- No quiero ir.
- Angie.
- No.
- Has ido a la comida.
- Y quería llorar.
- ¿Posta?
- Me quiero morir.
- Dejá de decir boludeces.
- Ahora estábamos bien...¿Por qué se fue?
- Dramática.
- Déjame.
- Dale, va a volver en dos días.
- No quiero.
- Angie.
- No.
- Angélica García la concha de tu madre salí ya de la cama o te saco yo.
- Sos malo.
- Dejá de hacer boludeces y salí, tenés ya una edad.
- Sí, sos malo.
Tapé mi cara en la almohada y oí a Juan resoplar. Segundos después, sus manos agarraron mis tobillos y comenzaron a tirar hacia fuera. Agarré el colchón intentando no salir, pero me era difícil porque realmente era más fuerte que yo.
De repente, dio un tirón y me solté, cayendo él al suelo y yo casi salí de la cama. Sonreí y comencé a trepar de nuevo de vuelta a la cama, pero fue más rápido y esta vez me agarró de la cintura, levantándome como una nena.
- ¡No!
- ¡Angie!
- ¡No quiero!
- ¡Dale!
Me llevó así, pataleando en el aire, hasta el baño. Como pudo, me metió en la ducha y me dejó ahí cuando cayó todo el agua.
Intenté salir, gritando porque estaba demasiado fría, pero él igual me tuvo allá, mojando su ropa pero no entrando completamente aunque yo intentase que lo hiciera ya que me estaba mojando a mí el buzo que me había dejado Mauro.
- ¡Pará, pará!
Y entonces, cortó el agua, sacándome luego de la ducha. Me dejó sola para poder secarme y al salir enrollada en una toalla fui a mi habitación, encontrándome con que ya había elegido mi ropa y la tenía en la cama.
Resoplé y cansada me cambié, yendo al baño después para acabar de arreglarme sin muchas ganas. Bajé las escaleras y estaba en el sofá sentado, esperándome.
- Al fin, ¿Viste? No fue tan difícil.
- Callate, gil.
- Dale, recién se fue ayer.
- Me da igual, es la primera vez y estoy sensible, ¿Sí?
- Bueno, bueno.
Sonrió como si nada y se levantó para ir a la entrada conmigo detrás. Salimos y subimos a su auto, comenzando a manejar a los pocos segundos.
Me llevó a él boliche donde habíamos quedado y no había estado nunca. Entramos después de una larga espera y me llevó de la mano hacia la barra, pidiendo más rápida que él.
Me miró mientras le di un gran trago a mi bebida recargada la mayoría de alcohol y luego negó con la cabeza. De repente, Claudia apareció detrás de él, saltando a la vez que ponía sus manos en su hombro y aparecían los demás.
Nos saludamos y Diana me llevó a la pista a bailar sin decir nada más, así que supongo que Juan le había dicho algo de mi repentino bajón.
Tomábamos y bailábamos, uniéndose después Matías con nosotros hasta que Diana se fue reemplazada por Claudia y Nicolás. Luego, Juan también se unió a nosotros hasta acabar todos bailando.
- Tomá.
- No.
- Dale, una calada.
- No, no, dejá.
- Dale, boluda, no es la primera vez y lo necesitas.
Diana sonrió extendiendome su porro y miré a mis otros amigos. Ni se habían dado cuenta de su propuesta y yo no tenía nada que perder ya que el alcohol no me hacía efecto.
Así que, lo tomé y le di una calada no muy grande, dando después un trago a mi bebida mientras ella reía.
Esta mañana me había despertado sola en la cama, pero no me acordé de que Mauro no estaba hasta que vi su buzo en la silla de mi habitación. Entonces le llamé, pero no me contestó, así que me fui a desayunar y luego estudié hasta que me tuve que ir a la comida. En el camino en el taxi, le volví a llamar por si había más suerte, pero nada.
Parecía que se había olvidado de mí y con ese pensamiento fui a la comida de mi familia. No tardaron en darse cuenta que algo me pasaba, pero igual siguieron como si nada y yo, nada más terminar, me fui a casa.
Tenía que estudiar, pero no podía porque no sabía qué me pasaba pero sólo estaba él en mi cabeza. Cansada, volví a llamarle porque seguro que eso me quitaba el drama que ni sabía de donde venía. Pero seguía son contestarme.
Así que, sin nada que hacer o más bien poder hacer, me fui a dormir. Sólo me desperté por un mensaje, su mensaje.
Mauro😍❤️
No puedo hablar hoy.
Como si fuese alguien más y sin pensar que le echaba de menos. Me molesté e intenté limpiar la casa, pero acabé molesta e indignada con todo lo que tocaba, así que me dejé caer en la cama y me volví a dormir hasta que Juan vino a por mí. Le abrí y salí corriendo a mi habitación.
Como mi familia, tardó poco en entender que algo pasaba y fue ha ayudarme hasta que dije que no quería venir. Por eso bebía, necesitaba olvidarme de esto y de donde estaba en específico.
- Mirá, Angie, tu hermano.
Miré a dónde Claudia señalaba y fui sonriendo y bebiendo hacia donde Santino estaba, hablando con otros pibes. Di un último y gran trago a mi vaso y le toqué el hombro para que se diese la vuelta.
- Mirá, esta es la hermana que os decía.
- Hola.- saludé a sus amigos y luego le miré.- ¿Qué onda? ¿Qué hacés acá?
- Ché, ¿Vos no saliste en un directo de Coscu? Amiga, vos sos la novia del Duko.
- Eh...puede.
- Mirá vos, ¿Y él? ¿Te olvidó por ahí?
- Bueno, me voy mejor.
Me di la vuelta y sin más, con los ojos confundidos de mi hermano mayor en mí, me fui a la barra a seguir tomando.
Llené mi vaso de más alcohol y después busqué en mi bolso los cigarros que Juan me había dado antes de salir del auto.
- Angie.
- ¿Qué?
- Fue una joda.
- Me da igual.
- Dale, se le fue, es medio pelotudo.
- ¿Medio?
- Está escabio.
- Bueno, igual seguro que es un pelotudo.
- Más o menos.- sonrió y yo resoplé.- Dale, ¿Pasa algo?
- Mauro no me da bola desde que se ha ido.
- Y vos ya estás con el drama.
- Qué sé yo, Santino, se me hace difícil porque nunca he tenido un novio famoso.
- Bueno, pero no pasa nada, el pibe estará cansado.
- Más bien, no puede hablar conmigo.
- Entonces ocupado.
- Ha subido un vídeo fumando con los pibes, déjate de joder.
- Que espía.
- Lo tengo en Instagram, ¿Qué querés? ¿Que lo bloqueé?
- Bueno, olvídate de eso, seguro que sólo quiero un poco de...
- Espacio.
- No, eso no.
- Y yo acá que ni de estudiar soy capaz por él.
- Sobre eso...
- ¿Qué?
- Miguel, lo sabe.
- ¿El qué?
- Que está suspendiendo todo.
- ¿Es joda? ¿Me estás cargando? ¿Se lo dijiste?
- No... bueno, se pensaba que hoy estabas así de triste por los estudios y me...bueno, me hizo uno de sus interrogatorios.
- Santino.
- Perdón, ¿Sí? No pude.
- Dios...parece que no hay nadie de confianza acá.
Tomé un gran trago y le di una última mirada antes de volver a la pista a bailar y fumar, intentando con más fuerza olvidarme de todo antes de que mañana Miguel vaya a buscarme a casa y me de una de sus charlas.
- Perdón por lo de antes.- dijo un pibe detrás de mí. Me giré, pero no era el pelotudo que era amigo de mi hermano, aunque sí estaba en el círculo suyo.
- ¿Y vos sos?
- Fernando, el hermano del pelotudo de antes.
- Si hasta su hermano se da cuenta...
- Un poco como vos con Santino.
- Más o menos.
- ¿Y qué hacés acá?
- ¿Te referís a...?
- A...no sé, no tenés amigos ni... nadie.
- Mis amigos desaparecieron, no conozco el boliche y ni idea de dónde están.
- ¿Y no hay nadie más?
- ¿Mauro? De viaje, olvidándose de su novia por unos días.
- Bueno...seguro que no es así.
- Sí, sí es.
-¿Y por eso bebés? Porque estás a punto de caerte.- dijo sonriendo.- ¿Vos fumas?
- ¿Sos mi viejo o cómo?
- Sólo lo decía por...
- No, lo hacía, pero ya no.
- Bueno, igual te va bien.
- ¿Bien?
- A mí siempre me funciona, me relaja y ya no tambaleo.
- ¿Posta?- asintió y subí mis hombros.- Bueno...
- Sólo hoy, querés olvidarte de todo y ya bebiste, ahora que mejor que fumar y dormir, ¿Eh?
- Que psicólogo que sos.
Rió y negó con la cabeza, dando después un trago a su vaso para luego dejármelo a mí al ver el mío casi vacío. Mientras que él hacia el porro, yo bebía. Por suerte nadie nos veía con todo el mundo alrededor de nosotros.
- Listo para servir.
Sonrió y lo puso en su boca para prenderlo antes de dejarmelo. Suspiré y recordé todas las veces que antes lo había hecho y como lo dejé porque estuve a punto de repetir curso.
Pero igual, fumé porque no tenía nada para hacer y necesitaba que toda la niebla que había en mi mente se fuese de alguna forma.
Después de mis caladas, se lo devolví y luego, él hizo lo mismo y así hasta que realmente los efectos del alcohol se juntaron con los de la marihuana y no me tambaleaba porque casi no podía estar de pie.
Por eso, supongo que puso sus manos en mi cadera cuando bailaba, viendo cómo estaba por caerme entre la gente. Aunque yo estaba demasiado ida para apartarlo y cuando cerraba los ojos, me parecía que era Mauro quien bailaba conmigo. Mauro, otra vez en mi cabeza.
Agarré su vaso y me lo terminé de un trago. Reímos y luego me llevó a la barra para seguir bebiendo y bailando. Cuando terminé el vaso, aunque lo tuviese detrás y me sujetase mientras bailaba, ya me tropezaba conmigo misma y no podía más.
- Vámonos de acá.
Dijo, riendo para luego yo también reírme como dos pelotudos. Me llevó agarrándome de la cintura todo el tiempo para que no me cayese entre la marihuana, el alcohol y los tacones.
Salimos del boliche y suspiré apoyada en su hombro. Llamó a un taxi y al entrar, me apoyé en su hombro sin saber a donde íbamos. Después, todo se hizo borroso.
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Piensa En Mí (Duki)
FanficAngie, hija de padres españoles, nació en Buenos Aires, Argentina. Desde pequeña, vivió en Almagro, siendo parte de una familia humilde junto a sus tres hermanos mayores. Con cinco años, mientras jugaba en el parque conoció a una niña en uno de los...