Ermal -Después de haberme caído frente a Fiorella, después de haberme puesto rojo frente a Francesco, después de aguantar la mirada penetrante de Gianluca y después de haber sacado el café por la nariz mientras Sofía estaba sentada a un lado mío, ya no podía perder nada más... "si ya no tenia dignidad, que más podía perder"-.
Francesco -Mire a Fiorella como tratando de decirle "que te pasa, ni creas que dejare que tu o Sofía se casen con el solo para que no lo deporten a Albania"-. Seguramente hay otra forma, solo tenemos que pensar... y dormir-.
Ermal -Limpie todo el café que había "tirado", me levante, camine a la cocina, lave mi plato y subí las escaleras sin decir nada más-.
Gianluca -En cuanto Ermal se fue, yo tome mi plato de pastel y mi taza de café y me senté junto a Sofía-. ¿Tienes frio?-.
Sofía -Porque los hombres no saben disimular absolutamente nada, lo decía tanto por Ermal como por Gianluca, la situación se había vuelto bastante incomoda para mi-. En realidad...-.
Gianluca -No espere a escuchar su respuesta, simplemente me levante y tome la frazada que estaba en el sofá y la cubrí-.
Sofía -Gra...cias creo. Saben estoy bastante cansada, es mejor que me vaya a costar-. Hice exactamente lo mismo que Ermal-.
Fiorella -Espere a que Sofía subiera por completo la escalera-. JAJAJAJAJAJAJA porque son así... bueno debo darte créditos a ti Gianluca tu disimulas más que Ermal-. Francesco abrió sus ojos como dos platos, porque bueno... el no se había dado cuenta de lo que estaba pasando entre esos tres-.
Francesco -Es mejor que todos vayamos a dormir-. Fiorella tomo mi mano y subimos a paso lento, Gianluca venia detrás de nosotros arrastrando los pies. Cada quien tenia su habitación, excepto Fiorella y yo que dormíamos en la misma-.
***
-Ermal -Entre a mi habitación, me quite la ropa que traía puesta y me puse la pijama, me recosté encima de las cobijas de la cama y cerré mis ojos intentando dormir pero fue en vano porque lo único que logre fue recrear la escena del beso en mi mente (lo que era agradable). Esa noche no pude dormir nada porque el simple hecho de cerrar mis ojos era verla a ella. Así que decidí ducharme y tomar un poco de café para poder conducir-.
Gianluca -Mi habitación estaba justo en medio de la habitación de Ermal y de Sofía. Escuche que Ermal estaba dando de vueltas por toda la habitación y el ruido de sus pasos taladra mis oídos, cubrí mi cabeza con una de las almohadas para tratar de dormir, por fortuna lo logre después de un rato-.
Sofía -El sol que entraba por mi ventana me despertó casi de inmediato, me quede sentada en la cama por unos minutos, después decidí bañarme sola por primera vez, tratando de caerme, me tarde más de lo habitual, me puse ropa limpia y salí de la habitación-.
Ermal -Eran las 10 de la mañana y yo no había conseguido dormir ni un solo minuto, salí de mi habitación para bajar y prepárame algo de desayunar-.
Sofía -También madrugaste-. Le dije a Ermal al verlo-.
Ermal -Sentí como todos mis músculos se tensaban al momento que escuche su voz-. Algo así-. Camine rápidamente sin decir nada más-.
***
Ermal -Al fin era la hora de irnos para la segunda prueba de paternidad. Yo estaba dentro de la camioneta para cuando Sofía y Francesco salieron. Francesco se subí adelante conmigo y Sofía en la parte de atrás. Durante todo el trayecto ninguno de los tres hablo. Fue hasta el semáforo en donde había ocurrido el accidente de Fiorella, que sentí que Sofía me miraba por el retrovisor "mierda, que hago" pensé; subí la mirada lentamente y me tope con sus enormes ojos azules que penetraban los míos como si fueran dos balas; de inmediato me sonroje y retire la vista-.
Francesco -Note que las manos de Ermal temblaban como dos gelatinas-. Ermal... ¿puedes conducir?-.
Ermal -La voz de Francesco funciono para sacarme de la catarsis que estaba sufriendo-. Si, estoy bien-. Llegamos antes de lo esperado, ellos se bajaron y yo me quede en la camioneta, tratando de recuperar mi poca cordura-.
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90 DÍAS CONTIGO
FanfictionGianluca Ginoble vive en Montepagno hasta que ayuda a una completa desconocida... Francesco Gabbani vive en la Toscana con su esposa y su hija de 3 años, llevan una vida feliz hasta que secuestran a su hija y el moviliza a toda Italia para encontrar...