DÍA 19

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Toscana, a un año de la desaparición de Sofía Isabel Gabbani D'angelo

-Todo el día estaba recibiendo llamadas de mis amigos y familiares, me daban mensajes de animo para que no entrar en depresión, aunque era en vano. Aquella noche estaba en el balcón de mi casa, en la mano izquierda tenia una copa de whiskey y en la otra un cigarro; yo no tomaba y mucho menos fumaba hasta apenas hace 2 meses cuando mi esposa me pidió el divorcio y se fue de la casa, me quede solo, solo con las montañas llenas de arboles que una vez disfrute con mi familia; la casa se sentía tan fría, bueno de por si la casa es fría por que esta construida en la cima de la montaña y tiene demasiados miradores pero se sentía más fría que de costumbre. Termine mi copa y mi cigarro, entre a la casa por mi cajetilla y saque otro, volví a salir y lo encendí; eran aproximadamente las 12 de la noche y todo se encontraba en plena obscuridad, mire las estrellas y después cerré mis ojos y en silencio le pedí a Dios que por favor no le hicieran daño, que no tuviera frio ni hambre, que se encontrara bien donde sea que estuviera y que me ayudara a encontrarla viva o muerta pero que me ayudara a que ella apareciera, seque las lagrimas que se habían derramado de mis ojos y entre a la casa, me cambie la ropa que traía puesta por algo más cómodo y me senté en el sofá ya que no tenia sueño, de hecho tenia meses que dormí en todo el día como 2 horas, me senté a contemplar la foto que le habíamos tomado en una visita que hicimos a casa de los abuelos en Sicilia, estaba tan perdido en la foto que no me percate que el teléfono de la casa llevaba varios minutos sonando, me levante despacio y conteste-.

-¿Si?-.

-TENEMOS A TU HIJA-.

-Pero que demonios había escuchado-. ¿Quién llama?-.

-TU SABES QUIENES SOMOS Y SABES QUE TENEMOS A TU HIJA ISABEL CON NOSOTROS-.

-No sabia quien demonios era pero si era una broma era de muy mal gusto, sabia que conocían el nombre de mi hija porque prácticamente estaba en todas partes y el teléfono de mi casa en cualquier guía amarilla lo encuentras, así que no me asuste ni me preocupe-.

-FRANCESCO GABBANI SABEMOS EN DONDE VIVES-.

-Si pensé, en la misma guía amarilla viene la dirección pero de mi casa antigua lo que me mantenía más a salvo de cualquier extorsión-. Marcaron el numero incorrecto, lo lamento-. Y colgué la llamada, después tuve esa sensación de que eran las personas y de que ellas la tenían. Me hinque ante la cruz de madera que tenia en la sala y con las manos en forma de oración, le suplique que si eran ellos volvieran a llamar y que esta vez no ignoraría la señal para encontrar a mi hija, que no la lastimaran por culpa de mi incredulidad... y comencé a llorar d nuevo, hasta que el sonido del teléfono me hizo callar de golpe-.

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