DÍA 66

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Sofía -Pero... No puede ser posible eso... los estudios son incorrectos...-. Mire a Francesco y a Ermal, ambos estaban al borde del llanto-. Papá los estudios están mal-. Dije con la voz entrecortada-.

Francesco -Me había dicho papá... las lagrimas que salían de mis ojos estaban mescladas entre la tristeza y la felicidad-. Bebé, los exámenes son correctos-. Me acerque a la cama y me senté junto a ella pero al tratar de abrazarla ella me empujo y yo opte por levantarme y ponerme a un lado de Ermal-.

Sofía -No... quiero los vuelvan hacer...-. Las lagrimas comenzaron a rodar por mis mejillas y la voz se me corto-.

Ermal -Le di unas palmadas suaves a Fran y después me acerque a Sofía, me senté en la cama y puse mi mano sobre su mano-. Tranquila Sofía-. Ella comenzó a golpearme (aunque a decir verdad la mayoría eran para el viento). Lo que hice fue sujetarla de las manos suavemente y colocarlas alrededor de mi cuello para simular un abrazo-. Todo estará bien, se que tienes miedo pero te prometo que todo estará bien-. Ella dejo de luchar, escondió su cabeza en mi pecho y comenzó a llorar con mucha fuerza-. Calma... si quieres que se repitan los exámenes... los van a repetir-.

Sofía -Mi cabeza había quedado exactamente en donde se encontraba el corazón de Ermal. Latía de una manera muy particular, era como si... su corazón estuviera llorando; eso no me ayudo a calmarme porque mi llanto se incremento-.

Francesco -Camine hasta llegar con Ermal y le susurre al oído-. Puedes cuidar a mi bebé, voy a ver como esta el otro bebé-.

Ermal -Si, anda ve-. Francesco y el doctor salieron al mismo tiempo, dejándonos solos de nuevo, me subí despacio a la cama, la recosté junto a mi y la abrace con fuerza-. Tranquila, aquí estoy-. Le decía mientras acariciaba su cabello y trataba de soltarme a llorar también porque seria lo peor que podría hacer en esas circunstancias-.

Sofía -Pasaron varias horas y nosotros seguíamos en posición de cuchara, abrazados y ahora ya en silencio, el no decía nada y yo ya no sollozaba; el brazo de Ermal me comenzaba a lastimar la espalda y el se comenzaba a retorcer en la cama-. ¿Te quieres levantar?-. Pregunte sin mirarlo a los ojos-.

Ermal -Solo me pondré boca arriba-. El cambiar mi cuerpo de posición sentí un gran alivio, pude sentir mis vertebras estirarse, ella también se puso boca arriba y se acomodo de nuevo junto a mi; gire mi cabeza lentamente y vi sus ojos hinchados y secos de tanto haber llorado-.

Sofía -¿Amor?-. Pregunte en voz muy baja y un poco apenada por haberle dicho amor en vez de Ermal-.

Ermal -Me ruborice un poco al escucharla decirme amor, sin embargo conserve la postura-. ¿Qué pasa?-.

Sofía -Sabes que es lo que me pone más triste...-. Ermal me miraba con mucha atención-. Haber encontrado a mi padre y saber que voy a estar poco tiempo con el... me hubiera gustado... no haberlo conocido y haber muerto sola en la calle, sin nadie que llorara por mi, sin nadie que estuviera triste después de que yo... muera-. El rostro de Ermal se torno oscuro y muy serio-.

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Ermal -Eso se puede solucionar... si lo que quieres es estar sola...-. Me levante de la cama, tome la taza de té que aun se encontraba llena; camine hacia a la puerta y antes de salir me gire para verla una ultima vez-. Eso tiene solución-. Abrí la puerta y salí sin titubear de la habitación. Llegue a la sala de espera en donde se encontraban todos los demás-. Vámonos Sabina, tengo cosas que arreglar en la casa-.

Sabina -Pero... y... Sofía...-. Pregunte con bastante inquietud-.

Ermal -Ella no quiere tener a nadie aquí, en especial a mi. Vámonos Sabina-. Mi hermana no se movió ni un milímetro de su lugar así que me aleje de ellos, tome el ascensor y camine despacio a la camioneta de mi hermana-.

90 DÍAS CONTIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora