Angie, hija de padres españoles, nació en Buenos Aires, Argentina. Desde pequeña, vivió en Almagro, siendo parte de una familia humilde junto a sus tres hermanos mayores.
Con cinco años, mientras jugaba en el parque conoció a una niña en uno de los...
- ¿Qué? - Hace días que no hablamos. - Estuve ocupada. - ¿Con? - Mi nuevo novio y la facultad. - ¿Cómo que nuevo novio? - Carlos. - ¡¿El pibe de la facultad?! - El mismo. - ¿Pero esto cuándo ha pasado? - Hace dos días. - La concha de la lora...¿Y por qué no dijiste nada? - Porque tuve la suerte de sólo decírselo a mis amigos y que ellos sí que saben guardar un secreto, no como vos con lo mío y Mauro. - Uh nena, que resentida.- suspiré y él rió.- Dale, tenés que venir a casa. - ¿Por qué? Hoy iba a estar en casa de Candela. - Porque nuestros viejos están haciendo limpieza y le ha tocado a tu habitación y a la mía, así que nos han pedido ir. Bueno, más bien me lo han pedido a mí. - ¿Tarde de vídeos y fotos? - Me da que sí. - Que paja. - Bueno, dale, vení y contame. Además, Miguel se va a enojar si no venís. - Que rompe bolas que es. - Siempre lo ha sido, chao. - Chao. Dejé de hablar con Santino por teléfono y terminé el ejercicio que estaba haciendo antes de que me llamase. Después, me cambié rápido para salir de casa e ir a la de Candela caminando. Tras dos días sin vernos, por fin me había dicho que estaba libre para saber todo de lo mío con Carlos. Estábamos bien, era como seguir siendo amigos pero esta vez nos besábamos. Aunque yo prefería reír y jugar a la play, él prefería una tarde en su casa sin dejar de besarme para enseñarle a Pedro que ahora era su novia. Llegué por fin y llamé a la puerta, esperando que abriese mientras miraba la hora. Me quedaría menos tiempo del que tenía planeado de un principio, todos sea por ver a mis viejos. - Angie.- levanté la mirada y sonreí antes de abrazar a mi amiga. - Me quedo poco tiempo. - Bueno, no importa, llevan sólo tres días, seguro que te da tiempo a contar todo. - Ya empezamos, eh, desde el principio. - Sorry. Sonrió y cerró por fin la puerta para ir juntas al salón, donde me esperaba con lo que parecía fernet en un vaso junto a Coca-cola. - Bueno, dale, contame. - Nada, me quedé dormida las primeras clases pero pude decirle que sí al final. - ¿Y qué tal desde entonces? - Bien, bien...raro, pero bien. - ¿Raro? - Hace una semana era uno de mis grandes amigos, casi el mejor sino fuera por Juan. - Bueno, eso con el tiempo se olvida. - Espero, se me hace demasiado raro besarle, ¿Entendés el quilombo que es eso? - Olvídate, ya pasará. Sonrió y bebió de su vaso antes de dármelo para beber luego yo. Después de eso, ella me contó que había hecho todos estos días separadas. En su mayoría, laburar junto a sus hermano, algo que ya me esperaba. - ¿Y Mauro? ¿Qué tal desde que lo vi?- pregunté intentando quitarle importancia. - Bien, va a hacer una canción con un español otra vez. Vos ya sabés, no para de grabar. - Lo supongo ya, es una máquina de sacar canciones.- bebí y después suspiré. - Bueno, dale, en unos días vos y yo volvemos al boliche y nos olvidamos de Carlos, mi laburo y tus estudios, ¿Eh? - Sí, dale. Sonreí y mi teléfono vibró por una notificación. Lo saqué del bolsillo del pantalón para ver un mensaje de mi hermano mayor, Santino, avisando de que él ya iba y que si no estaba yo Miguel me iba a buscar a mi casa. Pelotudo. - Me tengo que ir ya. - Ya me contaste todo lo que quería saber. Sonrió y yo puse los ojos en blanco, haciéndola reír antes de abrazarnos como despedida. Después, fui en taxi hasta Paternal para ir a la casa de mis viejos como antiguamente. - Ya llegué.- avisé entrando con mi vieja detrás, después de habernos abrazado al verme al otro lado de la puerta. - Entonces ya pueden ir a ver. Dijo Miguel antes de beber de su mate sin dejar de mirar el televisor junto a Santino y mi viejo. Aunque Santino parecía más atento a su celular. Mi madre decidió acompañarnos y Santino llevó las cosas que le habían metido en una caja a mi habitación para ver todo juntos. - Bueno, dale, les dejo solos. - Chao, ma. Ella cerró la puerta y en segundos Santino se giró a mirarme con una pícara sonrisa que me estaba anticipando lo que venía. - Bueno, ¿Carlos era? - Sí. - Así que es mi nuevo cuñado. - Déjate de joder, Santino, y abrí la caja ya. - ¿No me vas a contar nada? - ¿Qué querés que te diga? Me besé con él en un boliche borracha, después lo hablamos y decidimos ser pareja o al menos internarlo. Listo, llevamos solo tres días. - Sos intensita eh, no podés irte a dormir si no es con un pibe. Fruncí el ceño, él sonrió nervioso por lo que había dicho y al segundo ya le había dado con mi mano en su nuca, haciéndole quejarse. Me senté en el suelo y después él hizo lo mismo a mí lado, poniendo las cajas juntas. Cada uno abrió la suya y comenzó a ver lo que había dentro. - Mirá, mi medalla por el torneo de fútbol. - Eras malo. - Pues gané. - A lo mejor nuestro viejo pagó, porque sino...- me fulminó con la mirada y yo reí rebuscando en mis cosas.- Oh, mirá, mi peluche de la infancia. - No sé cuántas veces vomitaste ahí de bebé. - Gracias, gil.- lo solté y ahora rió él. Seguimos buscando hasta llegar al final de las cajas. Allá había algunas fotos en las dos. - Oh, mirá, con José.- me enseñó una foto de los tres juntos en un banco de madera. - Acá vos con mi disfraz y yo el tuyo.- le enseñé ahora una foto de él vestido de princesa y yo de león, riéndonos al ver eso. - ¿Y qué me decís de esta? Agarró una de mis cosas y me la enseñó. Era una foto con Candela en su cama, de pequeñas. Las dos con el pelo corto y negro. Riendo con los pijamas puestos pero separadas por Mauro. Él también estaba en pijama, sacando la lengua a la cámara que seguramente tenía su madre. Sonreí y la dejé en las demás cosas antes de seguir viendo lo demás y guardar todo. Bajamos y Miguel nos ayudó a guardar las cajas en su auto. Después, nos despedimos finalmente y nos fuimos cada uno a su casa. Aún así, ver tantas fotos me hacía demasiado nostálgica. AngieGom
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AngieGom- ¿Aló @Carlosrf_23? Carlosrf_23- Acá 🙋🏻♂️😍 Juan_20- Couple goals. ClaudiaFer_20- Madre mía, diabetes tengo. Sonreí y dejé el teléfono una vez leí todo. Hasta que volvió a avisarme de una notificación. Dukisjj. ¿Al final fue un sí? No sabía que responder ni por qué él me mandaba ese mensaje después de mi foto. Pero a los segundos apareció de nuevo lo ocurrido en casa de su hermana y luego la foto que había visto esta tarde. Dukisjj.
