le sentí bajar. Sonreía mirando al suelo sin dejar de fumar, ni siquiera se dio cuenta que estaba allá.
Estaba borracha, pero de esto me acordaré mañana y todos los días.
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Piensa En Mí (Duki)
ФанфикAngie, hija de padres españoles, nació en Buenos Aires, Argentina. Desde pequeña, vivió en Almagro, siendo parte de una familia humilde junto a sus tres hermanos mayores. Con cinco años, mientras jugaba en el parque conoció a una niña en uno de los...