¿Pareja? ¡Por supuesto!

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Tetsuo jamás fue de levantarse demasiado temprano, al contrario. Su horario siempre estaba al límite, minutos tan fríamente calculados para hacer cada una de sus actividades. Eso estaba bien para él, eso lo ayudaba a estar alerta. Siempre que sucediera algún imprevisto, él ya estaría preparado mentalmente. Pero la escena enfrente de él. Le estaba dejando en claro que eso no era así.

Él como todas las mañanas después de llegar a las instalaciones del instituto y de recoger sus zapatos correspondientes, se dirigía sin ninguna demora a su salón. Más por asares del destino y necesidades de su cuerpo, fue inevitable cambiar su rumbo a los baños más cercanos. Pero para su mala suerte, estos estaban cerrados, no había de otra, tenia que apresurarse a los siguientes.

Aquellos pasillos que casi no eran recorridos, justo ahora estaban por no decir desiertos. Eso apenas y le inquieto. Apresuro su paso, y al casi dar vuelta a una esquina, los escucho. Aquel buen amigo que siempre lo recibía con una sonrisa o un duelo. ¡Yuma estaba cerca!

Y sin pensarlo demasiado, se apresuro a encontrarlo. Pero aquello que encontró después.

Eso le hizo casi literalmente explotar su cabeza, su mente estaba siendo doblemente influenciada con aquella escena. Y no era para menos.

Aquel amigo que tantas veces vio, ahora estaba siendo acorralado a una pared cercana por nada más ni nada menos que su otro amigo recién llegado. Astral besaba con tanto ímpetu al menor, que ambos ajenos a su alrededor, jamás notaron aquella intromisión.

Tetsuo no sabia que hacer. Sus ojos simplemente no podían a apartarse de aquella tan peculiar escena. Ambos amigos. Ambos varones. Ambos seres de tanta importancia para él y los demás, ¡No solo eran aquello que proclamaban casi sin descanso!

La palabra compañerismo, desapareció para siempre de la mente y diccionario de Tetsuo.

Su cuerpo apenas reaccionando, dio un paso atrás, sin embargo, no noto cuando es que su propia mochila cayo de sus hombros, ocasionando que esta chocara contra el suelo, llamando la atención de ambos amantes que se comían a besos.

Lo siguiente que paso, fue un sonrojo unánime.

Yuma miraba a Tetsuo, Astral hacia lo mismo. Tetsuo miraba a ambos cada cierto tiempo. Los amantes se separaron lentamente, y con voz nerviosa, preguntaron.

- ¿Hace cuánto que estas aquí? -La voz temblorosa de Yuma se hizo notar.

-...Y-Yo... No, No hace mucho...-Fue lo primero que respondió Tetsuo ahora mirando a su amigo de infancia.

-Esto es un pequeño problema... Supongo-Esta vez Astral hablo. Su sonrojo ya había pasado.

Se suponía que no dirían nada hasta pasado al menos un mes. Pero, por otro lado, no es que hubiesen sido demasiado cuidadosos sobre lo mismo. Astral comenzaba a pensar que aquella situación les era favorable. Yuma por otro lado estaba comenzando a entrar en pánico.

Tetsuo ahora pensaba con detenimiento lo recién descubierto. Y se preguntaba con voz molesta, ¿Cómo es que no lo vio antes? ¡Por el amor de Dios! ¡Era jodidamente obvio que ambos terminaran envueltos en algo como esto! Él no tenía ningún problema con ver y tener cerca de una relación en donde ambas partes eran del mismo sexo, al contrario, admiraba esa perseverancia y la valentía para mostrarlo tan abiertamente. Lo que quizá por ahora lo que le inquietaba, era saber, que esa relación se componía de un humano y un ser de otro mundo.

Miro de nuevo a Astral, este le sonreía, como si supiera qué es lo que pensaba. (Sus expresiones le delataban demasiado). Se sintió desnudo ante aquella mirada que le observaba con detenimiento, pero con una voz recompuesta y recogiendo su mochila, dijo.

Nueve Meses y Un Año [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora