13.

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Salí de mi casa rápido. Llegaba tarde a la casa de Carlos, donde había quedado para estudiar antes de salir por Buenos Aires sin boliches de por medio.
No me había dado tiempo a nada, así que iba corriendo con un pantalón corto y un buzo de una talla más grande que la mía, pero aún así tenía demasiado frío porque ni campera me dio tiempo a llevarme antes de irme.
Miré un par de veces en mi celular su dirección para no equivocarme ya que tampoco tenía plata, así que no podía ir en taxi o en el colectivo.
Llegué quince minutos después de haber salido corriendo, sin parar el ritmo. Aún intentando recuperar mi respiración, llamé a la puerta. A los diez segundos me abrió.
- ¿Estás bien?
- Llegué tarde.
- Bueno, yo no me voy a ir a ningún lado.
Sonrió y me dejó pasar mientras suspiraba. Él vivía con un amigo, pero por suerte este no estaba acá cuando le dije que necesitaba su ayuda con la misma asignatura del otro día.
Fui a la sala mirando poco a poco la casa y sobretodo las fotos. Había desde él siendo un pibe hasta ahora, con lo que parecía su familia o en un equipo de fútbol. Aunque también habían fotos de su amigo.
- Sos un maniático de las fotos eh.
- Me gusta quedarme con el recuerdo y si algún día pierdo la memoria, las tengo a ellas.
Le miré sentándome en su sofá y sonreí. Parecía un buen plan aunque algo maniático también.
Saqué los libros de mi mochila y comenzamos con la segunda clase en la que el profesor también era amigo mío.
Entre lecciones, seguíamos hablando de nuestra vida privada y sobre todo de cómo acabó acá siendo de Córdoba.
Su razón, su viejo murió y cuando tuvieron suficiente plata él se fue con su vieja y su hermano pequeño a vivir acá para olvidar un poco lo ocurrido.
Parecía todo un Romeo de los que siempre chapaban en algún boliche contando su historia trágica sin dejar de seducirte o simplemente siendo guapo, como era él. Pero no, después de contarme aquello me admitió que era la segunda persona a la que le contaba realmente el por qué se vino acá aparte de sus amigos, obviamente.
Cuando terminamos de estudiar, seguimos hablando en su casa con mates de por medio antes de decidir salir por fin a la calle.
- Ché, ¿Me prestas algo?
- ¿Algo?- preguntó sonriendo a la vez que se colocaba su campera.
- Mirá como vine, si salimos fuera esto va a parecer Titanic pero muriendo la piba y no Leonardo Di Caprio.
- Bueno, está bien, voy a ver si hay algo para vos.
Sonrió de nuevo y fue a buscar en su habitación algo para mí. Llegó con unos pantalones deportivos anchos que estaban claros que no eran de mi talla.
- Difícil eso eh.
- Es lo único que podés ponerte aparte de una campera.
- Uh, está bien.
Agarré su pantalón y fui al baño a cambiarme. Salí y al girarse, comenzó a reírse.
- Parecés una payasa.
- Gracias eh, qué lindo amigo me gané.
- ¿Qué querés? Mi vieja me enseñó a no mentir.- contestó sin parar de reír.
Tenía razón, los pantalones me quedaban tan grandes que se arrugaban en mis tobillos y estaba segura de que si andaba la parte de atrás llegaría hasta mis talones y los pisaría. Pero era eso o morir de frío.
- Bueno, está bien, dame tu campera, gil.
- Tomá, payasita.
Respondió de vuelta tirándome una de sus cameras bajo mi mirada matadora. ¿Para esto hago amigos?
Salimos de la casa y fuimos caminando mientras hablábamos hasta llegar a una cafetería en el centro.
Entramos y los dos nos pedimos lo mismo, cambiando los temas de conversaciones constantemente hasta acabar hablando de pelotudeces sin sentido y que no eran importantes, dejando a un lado nuestra vida privada.
Después de aquello, volvimos a caminar por la ciudad hasta acabar en un parque a la vez que comenzaba a anochecer. El frío se hacía más notable, aunque tuviera sus grandes pantalones.
Nos sentamos en los columpios de aquel parque y mirando el cielo oscurecerse sobre nosotros volvimos al tema del inicio.
Poco a poco, me di cuenta que realmente tenía cosas en común con él y que no me avergonzaba hablar de mí con él, lo cual era extraño porque siempre fui de las que teniendo un grupo de amigos ya hechos, ¿Para qué buscar otros amigos?
Pero él era distinto, cada día era más gracioso y había más confianza. Me sentía distinta con él, pero bien.
Terminamos por cortar nuestras charlas profundas e irnos cada uno a nuestra cosa, acompañándome primero él a la mía.
- ¿Y Santino no viene a vivir con vos?
- Lo intentó en su momento, pero me negué.
- Y luego andás quejándote que se te hace vacía la casa.
- ¿Vos sabés lo difícil que se me hace dormir sola? Por suerte me estoy acostumbrando pero las primeras noches estaba por comprarme un bate y guardarlo debajo de la cama.
- Bueno, dale, nos vemos en la facultad.
- Gracias por ayudarme.
- No fue nada.- sonrió y metió sus manos en los bolsillos de su campera.- Pero devolveme el pantalón y la campera eh.
- Vos me dirás para qué voy a quererlos.
- Pelotuda.
- Gil.
- Chao, jefa.
- Chao, bobo.
Sonreímos y se dio la vuelta para irse a su casa. Cerré la puerta y saqué el celular del bolsillo de su campera, mirando los mensajes de mis amigos que no leí por estar con él.
Después, me hice una pequeña cena y cansada, fui directa a la cama sin antes no dejar recuerdo de esta tarde por si algún día yo me quedaba sin memoria.
AngieGom

AngieGom- Por si pierdo la memoria 😅Juan_22- ¿Quién es este pelotudo que me robó a mí piba?↪️ AngieGom- Dejá de tomar esas pastillas, te dije que eran malas😂Claudia_Fer20- Épale wey

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AngieGom- Por si pierdo la memoria 😅
Juan_22- ¿Quién es este pelotudo que me robó a mí piba?
↪️ AngieGom- Dejá de tomar esas pastillas, te dije que eran malas😂
Claudia_Fer20- Épale wey.
Carlosrf_23- Ya tengo otra foto para la colección ❤️

Piensa En Mí (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora