28.

1K 64 1
                                    

Suspiré y miré por última vez mi refrigerador. No, no iba a cocinar y teniendo cena gratis, ¿Quién iba a pagar para comer?
Agarré el celular y contesté rápido a Candela antes de subir y cambiarme de ropa al estar en pijama desde que llegué de la facultad.
Terminé de ponerme el buzo y miré de nuevo el celular para ver qué ya tenía respuesta de Candela, diciéndome que había cena para mí así que podía ir ya.
Agarré mis cosas, las guardé en una mochila pequeña ya que tampoco iba a estar mucho por la calle y salí de mi casa para ir en Uber hasta la suya.
Llegué y miré mi teléfono mientras caminaba hacia la casa. No había ningún otro mensaje o llamada de mi familia, así que llamé sin más y esperé a que me abriesen.
- Angie.
- Vos acá otra vez.
- Pasá.
Se hizo a un lado y me dejó pasar adentro, donde casi no aguantaba el frío.
- ¿Y Cande?- pregunté entrando en la sala, viendo comida en la mesa.
- Salió por un momento a casa de nuestros viejos por una cosa, pero me dijo que ya volvía.
- ¿Y vos?
- ¿Yo qué?
- ¿Qué hacés acá?
- Cenar con mi hermana hasta que se le ocurrió llamar a su amiga.- se sentó a mi lado y de su riñonera sacó un cigarro que después encendería para fumarselo.- Podés comer eh, no tardará.
- Ya...
Le miré por última vez y mi cabeza voló hacia lo que me había dicho Juan horas antes de llegar acá.
Según él, no podía estar con un pibe porque me gustaba Mauro desde adolescente. Algo que yo negaba diciendo que ya no me gustaba, al menos como antes, sino que era un recuerdo nostálgico de mi niñez.
Pero, él siempre me repetía lo mismo incluso antes de que volviese a aparecer en mi vida como si nada.
Antes era solo preguntar a su hermana y siempre o estaba grabando o viajando, pocas veces paraba a descansar, aunque parecía que ahora estaba más estable.
A pesar de todo, lo único que tenía en la cabeza ahora era el tema de Carlos. ¿Debía o no aceptar? ¿Quería estar en una relación otra vez?
- Ché, ¿Todo bien?- preguntó mirándome antes de comer conmigo y yo levanté la mirada de la comida para verle a él.
- Sí, todo piola.
- ¿Segura?
- Sí, ¿Qué iba a ser sino?
- Vos dirás, soy bueno escuchando.
- Lo recuerdo perfectamente.
- Entonces podés contarme lo que sea, vos ya sabés.
- ¿Sé qué?
- El tiempo que pasamos juntos, nuestra infancia. Siempre que andabas con mi hermana estaba yo por allá rompiendo las bolas, ¿O no?
- Un poco sí.- sonrió y yo también.- Pero era divertido.
- Luego llegó el Quinto y no te vi más.
- Andabas en otra, no importa.
- Bueno, yo no te olvidé.- su mirada, que hasta ahora había vuelto a su comida, subió de nuevo hasta chocar sus ojos en los míos.
- Yo tampoco...
- Y podés contarme lo que sea.
- Lo sé.
- Y yo sé que te pasa algo.
- Es...bueno, cosas de amor.
- ¿Amor?- sonrió y yo subí los hombros.- ¿El tipo ese con el que andás?
- Sí.
- ¿Lo querés?
- No, no...no sé, la otra noche cuando fue al boliche con Cande le vi, estaba borracha y...
- Y te lo llevaste a casa.- interrumpió.
- No, sólo nos besamos.
- Oh, qué lindo.- dijo con una sonrisa burlona y puse los ojos en blanco.- Dale, ¿Después qué? ¿Te diste cuenta que lo querés?
- Más bien él se dio cuenta.
- Y te dijo que quería estar con vos. - asentí y sonrió de nuevo.- Y vos no querés o no sabés si querés.
- Como me conocés...
- Y bueno, ya te dije, muchos años.
- Ya...¿Vos qué harías?
- ¿Yo? ¿Si fuera él o si fuera vos?
- Si fueras yo, gil.
- Bueno, si fuera vos no le haría mucho caso.
- No lo conocés si quiera.
- Sí, pero es un chico bueno seguro.
- ¿Por qué?
- Porque estudia derecho.
- Como yo.
- Vos siempre fuiste una buena piba.
- ¿Y entonces? ¿No formaríamos buena pareja?
- No, porque vos sos una chica buena que le gustan los pibes malos.
- Mirá vos, ni lo sabía.
Sonrió y bajó de nuevo su mirada antes de darle la última calada al cigarro que después dejaría apagarse en el cenicero, dispuesto a dar su tiempo sólo a su cena.
- ¿Querés saber lo que haría si fuese el pibe?- estaba a mi lado sentado en el sofá, así que al volver a subir su mirada y mantenerla de nuevo fija en mis ojos me intimida levemente. Había olvidado como era tenerle así.
- Dale, ¿Qué harías? ¿Olvidarme e irte con una piba buena como vos?
- No, lo que haría es no haberte dejado ir tan fácil.
- ¿Así? ¿Me secuestrarías?
- No, nada de eso, tarada. Pero si le hubiera puesto más ganas, no sé, luchar por vos.
- Igual fue bueno que me dejase pensar.
- Sí, es verdad, pero puede llegar otro pibe y te vas con él y a mí me dejas solo, ¿Entendés? Hay que luchar por lo que querés.
- ¿Así?
- Te estoy diciendo la posta, vos lo sabes.
- Ya...¿Y quién más se va a cruzar en mi camino?
- Y no sé, no sé por dónde andás.
- ¿Para qué querés saber por dónde ando? Tendrías que saber con quién suelo ir para decirme quién sería el que se cruzaría.
- Bueno, porque como no sé por dónde andas no me puedo cruzar.
Aquello me quedó paralizada en el sitio y él aprovechó entonces para sonreírme de nuevo antes de bajar sus ojos a mis labios durante unos segundos. Después, se atrevió a dar el paso cuando mi cerebro estaba analizando si lo que dijo era en serio o era todo una joda.
Al principio, sorprendida, me eché hacia atrás, pero él parecía no querer separarse y al darme cuenta de que ocurría, me dejé llevar y me olvidé de todo.

Piensa En Mí (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora