CAPITULO 74

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Sabina -En ese momento tenía varios sentimientos encontrados (rabia, tristeza, felicidad) pero el que predominaba era la rabia. Aún estaba abrazando a mi hermano, puse mi mentón en su hombro y lentamente abrí mis ojos; Gianluca tenia sus manos en la cintura de Sofía y ambos se miraban fijamente a los ojos, no soporte más y hable en voz alta... tan alta que hice que mi hermano saltara de la sorpresa-. NO PUEDES VENIR A LA CASA DE MI HERMANO Y HACER ESO. RESPETA-.

Ermal -Solté a mi hermana, quien camino en dirección de Gianluca y Sofía y paso justo en medio de los dos, empujando a Gianluca hacia la puerta y a Sofía hacia el sofá. Yo no intervine, camine justo detrás de Sabina en dirección a la cocina, sin siquiera saber porque íbamos a la cocina-. Casi tiras a Sofía-. Le dije en un murmullo-.

Sabina -Se lo merece, no es posible que sea tan malagradecida contigo-.

Ermal -Solo se estaban abrazando-. Le dije tratando de calmarla, aunque debo de admitir que si me daba coraje a mi también, pero tenia que estar tranquilo para que mi corazón se mantuviera bien-.

Sabina -Lo mire mientras sentía como mi rostro se ponía rojo de la rabia que sentía-. Como quieras, tómalo como quieras pero para mi es una malagradecida y el un aprovechado-. Salí de la cocina, los mire por ultima vez y subí a la habitación en donde estaba Camila. Cuando la mire dormida (tomando su siesta) fue como si todo lo anterior se hubiera borrado de mi mente-.

Ermal -Me quede inmóvil por algunos segundos tratando de asimilar lo que había pasado-.

Gianluca -En cuanto Sabina desapareció, me acerque a Sofía-. ¿Estas bien?-.

Sofía -No le respondí, mis pies me llevaron a la cocina-. Ermal...-. Quería explicarle lo que había ocurrido, pero antes de que pudiera decir palabra alguna el se acerco a mi y me abrazo. El abrazo era totalmente diferente al que me había dado Gianluca; su abrazo era demasiado cálido, aparte debido a que Ermal es alto mi cabeza se posaba perfectamente y sin problema justo en su corazón, los latidos eran tan pausados, como una especie de canción para dormir, el olor que desprendía era demasiado delicioso como para separarme de el rápidamente-.

Ermal -No tienes que explicar nada porque no ha pasado nada-. Tome su mentón con mi mano izquierda e inclinándome un poco bese sus labios tibios, ella correspondió el beso, nos besábamos tan lento que parecía que un beso duraba una eternidad. Escuche los pasos de Gianluca aproximarse a la cocina, para cuando el entro yo ya me había separado de Sofía-. Disculpa a mi hermana, a veces es así-.

Gianluca -Se parece a su hermano entonces-. Logre que ambos se rieran un poco-. Es mejor que me vaya, no quiero seguir causando problemas-.

Ermal -Mire mi reloj de pulso y vi que marca las 5 de la tarde-. Quédate a comer-.

Gianluca -Ermal se había vuelto completamente loco, quería que su hermana me matara (debo de aceptar que a pesar de que me gritara y me empujara ella provocaba que en mi estomago revolotearan miles de mariposas) así que acepte-.

***

Sabina -Camila había despertado justo a la hora de comer, la tome en brazos y baje al comedor, mi hermano extendió sus brazos hacia mi y tomo a Camila-.

Ermal -Siéntate-. Le dije, mientras jalaba la silla para que ella pudiera sentarse-.

Gianluca -¿En donde pongo todo?-.

Sabina -Pero porque carajos sigues aquí, pensé. Cuando entro al comedor traía consigo bastantes bolsas, me levante de golpe y tome dos de ellas-. Te ayudo-.

Gianluca -Ahora comprendía a Ermal, cuando se caía con el simple hecho de que Sofía existía-. Gracias... oye Ermal-.

Ermal -Estaba terminando de sentar a mi hija en su sillita-. Pongan todo en la barra, terminando de comer yo lo acomodo-.

Gianluca -Sabina y yo acomodamos todas las bolsas como Ermal nos había indicado-. Oye Ermal...-. Dije de nuevo-.

Ermal -Dime-. Cuando me gire para verlo, el me hizo una seña con sus ojos, enseguida entendí. Camine hacia la puerta, la abrí y ambos salimos de la casa-. ¿Qué ocurre?-. Su cara se había puesto pálida de repente-.

Gianluca -En el lugar a donde fui a comprar la despensa...-. Mis manos comenzaron a sudar, porque estaba seguro que me iba a tomar como un loco en cuanto se lo dijera-.

Ermal -Dime que paso-.

Gianluca -En la fila... estaba un señor... que se parece mucho a ti-. Cerré mis ojos esperando algún golpe o alguna grosería de su parte, después de unos segundos abrí mis ojos... y el estaba inmóvil frente a mi con los ojos abiertos como dos platos-. Er... Ermal...-.

Ermal -Era prácticamente imposible, pero existía la posibilidad de que en algún momento de mi vida, me llegara a topar con mi padre... sin embargo el solo pensarlo me provocaba escalofríos-. ¿Lo viste de frente?-.

Gianluca -Si, por eso te dije que se parecía bastante a ti-.

Ermal -¿Cabello rizado de color negro, más alto que yo, más pálido que yo?-.

Gianluca -Si... creo-.

Ermal -No me digas creo... dime si o no-.

Gianluca -Si-.

Ermal -Mierda-.

Gianluca -¿Quien es?-.

Ermal -Si esto no es una broma tuya... es mi padre al que viste-.

Gianluca -¿Tu padre? Pensé que había muerto hace años-.

Ermal -Mi madre y mis hermanos siempre decimos que murió hace muchos años, porque al menos para nosotros lo esta, pero en realidad esta vivo-.

Gianluca -Yo estaba bastante confundido-. Y... eso es bueno o malo-.

Ermal -Solo imagina... que tu propio padre te golpea a tal punto de romperte las costillas, una pierna y un brazo y dejarte en coma por un mes... ahora imagina que eso no ocurrió una sola vez si no que fueran varias veces y no solo a ti si no que también a tu madre y a tu hermano... Ahora tu dime a mi... Si es bueno o malo-.

90 DÍAS CONTIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora