34.

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Miré el techo de mi habitación pensando en lo de ayer. Habían pasado varias horas desde que volví, ya hasta había comido.
Desde entonces, había ignorado las llamadas y los mensajes de Carlos para sólo llamar a Juan y pedirle que viniese.
Este tipo de cosas las hablaba o con él o con mi hermano Santino, pero sabía que para este caso era mejor Juan. Él siempre pensó que me seguía gustando Mauro y ahora que estaba con Carlos, no sabía qué hacer.
No sabía si era verdad y me gustaba lo suficientemente como para decírselo, o quizás sólo era un amor que se encendía en momentos indicados con alcohol de por medio.
En cambio, Carlos no era por momentos, Carlos y yo éramos parte de una relación donde no debería de haber más de dos personas. Estos días juntos me sentí incómoda, porque no me había acostumbrado a besar al que una vez era solo mi amigo, pero poco a poco sentía que todo iba a cambiar y podíamos ser una buena relación, una sana y estable. Algo que yo siempre he necesitado.
Era un buen pibe, y yo en cuanto pude le engañé con mi amigo de la infancia que me gustaba desde la adolescencia y que según mi mejor amigo nunca había dejado de gustarme. Menudo quilombo.
Suspiré y me obligué de nuevo a levantarme de la cama para ir a buscar mis audífonos, aquellos que con la música a todo volumen me ayudarían a callar esos pensamientos hasta que Juan viniese.
Bajé al salón, me tumbé en el sofá y cerré los ojos esperando a que sonase la puerta, mirando a veces la hora. Minutos después de que la mirase, la puerta sonó.
Dejé el celular rápido en la mesa, ignorando que los audífonos se cayeron al suelo para ir a abrir a mi amigo.
- Angie.- mi amigo me miraba desde el otro lado con ojeras y cara de cansado.- Ayer laburaba y hoy me llamás porque necesitas mi ayuda, ¿Qué pasó? ¿Te garchaste por fin a Carlos?
- No exactamente.
- ¿Entonces qué?
Preguntó antes de suspirar, pasando hacia dentro y siguiéndome al salón, cerrando la puerta una vez dentro. Nos sentamos en el sofá y yo levanté los audífonos antes de mirarle. Sin saber muy bien como decirlo, decidí ser directa.
- Que igual no me garché a Carlos.
- Si no es Carlos e...- lentamente, a causa de su cansancio, se dio cuenta de lo que ocurrió ayer.- ¿Le engañaste?
- Puede.
- A ver, Angie, estos temas son muy fáciles. Es un sí o un no, no podés engañar a alguien a la mitad.
- Está bien, sí.
- ¿Le engañaste?
- Ya te dije que sí.
- Uh dios, Angie...no se te puede dejar sola.
Dejó de mirarme para dejar caer su espalda en el respaldo del sofá, tapando su cara con sus manos a la vez que chasqueaba la lengua después de hablar.
- ¿Estabas borracha?- preguntó quitando dos dedos de su cara para mirarme entre la sombra que su mano producía.
- Un poco.
- ¿Conocías al pibe?
- Bastante, al menos en el pasado.
- ¿Un antiguo conocido o amigo?
- Antiguo amigo, aunque era más el hermano de mi amiga.
- El hermano de tu am...- quitó su mano rápido, agarrando los cojines del sofá para mirarme con sus ojos completamente abiertos.- ¡¿Duki?!
- Bingo.
- ¡¿Otra vez?! Pero...pero vos...ay dios avisá antes de que venga porque creo que me va a dar un ataque.- miró para todos lados incrédulo para luego apoyar sólo su brazo en el respaldo.- ¿Los dos estaban borrachos? ¿Cómo pasó?
- ¿Querés que te cuente todo?- pregunté sonriendo.
- No, por Dios.
- Estábamos algo borrachos, no sé si él tanto como yo, pero fuimos al after juntos en una casa que no sabía de quién era. Se sentó a mi lado, hablamos y después...
- ¿Y Candela?- preguntó interrumpiéndome.
- Se fue a hablar con alguien.
- ¿Y entonces? ¿Garcharon en una habitación de un pibe o una mina que no sabías ni quién era?
- En el baño, más bien.
- ¡¿Qué?! ¡¿En el baño?!
- Donde se pu...
- ¡Pero Angie, que tenés novio y más de 16 años para andar cogiendo en baños!
- Por eso te llamé gil, ¿Qué hago? ¿Le dejo? ¿Esto significa que finalmente sí me sigue gustando Mauro?
- Yo...yo...yo necesito agua o algo porque me voy a acabar muriendo con vos.
Se levantó rápido y como conocía la casa fue él mismo a servirse antes de volver. Bebió todo su vaso de agua y suspiró.
- ¿Vos querés a Carlos?
- No lo sé.
- No sabes nada.
- Ese es el problema.
- Ya me di cuenta...¿Y entonces que hacés con él?
- Porque es buen pibe y aunque se me hace raro estar con el que era mi amigo sentía que en días estaríamos como una pareja normal, ¿Entendés? Se supone que las cagadas me las tenía que mandar antes de estar con él.
- Parece que no.- suspiró y chasqueó su lengua- ¿Y Mauro? ¿Qué pasa con él?
- No sé...es su forma de hablarme o de mirarme, pero algo pasa cuando estoy con él. Es muy distinto a como le había recordado, los dos hemos crecido y ya no somos los pibitos de antes que corrían por la plaza a ver quién era el más rápido.
- Ni que lo digas.
- No sé, estar con él me trae buenos recuerdos.
- Recuerdos del pasado.
- Claro, pelotudo, no va a ser del futuro.- me crucé de brazos y él chasqueó su lengua.
- Lo que quiero decir es que lo que te ocurre es que Mauro te trae recuerdos de vos cómo adolescente y eso es lo que te gusta, no él.
- ¿Entonces no dejo a Carlos por él?
- No, no, no...Carlos te da estabilidad, tan sólo...no le digas lo que ocurrió y olvídate que una vez pasó.
- Está bien...
Pero en mi mente tan sólo pasaba una pregunta, ¿Sería capaz de olvidarme de esa noche?

Piensa En Mí (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora