DÍA 25

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-Cuando el avión comenzó hacer su descenso me percate de que ninguno de los dos mentía: ni Gianluca en haber dicho que en su casa había espacio para aterrizar unos 10 aviones, ni Francesco en decir que vivía en la montaña entre los bosques de la Toscana. Era un lugar sumamente magnifico y lleno de paz ya que solo se estaba su casa y nada más-.

-¿Listos para aterrizar?-. Nos pregunto el piloto del avión-.

-¿Estas bien, Sofía?-. Me preguntaron ambos al ver supongo yo mi cara de sorpresa-.

-Si, si estoy lista y si estoy bien, impactada pero bien -.

-Mire a Gianluca y no pudimos evitar soltar una risa-. Yo bajo a Sofía, ven cariño-. Rodeo mi cuello con sus brazos y yo la tome en los míos como si fuera una pequeña niña... mi pequeña niña-. ¿Lista para bajar?-. Ella asintió con la cabeza-.

-Hace demasiado frio Fran, no la podemos bajar así, se va a congelar-.

-¿Puedes traer una cobija? Ten la llave, hay una manta en el sillón-.

-Si ahora regreso-.

-Hace demasiado frio para ti cariño, hay que cubrir gran parte de las ventanas para que no te congeles-.

-Yo no sintió frio-. Le dije mientras le sonreía-.

-No sientes frio porque el avión trae puesta la calefacción-.

-Aquí esta la manta-.

-Gracias Gian. Ven cariño te voy a envolver por completo-. Pero fue en ese momento en que recordé que iba demasiado fracturada para poder envolverla-.

-Gian... no la puedo envolver... la voy a lastimar más-.

-Me asome al interior del avión, como si no recordara de que me estaba hablando Fran-. La vamos a lastimar más. ¿Y si la bajamos así y yo la espero en la puerta de la casa con mantas o le preparo el sofá? No tenemos muchas opciones-.

-El avión había aterrizado lo más cerca posible a la entrada de la casa pero aun así estábamos a 500 metros-. Prepara el sillón, pon bastantes mantas, ¿puedes?-.

-Claro que puedo-. Corrí lo más rápido que puede pero a medio camino sentí algo frio que caía en mi rostro: NIEVE, maldición-. FRAN ESTA NEVANDO, ES MEJOR QUE LA SAQUES DE ALLI AHORA-. Le grite-.

-Demonios lo que nos faltaba-. Lo siento mucho cariño-. La cargue con precaución y la tape con la manta lo más que se pudo-. Lo siento tanto-. Al sacarla del avión, su cuerpo se tenso de frio y comenzó a temblar-.

-Fal... Falta... Mu... Mucho... Pa... Para... Lle... Llegar... A LA... Ca... Casa...-. Casi no sentía mis piernas, mis manos ya tenían escarcha a causa de la nieve y mis dientes chocaban entre si-.

-Tranquila no hables, ya casi llegamos-. Mis manos estaban congeladas y mi rostro se sentía como si lo hubieran quemado con fuego-. GIAN ABRE-.

-POR AMOR DE DIOS SE CONGELAN LOS DOS-.

-Yo estoy bien, cúbrela a ella-. Entre los dos la cubrimos con muchas mantas-.

-¿Porque hace tanto frio aquí?-. Pregunte con un tono de voz casi imperceptible-.

-Porque a alguien se le ocurrió construir su casa en medio de la nada y en plena montaña-.

-Bueno querías asilo en un lugar lejano, no es mi culpa que me hablaras a mi porque soy el que vive más lejos-.

-No discutan, por favor-.

-Lo siento cariño. Gian mejor hay que pensar como tapamos las ventanas porque así nos vamos a congelar todos-.

-Si... podemos poner periódico aunque no nos va a tapar tanto el frio o podemos colgar mantas-.

-Haber tampoco tengo mantas infinitas jajajajaja aunque parezca, vamos a revisar las demás habitaciones tal vez tengamos suerte y encontremos suficientes para cubrir las ventanas-. Gian se adelanto y yo estaba a punto de seguirlo pero, me acerque a ella y la arrope muy bien, le sonreí-. Sabes que cuando nieva en la montaña de la Toscana, se dice que es porque recibe a alguien que estuve mucho tiempo lejos de su lugar natal y de esa manera le da la bienvenida esperando que no abandone de nuevo su hogar-.

-Yo no se en donde nací pero si hubiera nacido aquí difícilmente me hubiera ido, es hermoso el lugar-.

-Lo se cariño, no hay mucha gente que emigre a vivir a otro lugar cuando nacen aquí. Voy a ayudar a Gian antes de que se vuelva a enojar-. Ella sonrío y se metió más en las cobijas, yo subí a ver a Gian-.

-El cuarto de tu hija es el más cálido, solo que hay una cuna en vez de cama-.

-Ayúdame a sacar la cuna y yo paso la cama-.

-Me quede perplejo ante su decisión ya que el había mantenido el cuarto de su hija tal y como lo había dejado su hija antes de que se la llevaran-. ¿Seguro? porque podríamos pasar las cortinas al cuarto que esta justo a lado-.

-Pero este tiene calefacción y ninguno de los demás tiene-. Había muchos juguetes tirados en el piso así que los levante rápidamente y los puse en su lugar-. Entonces tendríamos que desarmar la cuna pero no tenemos tanto tiempo así que solo hay que arrastrarla y ponerla al final del pasillo-. Lo vi que me miraba tan sorprendido de lo que estaba haciendo-. ¿Me vas ayudar o no?-.

-Si-. Sacamos la cuna de la habitación y pasamos una de las camas matrimoniales rápidamente-. Yo la traigo-. Baje las escaleras y me dirigí a ella-. Ven Sofía-. Me abrazo como pudo intentando no destaparse tanto por que el frio calaba hasta los huesos-.

-Con cuidado con Gian-. Una vez recostada en la cama, la cubrimos rápidamente hasta que sus mejillas comenzaron a tomar un color rosado de nuevo-. Esta mucho mejor, ¿verdad?-.

-Si muchas gracias-. Pareciere que ellos soportaban la temperatura a un nivel magnifico por que ninguno de los dos temblaba en lo absoluto-.

-Voy a preparar chocolate calientito para todos, ¿Si les gusta verdad?-.

-A quien no le va a gustar una taza de chocolate Fran-. El sonrío y salió de la habitación-.

-Me encanta su casa... es hermosa-.

-Si es bastante linda y usualmente el clima no es tan frío-.

-Esta habitación es de niña, ¿era de su hija?-.

-Si, de hecho tuvimos que sacar la cuna, se me hizo bastante raro que te diera este cuarto... es que el... no había movido absolutamente nada desde que desapareció su hija-. Sonreí para mi-. Tal vez es porque le recuerdas bastante a su hija, es que te pareces demasiado a ella... demasiado-.

90 DÍAS CONTIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora