DÍA 40

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-Los vi a los dos cuando venia bajando la escalera, a Francesco era fácil detectar su estado de humor o al menos para mi, lo conocía casi a la perfección y aunque estuviera sonriendo yo sabia que estaba triste... muy triste-. Fran... perdón si interrumpo la platica-.

-¿Que pasa Fiorella?-. Le dije mientras me levanta del sofá y caminaba en dirección a ella-.

-Creo que deberían ir ellos con nosotros... por seguridad... de todos... es mejor estar juntos-. Le dije susurrando-.

-Pero por supuesto que van a venir con nosotros... me crees capaz de dejarla sola con Gian-. Sonreí mientras ponía mis ojos en blanco, ella soltó una carcajada-.

-Eso pensé. Ya están todas las cosas en el recibidor... y tu hermano Filipo ya esta en Sanremo desde hace como 3 días, ya tiene todo listo para ti (coro, coreografía y vestuario)-.

-Muchas gracias; voy a preparar un poco de café para ya irnos a dormir-.

-Por nada Fran-. Al terminar de hablar escuchamos un ruido tan estrepitoso que venia de la planta alta de la casa-. Yo pongo el café y tu ve a ver que rompió Gian-.

-Gracias de nuevo-. Subí a ver que estaba haciendo Gianluca y al entrar a la habitación vi toda mi ropa y mis zapatos tirados por el suelo-. ¿Pero Gian que haces?-.

-Lo siento Fran estaba buscando una toalla de baño-. Pero que vergüenza, lo peor de todo es que Fran siempre ha sido muy ordenado. Empecé a poner la ropa sobre la cama-.

-Me dio risa como estaba tratando de doblar la ropa, porque ni siquiera lo intentaba solo la hacia bolita y la ponía aparte; entre con precaución a la habitación y me acerque al closet que se encontraba del lado contrario de donde Gian había tirado todo, lo abrí y tome la bata de baño y una esponja-. Ten Gian, yo recojo esto-.

-Lo lamento mucho Fran-. Que vergüenza aunque siempre que venia de visita con mis padres y mi hermano, siempre pero siempre rompía algo o tiraba la comida, o alguna maceta del balcón pero nunca a propósito. Tome la bata y la esponja y me fui directo a la ducha-.

-Comencé a doblar toda mi ropa con mucha precaución y acomodarla tal cual estaba, mis zapatos los guarde en las cajas y los puse debajo de la cama-.

-Ahora veo porque si es una pésima idea dejarlos solos aquí-. Le dije a Fran mientras metía la ultima caja de zapatos debajo de la cama-.

-Es una de muchas razones-. Me acerque a ella lentamente, la tome por la cintura y la metí a la habitación, cerré la puerta con seguro (aunque nadie iba a interrumpir esta vez porque Sofía estaba abajo en la sala y no podía caminar por su cuenta y Gian se acaba de ir a bañar), ella se volvió a poner de puntitas, nuestras narices se rozaron suavemente para que después mis labios tocaran los suyos con suavidad; había olvidado lo que cálido que se sentían sus labios junto a los míos, ella entrelazo sus manos con las mías y eso gesto me traslado a mi época de estudiante, nuestros labios se separaron lentamente y una sonrisa se dibujo en ellos-.

-Que harías sin mi Gabbani-. Le dije mientras sentía como mis mejillas se iban tornando rosadas-. Por cierto yo solo venia a decirte que ya esta el café para que bajes a tomar-.

-En realidad no se que haría si ella no fuera parte de mi vida; bajamos juntos, yo serví el café en tazas pequeñas y en un platón puse unas galletitas. Gianluca bajo como a los 15 minutos-. Ahora si, todos a dormir porque nos vamos a levantar muy temprano mañana-. Sofía ya se había quedado dormida en el sofá así que la tome entre ms brazos y la recosté en la cama, la arrope y salí en silencio. Gian ya había preparado la recamara de Fiorella y la de el, así que todos nos fuimos a dormir, las pocas horas que teníamos para descansar-.

90 DÍAS CONTIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora