- Juan.
- Angie, ¿Pasó algo?
- No, nada, quiero decir, vos me mandaste un mensaje.
- Sí, lo hice, pero no para que me llamases. Quiero decir, sólo te preguntaba si vos tenías mi campera negra.
- ¿Cuál de todas?
- Eh...la que tiene...
- Mirá, vení a mi casa está tarde y ves cual es.
- ¿Pero pasó algo?
- No, no, vos venís y luego te andas a dormir antes de laburar o te quedás a dormir en mi casa. Yo tengo que estudiar.
- Está bien, sí, iré luego.
- Vale, chao.
- Chao, nena.
Terminé la llamada y guardé el celular para seguir cocinando. Con todo el tema de Carlos se me olvidó ayer cocinar para hoy, así que me tocaba preparar todo con hambre recién llegada de ella facultad y con todas las dudas recién comenzando a fluir por mi cabeza.
Terminé y llevé mi plato al salón para comer allá mirando cualquier cosa en el televisor, aunque tan sólo deseaba aya que llegase Juan para hablar.
Dejé todo de vuelta en la cocina al acabar de comer y subí arriba a dejar todo listo para cuando empiece a estudiar, después bajé al salón de nuevo y, rendida de tanta tensión estos días con lo ocurrido y sin encontrar ninguna solución, mi cuerpo acabó por rendirse y me dormí en minutos.
Hasta que el sonido de la puerta me despertó. Aturdida e incorporándome poco a poco, recordé quién tenía que venir acá y rápido me levanté para ir a abrirle, deseando ya hablar con alguien y sabiendo que Candela no podía porque estaría en sus cosas y además, ella me diría que sí tenía que aceptar.
Abrí y sonreí al verle en frente de mí, mojándose porque había comenzado a llover mientras dormía. Aún así, como sentía que sería mi milagro en cuanto al tema de Carlos, le abracé sin importarme que tenga el buzo completamente mojado.
- ¿Viniste andando o qué?
- No, pero del auto acá...- suspiró ya en la casa y me miró sonriendo.
- ¿Qué?
- ¿Tenés algo para secarme?
- Oh, sí, claro.
Le sonreí de vuelta y subí rápido las escaleras hasta ir al baño, agarrar una toalla y volver a su lado para dársela antes de que se sentase en el sillón.
- ¿Qué hacías?
- Dormir.
- ¿No que ibas a estudiar?
- Si, ¿Sabes que al final aprobé?
- ¿Qué aprobaste?
- El examen más difícil que he hecho, gil.- sonrió y me senté en el sofá sin dejar de mirarle, aunque mi teléfono había vuelto a vibrar por otra notificación.- ¿Y vos qué tal?
- Bien, bien, cansado. ¿Vamos a ver si la tenés?
- Si querés.
Se levantó despacio, esperándome para ir juntos en el camino a mi habitación. Abrí el armario y esperé a que mirase bien si estaba allá, hasta que agarró una que hacía tiempo no me ponía.
- Es esta.
- Típico de mí.
- Sos una ladrona eh.- dijo sonriendo, dejando de mirar su campera, ya en sus manos, para mirarme a mí.
- Bueno, vamos abajo entonces.
- Sí, dale.
Cerré de nuevo el armario y bajamos juntos a la sala para sentarnos en el mismo lugar que antes.
- Creo que me quedaré acá hasta tener que irme, tengo el uniforme en el auto así que...
- Mejor.- le sonreí y él me imitó, riendo levemente después.
- Sabía que te pasaba algo.
- ¿Qué?
- Dale, contame que pasó.- suspiré y volví a tomar aire para comenzar.
- Salí con Candela de joda a un boliche por el examen que te dije, aunque no sabía aún la nota. Bueno, me emborraché como de costumbre y me encontré con Carlos.
- ¿Carlos el de la facultad?
- ¿Conocés a otro?- levantó sus manos en forma de defensa y puse los ojos en blanco.- Bueno, estuvimos bailando él y un amigo más hasta que esté se fue y quedamos Carlos y yo solos.
- ¿Y...?
- Y le besé, bueno, nos besamos.
- Vaya, vaya...- sonrió y luego chasqueó su lengua.- ¿Qué te dije de tener otra relación?
- ¿Qué? ¿No puedo tener pareja?
- No cuando te sigue gustando otro pibe.
- Mirá, tengo a Candela diciendo que me gusta Carlos y vos me decís todo el rato que el que me gusta es Mauro. ¿Se pueden poner de acuerdo?
- ¿Ella sabe de Mauro y vos?- negué y sonrió.- Entonces normal que piense eso, yo también lo pensaría. Pero dale, por mucho que quieras te sigue gustando.
- No.
- Sí.
- No.
- Sí.
- Bueno decime qué hago.
- ¿Qué hacés de qué? Le decís que no y listo.
- Pero el pibe quiere que estemos juntos.
- ¿En serio?
- Me dijo que le gustaba desde el principio.- suspiró y yo hice lo mismo.- Me da pena...
- ¿Y vas a estar con él por pena?
- Dale, si tanto decís que me gusta Mauro, ¿No es mejor olvidarle con otro pibe?
- Sí, pero tenés que pensar también en los demás, gil.
- Igual ni funciona.
- ¿Cómo que no?
- Igual duramos poco.
- Bueno, mándale, hacé lo que vos quieras.
- Menudo amigo.- suspiré y él rió
- Andá a decirle a Matías o Nicolás, a ver qué pasa.
- Está bien, está bien, vos quédate acá durmiendo, yo me voy a estudiar.
Me levanté sin más y me fui oyendole reír, dejándome el celular allá. Subí y como tenía planeado, estudié toda la tarde.
Aunque, como Juan no me había ayudado realmente, no hice nada más que pensar en qué hacer, enterándome poco de lo que leía.
- ¡Angie, me voy ya!
Oí gritar a Juan desde abajo. Miré por la ventana y me di cuenta que se había pasado todo el día, me levanté y bajé a buscar a mi amigo para despedirme de él con un abrazo antes de que se fuese.
Como tenía hambre y de nuevo pocas ganas de cocinar, fui a por mí celular para llamar algo a domicilio. Ahí fue cuando lo vi.
Cande🔥🔥💘
Ché.
¿Venís está noche a cenar a casa?
Estoy re al pedo.
Help me.
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Piensa En Mí (Duki)
FanficAngie, hija de padres españoles, nació en Buenos Aires, Argentina. Desde pequeña, vivió en Almagro, siendo parte de una familia humilde junto a sus tres hermanos mayores. Con cinco años, mientras jugaba en el parque conoció a una niña en uno de los...