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- Gracias otra vez.
- Nada, todo sea porque te cambias ya de ropa.
- Les ha dado por eso eh.
- Mirate, pareces un disfraz mal hecho de Duki.
- Mauro, decile Mauro que es el novio de tu hermana.
Hizo muecas y yo reí antes de despeinarle el pelo y salir corriendo del auto para que no me pegase por eso. Al mirarle, me sacó el dedo del medio a la vez que comenzó a manejar.
Reí levemente viéndole ir y después me giré para ver la casa de Mauro, donde estaba esa visita que ya me olía quién era por lo que dijo.
Suspiré y comencé a caminar hacia la puerta, llamando una vez llegué. Miré si tenía algún mensaje en la espera, pero dejé el teléfono cuando la puerta se abrió.
Al otro lado, un Mauro con toda la ropa arrugada, el pelo revuelto y cada de recién despertado, me miraba sonriendo levemente.
- Buen día.
- ¡Para vos también!- oí a alguien en el salón. Alguien no, Candela.
Se hizo a un lado sin decir nada y yo pasé adentro de su casa, yendo con él detrás al salón. Ahí nos esperaba su hermana sentada en el sofá, hasta que nos vio.
- Al fin los dos.
- Hola.
- ¿Hola?
- No sé que decir la verdad.
- Podés hacer como tu novio y quedarte callado.- miré a Mauro y este sonrió. Estaba demasiado dormido hasta para decirle cualquier cosa a su hermana.
- Novio.
- No sé, en realidad no sé qué son porque no se atrevieron a decírmelo.
- Bueno, esa palabra nos define bien.
- ¿Por qué no me lo contaron?
- Mauro quería, yo no.
- Vaya, que bueno, justo lo que quería oír.
- No sé, Cande, nunca me enfrenté a esto y vos ya sabés cómo soy con las cosas nuevas. Prefiero evadirlas.
- A él no lo evadiste mucho al parecer.
- Más o menos.
- ¿Desde cuándo?
- ¿Querés la historia oficial o la larga?- me miró confundida y Mauro, que seguramente ya sabía que iba a hacer, se sentó.- Está bien... después de que me ayudó una noche a llegar a casa bien comenzamos a tener encuentros cortos en algunos boliches hasta que por el alcohol o por el pelotudo de Carlos pues...le engañé con él.
- ¿Engañaste a Carlos?
- Después, los encuentros ya eran más típicos. Mauro ya tenía mi número, hablábamos y...bueno, terminé con Carlos y días después comencé con él.
- ¿Es joda?
- No.
- Angie...¿Engañaste a alguien como Carlos con mi hermano?- entonces sí que Mauro la miró con el ceño fruncido.- No te ofendas eh, sos mi hermano.
- Como vos digas, pero era muy pelotudo.- dijo por fin.
- Bueno, no importa, ¿Por qué no me contaron?
- Ya te dije, no quería, no sé. A Mauro le daba igual y yo... evadía el tema.
- Entonces...¿Y el pibe con el que te acostaste el otro día?- Mauro me miró confundido porque no le había dicho nada de aquella escena.
- Era él, me inventé una historia porque realmente no me apetecía contarte todo lo nuestro.
- ¿En serio? ¿No era más fácil decírmelo y ya?
- Sí, pero siempre escojo el camino fácil.- sonreí y ella negó con la cabeza.- Perdóname, hice mal, sos mi mejor amiga y tenía que contártelo pero...bueno, ya te lo dije.
- Bueno...¿Ahora como te llamo? ¿Cuñada, amiga o sólo Angie?
Puse los ojos en blanco y ella rió antes de negar otra vez con la cabeza. Mientras, Mauro parecía haberse puesto cómodo en el sofá y estaba por dormiste ahí mismo, ignorando el abrazo de la paz que Candela me dio después.
- Está bien, no me voy a enfadar por algo así, sólo no se den besos y esas cosas delante de mí, ¿Sí? Se me hace raro.
- Sí, vos tranquila.
Asintió sonriendo y volvió a darme un abrazo antes de desaparecer. Suspiré y me dejé caer en el sofá, sentándome al lado de Mauro. Oficialmente, ya estábamos juntos.
- ¿Qué tal en el hospital?- preguntó susurrando con sus ojos cerrados.
- Deberías irte a dormir otra vez.
- Igual lo hago, pero antes respondeme, ¿Qué pasó?- y abrió sus ojos para verme, agarrando una de mis manos más cercana a la suya.
- Nada, un problema con mi sobrino, pero al final todo está bien.
- ¿Segura?
- Sí, todo bien, me llamaron esta mañana mis hermanos pero yo estaba más ocupada en dormir.
- Normal, estar a mi lado es más interesante que ir a un hospital.
- Bueno, con esta ropa ha sido bastante divertido. Algunos me miraban raro y mis hermanos se reían de mí, por lo demás bien, muy cómoda.- sonrió y yo hice lo mismo.
- ¿Viste? Elijo bien todo: ropa, novia...
Reí levemente, negando con la cabeza,  y me acerqué a él para darle un beso aunque seguía tan dormido que sus labios casi dejaban que fueran los míos los que hicieran todo el trabajo.
- Ché, ¿Qué les dije?
Dijo Candela apareciendo con un vaso de lo que parecía Coca-Cola. Yo sonreí, Mauro sólo cerró de nuevo sus ojos, negando con la cabeza.
Ahora sí estoy segura que una comida familiar con los Lombardo será lo mejor que viviré.

Piensa En Mí (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora