CAPITULO 74 PARTE III

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Ermal -Los segundos, los minutos, las horas, los días, las semanas pasaban tan lento a lado de ella, era como si el tiempo nos estuviera dando oportunidad de amarnos, de conocernos, de entendernos pero también tiempo para que ella asimilara la perdida... mi muerte... claro que para eso necesitaba decirle. Día a día su corazón se debilitaba, las cosas que para los demás parecían tan simples para ella eran las más difíciles-. Espera, deja que te ayude-. Le dije mientras le quitaba el vaso de vidrio de las manos para servirle agua-. Ven siéntate-.

Sofía -Ermal me llevo hasta el sofá-cama, me ayudo a sentarme, beso mi frente como era su costumbre y me dio el vaso de agua con mucha precaución-. Gracias amor-. Se que lo hacia para que yo no resultara herida por si acaso soltaba el vaso de vidrio, pero me hacia sentir tan inútil, me hacia sentir como si fuera un estorbo-.

Ermal -Mi hermana y yo habíamos llevado a mi hija a casa de nuestro madre quien la cuidaba cuando ambos teníamos que trabajar jornadas muy largas... tuvimos que mentirle... no le íbamos a decir: mamá cuida a mi hija, porque hare una donación en vida y necesito cuidar a Sofía, ella recibirá mi corazón. Mi hermana... bueno ella es algo especial pero la amo... se ofreció a ayudarme a cuidar a Sofía y obviamente a cuidarme a mi también; ella era quien preparaba las comidas todos los días, y nos turnábamos los demás quehaceres de la casa-.

Sabina -Mi hermano estaba abrazando a Sofía de una manera bastante... obsesiva y Sofía me miraba con ojos de: por favor quítamelo de encima-. Ermal, suelta a Sofía... la estas asfixiando-.

Ermal -Perdón-. Dije y de inmediato la libere, las dos me miraron fijamente y mientras Sofía me sonreía mi hermana me sacaba la lengua-.

Sabina -Antes de entrar a la cocina, con un dedo le indique a mi hermano que me siguiera, el se levanto de inmediato y entramos casi al mismo tiempo-. Ya me vas a decir que es lo que te pasaba aquella tarde-.

Ermal -Recordaba a la perfección de que tarde me estaba hablando mi hermana pero fingí demencia-. ¿De que me hablas?-.

Sabina -Lo mire, cerré mis ojos, respire profundo, abrí los ojos, para después ponerlos en blanco, sonreí con notable sarcasmo y con voz baja y tranquila respondí-. La tarde cuando el estúpido de Gianluca se quedo a comer con nosotros-.

Ermal -A esa tarde... No me acuerdo-. Me gustaba tanto ver como hacia sus berrinches como cuando tenia 5 años-. Te voy a decir pero prométeme que no entraras en pánico y que estarás tranquila y por favor no vayas a gritar-.

Sabina -Debía ser algo muy grave para que mi hermano me pusiera tantas condiciones, acepte de inmediato-.

Ermal -Gianluca me conto que en la fila de la tienda... vi a una persona muy parecida a mi... por no decirte idéntica-.

Sabina -Sentí como un escalofrió recorría todo mi cuerpo-. Pero es imposible... el esta en la Albania-.

Ermal -Quiero pensar que Gianluca vio mal o simplemente...-. No había más explicaciones, era nuestro padre o era nuestro padre-.

Sabina -No creo que se haya equivocado-. Ahora entendía la urgencia de mi hermano por llevarse a la niña con nuestra mamá-. Bueno... no creo que nos este buscando... o si?-.

Ermal -Eso espero-.

Sabina -Me puse a reflexionar en como nuestro padre había llegado a Milán y en como Gianluca lo había encontrado en la tienda más cercana a la casa de mi hermano...-. No tuvo que buscar mucho-.

Ermal -La mire fijamente y sin que ella me dijera nada entendí todo-. Pero claro-. Cuantos espectaculares no hay aquí en Milán con mi cara en ellos anunciando la próxima gira que muy probablemente se cancelaria-. Tienes razón-.

Sabina -Tal vez lo mejor que podemos hacer para estar un poco más seguros es retirar todos los espectaculares, anuncios... todo-.

Ermal -Y necesitamos no salir para nada-.

Sabina -Si no te parecieras tanto a papá, sería más fácil escondernos -.

Ermal -Ahora me estas culpando por algo que yo no pude elegir... tu crees que me gusta verme al espejo y verlo a el, verlo reflejado en mi día tras día... saber cada día me voy pareciendo más a el-.

Sabina -Perdón, tienes razón... es que entre en pánico-.

Ermal -Tampoco podemos escapar e irnos a refugiar a la casa de Francesco-.

Sabina -Entendía la referencia a la perfección. Mi hermano no quería irse a meter con Francesco y quedar como un cobarde, porque si no Gianluca tendría muchos puntos a favor y eso ni a mi hermano ni a mi nos parecía un buena idea-. Podemos pedir ayuda, solo cuando tengamos que salir a comprar la despensa o a la revisión de Sofía... bueno a la revisión de ambos-.

Ermal -Llamarle a Gianluca y pedirle que se quedara en mi casa, era nuestra opción pero no me agradaba del todo-.

90 DÍAS CONTIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora