87.

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Desperté boca arriba en la cama de Mauro, con él dormido a mi lado. Resoplé quitándome el pelo de la cara para ver mejor, ignorando por un momento el leve dolor de cabeza que me aseguraba que había bebido, pero no mucho.
Le mire y sonreí. Yo no tenía el buzo puesto, supongo porque tuve calor y me lo quité ya que él sí estaba completamente vestido, durmiendo boca abajo con su brazo encima de mí, por mi cintura.
Lentamente, fui quitándoselo para poder sentarme en la cama. Buscando algo para ponerme en la parte de arriba fui recordando todo lo que pasó ayer.
Cuando vi a Candela, mi mente se quedó en blanco al no esperarla y tardé en reaccionar. Una vez que lo hice, comencé a buscarla con la mirada con el brazo de Mauro alrededor de mis hombros, impidiéndome que fuera a buscarla.
Ya cuando me pude librar de su agarre, pregunté a un par de personas que conocía y estaban por donde la vi la última vez, pero no la habían visto. Mauro me vio rara, buscándola, y e preguntó qué pasó. El problema es que había bebido y fumado lo suficiente para que al final, después de decirle que nos había visto, se olvidase los segundos después sin darle importancia.
Quizás es que nunca había estado con el hermano de alguna amiga y no sabía exactamente como podía reaccionar aunque ya no éramos adolescentes, cuando todo parece ser más de lo que realmente es, pero yo sí le di importancia. Hasta dejé la zona VIP para dejarla fuera.
Y no, no la encontré, así que tomé un vaso más y después le pedí a Mauro irnos, así que agarramos un taxi y acabamos acá, dormidos.
Resoplé de nuevo, caminando hacia fuera de la habitación. Fui a la cocina y busqué alguna pastilla que tomarme y me quitase el leve dolor, pero al no encontrarla y estar realmente cansada pensé que lo mejor era buscarla fuera. Agarré la plata, la llave de la casa y fui a buscar algo para la cabeza.
Volví minutos después, yendo de nuevo a la cocina para esta vez tomarme la pastilla y después hacerme el desayuno con lo poco que había. Realmente se notaba que no estaba mucho en casa.
Desayuné en silencio en el salón, mirando a la nada hasta que el dolor de cabeza se fue y había terminado. Lo lavé todo y volví a la habitación para buscar mi teléfono entre mis cosas. Tenía llamadas perdidas de mis tres hermanos y de Juan. Quizás había pasado algo.
Miré a Mauro, que aún seguía durmiendo, y salí de la habitación llamando a Santino.
- Angie.
- Buen día.
- ¿Dónde estás?
- En la casa de Mauro, ¿Por qué?
- Fui a tu casa a por vos.
- ¿A por mí?
- Sí, es Luna, está en el hospital.
- ¿Qué?
- Dale, ¿Querés que vaya a por vos y te cuento todo?
- Sí, vení, acá no tengo más plata ni para un taxi.
- Entonces va tu taxi particular, tranquila.
- Santino, ¿Todo está bien?
- Sí, sí, vos tranquila, chao.
- Chao...
Terminé la llamada sin estar muy segura por primera vez de lo que mi hermano mayor me decía. Igualmente, fui al baño para intentar peinar algo mi pelo y darme una ducha que me quitase el olor a alcohol, tabaco y marihuana que llevaba desde ayer.
Como no era mi casa, no me quedó otra que ir a su habitación y robarle ropa. Eso o ir desnuda al hospital, lo cual no era una opción.
Me puse una de sus remeras anchas junto a una campera que vi por su habitación tirada y uno de sus pantalones cortos anchos. Suspiré mirándome al espejo. Era demasiado descarado que era todo de él, pero no tenía nada más.
Salí del baño y fui de nuevo a la habitación. Por un momento, se me olvidó lo que ocurrió ayer, pero esto parecía más importante. Me subí a la cama de nuevo, apoyando mis rodillas para mover a Mauro hasta que se despertase. Por suerte, tras gruñir y resoplar intentando ignorarme, abrió sus ojos achinandolos al momento por la luz.
- ¿Qué hora es?
- Temprano para vos.- sonreí y resopló.- Me tengo que ir.
- ¿Es importante?
- Un problema familiar, no sé decirte más exacto.
- ¿Y decidiste robarme para un problema familiar?- preguntó, sonriendo levemente.
- Eso o ir desnuda.
- Desnuda también estás fachera.
- Igual para ir a un hospital es algo raro.- frunció el ceño y sonreí levemente.- Dale, me voy, seguí durmiendo y luego te cuento.
- Chao, beba.
Me acerqué a besar su mejilla y después me fui, dejándole dormir. Cerré la puerta de su habitación y bajé esperando que mi hermano me llamase para irnos. Minutos después, su nombre se iluminó en la pantalla de mi teléfono.
- Santino.
- Tranquila, no parce realmente urgente.- dijo viendo cómo entraba con torpeza en el auto al intentar hacerlo rápido.- ¿Todo bien vos?
- Sí, sí, ¿Qué pasó?
- No sé, eran como las siete de la mañana cuando Miguel me llamó.- afirmó comenzando a manejar.- Llorando, Angie.
- ¿En serio? Nunca le vi llo...
- Me dijo que se había despertado porque Luna había gritado. Había sangre en las sábanas y él no sabía qué hacer, por suerte lo tranquilicé para que pudiese manejar y no tuve que ir yo a llevarles en auto.
- ¿Cómo están?
- Luna no sabemos aún, Miguel en el hospital asustado como un nene.
- Menuda mañana más divertida.
- Ni que lo digas.- chasqueó su lengua y luego me miró de reojo.- Ché, ¿Te puedo pedir algo?
- Sí, obvio.
- ¿Podés cantarme she don't give a fo? Digo, por la ropa.
- Pelotudo.
Rió levemente y siguió manejando hasta que llegamos al hospital. Bajamos del auto y le seguí hasta la sala de espera donde estaba mi familia.
- Angie.
- ¿Estás bien?- pregunté acercándome a mi hermano mayor. Él asintió levemente y yo chasqueé la lengua antes de abrazarle.- Vos tranquilo, seguro que es una boludez y no pasa nada al final.
Le oí suspirar y le abracé más fuerte segundos antes de soltarle para poder saludar a mis viejos y mi otro hermano mayor.
- Linda ropa.- dijo, sonriendo divertido.
- Callate, gil.
Me senté junto a ellos a esperar en silencio unos minutos que parecieron ser horas. Hasta que por fin apareció un médico que se llevó a Miguel para hablar a solas con él. A los segundos, volvió.
- ¿Y bien?- preguntó mi madre.
- Está bien...los dos lo están.
- Te lo dije.
Sonrió y los cuatro hermanos nos abrazamos antes de dejar a mis viejos que abrazan también a su hijo. De repente, mi teléfono comenzó a vibrar, ya que lo había puesto en silencio.
Mauro😍😈
Reina.
No es por molestar.
Pero acá hay visita.
Y para vos también.

Piensa En Mí (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora