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[1er día]

Problemas. Muchos. Eso es lo que veía Astral mientras era suavemente regañado por los encargados temporalmente al mando del Reino Astral una vez termino de explicar su ausencia durante ese tiempo en el que se dirigió al Reino vecino. Ena lucia solo levemente molesta y preocupada, al igual que Elifas. Cada uno dandole sus razones y sus argumentos de lo peligroso y realmente malo acerca de lo sucedido y de su descontrol. A la vez que su asistente solo daba gritos al cielo acerca de que todo casi se pierde (a su punto de vista).

Intento escudarse en la pila de documentos frente a él. Muy discretamente. Más Ena no le dejaba hacerlo. Así que paso a sentarse más comodo en su asiento, mirando al techo. Pues ya llevaba escuchando razones y demás cosas al menos durante dos horas casi sin parar. A la vez que comenzaba a posar su mano en su escritorio, moviendo sus dedos a un ritmo que pudiera calmar su creciente ansiedad y frustración. Y es que, ¡Él ya sabía que lo que hizo fue peligroso y de cierta manera estúpido! Ya había pedido perdon. Ya había dado sus propios argumentos. Pero eso pareciera solo agregar leña a un fuego creciente. Así que resignandose a escuchar aquel interminable discurso solo se limitó a seguir con su trabajo. Tomando el primer documento en aquella pila de papeles. De esta manera ignorando olímpicamente a sus "verdugos", quienes parecian no querer acabar.

El día parecía ser demaciado largo. Ja. Ahora entendía a su amado. Era curioso, apenas le había dejado y ya le extrañaba con creces. ¿Qué estará haciéndo ahora?

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Yuma desperto de un muy buen sueño. Uno profundo. Encontrandose de frente a dos Doncellas que esperaban pacientes para atenderle en todo lo que necesitaba. Dio un ligero salto por la impresión. Más asumiendo rápidamente que su prometido no le dejaría solo de ninguna manera, fue que sonrió con ligera vergüenza.

Comenzó a removerse en aquella cama. Mientras las Doncellas trataban de ayudarlo a sentarse comodamente, arreglando las almohadas detras de su espalda. Invadiendo sin querer ese espacio personal que valoraba. Exponiendo la actividad anterior. Pues diversas marcas rojas y ligeras mordidas se podían ver claramente en su piel. Provocando una emoción en las dos féminas que le ayudaban.

¿Por qué se emocionaban por aquello? Era lo que se preguntaba Yuma sin descanso. Al final, termino por ingnorarlas. Tapandose mejor con la sabana. Queriendo volver a dormir. Tratando de conservar un poco el aroma de su amado en su piel. Más aquellas doncellas no le dejaron hacerlo. Pues debían cambiar las sabanas y recoger un poco más la habitación. Así que a mala manera, se dirigió al baño para volver a ducharse. Siendo custodiado por una de las Doncellas. ¿Qué debía hacer uno para estar solo con su intimidad? Mmm, extrañaba a Astral. Al menos él si le dejaba disfrutar de su tiempo. Aunque bueno, este era su primer día. Tendría tiempo de sobra después.

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Montañas y montañas de mas papeles se le fueron pasando al actual Rey del Mundo Astral. Quien ya había asumido haber terminado su trabajo. Ryo tenía una ligera sonrisa burlona ante las expresiones de su Señor. Pues Astral estaba mirando a su peor enemigo volver en gran tamaño y forma. ¡¿Qué demonios era todo eso?!

-Mi Señor-Llamo Ena al terminar de ver como el último de los documentos eran traídos al despacho- Esto es todo lo que surgió en su ausencia. Hay que tratar asuntos pendientes que se amontonaron por su visita al Reino Vecino. Su pueblo esta preocupado y necesita respuestas prontas que tienen que ver con el tratade de paz. Debe cerciorarse de que las reglas y demas leyes se cumplan aun con el tratado. También estan los comerciantes que esperan una audiencia con usted. Al igual que el secretario de economia. Los demás son asuntos exteriores. Hemos ordenado todo lo que debe revisarse por orden e importancia. Así que por favor, comience de una buena vez... Me retirare por ahora. No dude llamarme si surge alguna duda o asunto que deba ser atendido por mí...-Termino Ena. Mientras era seguida por el asistente. Quien sonreía malvadamente ante su venganza. ¡Eso le pasaba a su Rey por plantarlo en una audiencia! Quedando al final solo Elifas. Quien dio más instrucciones a Astral. El cual esperaba un momento preciso para abordar cierto tema que debía ser tratado de una vez.

Nueve Meses y Un Año [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora