DÍA 47

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-Habían pasado cerca de dos semana desde que Sofía y Gian fueron a identificar al sujeto que Ignazio había amarrado y entregado a la policía, habíamos regresado a la Toscana; éramos como una pequeña familia, todos lastimados de manera diferente, pero tratando de ser felices, de estar para nosotros en los momentos más obscuros, los días transcurrían despacio y eso me hacia sentir como antes de que todo eso pasará. Estaba decidido a hablar con Sofía, a hacerle todas las preguntas que fueran necesarias para indagar más respecto a ella. Mire por el balcón y los vi, ahí estaban los dos, disfrutando del aire fresco y del columpio que yo mismo había hecho para mi niña, salí de la casa y me dirigí hacia ellos-. Hoy si hace un buen clima, ¿verdad?-.

-Francesco y yo habíamos hablado la noche de ayer y nos habíamos puesto de acuerdo para que el pudiera hablar con ella en un lugar "cómodo"-. Si, hoy el clima esta tranquilo... Fran... te podrías quedar con Sofía; necesito hacer una llamada-.

-Por supuesto Gian-. Gianluca se alejo y yo la seguí columpiando con suavidad como el lo estaba haciendo, el aire movía su cabello ondulado. Me senté en el pasto justo a un lado de ella, cerré mis ojos y respire profundamente intentando obtener el valor que necesitaba, abrí mis ojos y me tope con los suyos, ella me sonrío dulcemente-. Sofía... puedo hacerte una pregunta-.

-Claro-. A Francesco lo consideraba como el padre de mis recuerdos, ero lo más cercano que tenia a uno, como negarle una respuesta-.

-Fiorella... me comento... el primer día que te ducho... ella vio que en tu pierna derecha tienes una cicatriz muy fea... yo quería saber... si tu recuerdas... lo que te paso-. Estaba a punto de llorar pero me contuve y respire profundo-.

-No me gustaba recordar y mucho menos hablar absolutamente nada del tema-. Bueno... es algo complicado de explicar y difícil de recordar, porque era muy pequeña... las personas que me tenían secuestrada aquella noche, entraron a donde yo dormía, que era un cuarto muy pequeño, sin luz, sin ventanas...-. Respire profundo y continué-. Me cargaron y me llevaron a otra habitación en donde si había luz, me dijeron que no gritara, que no llorara, me sujetaron entre dos personas y minutos después entro una tercera persona... esta traía en su mano una navaja...-. Las lagrimas comenzaron a brotar mis ojos de manera involuntaria-. Y el dijo en voz alta y clara: si le quitamos ese lunar, nadie la podrá reconocer-.

-Estaba en chock pero cuando ella dijo "el lunar" quede peor-. ¿Recuerdas como era tu lunar?-.

-Si-. Claro que lo recordaba, era algo que era parte de mi cuerpo, parte de mi identidad, parte de mi familia, de mi padre o de mi madre-. Era algo parecido a un corazón-. Sonreí al recordarlo-. Si era un corazón y me parece que tenia como una especie de flecha que lo atravesaba-.

-El corazón se me volcó, yo no sabia si llorar, gritar o reírme. Pero contuve todas las emociones y seguí serio como si eso no significará nada para mi-. Yo también tengo un lunar en la pierna derecha, solo que el mío parece una bacteria aplastada-. Ella se rio, bajo del columpio y me abrazo con fuerza y después me susurro al oído: No sabes lo que daría por ser tu hija-.

-La abrace igual de fuerte y le susurre al oído: Quizás si seas mi hija-.

90 DÍAS CONTIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora