Triunfo

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Hatorando se mantenía con su vista al cielo. Uno sin estrellas. La brisa que se colaba al lugar le acariciaba apenas con suavidad. Moviendo sus cabellos maltratados y sus ropas rotas. Sin duda era la imágen misma de la derrota. ¿Importaba algo ahora? La respuesta era sencilla. No. Ya nada importaba. Él fue abandonado. No solo por Dios, sino por la humanidad misma. Estaba solo. Tan solo como la luna en el firmamento que observaba.

Una sonrisa triste aparecio en sus labios. Era de verdad un caso perdido. Un humano que cruzo hasta los límites más insanos. ¿Y para qué? Miro a sus costados. El lugar estaba destruido. Su sangre antes derramada ahora estaba esparcida por el suelo. Nada quedaba intacto. Justo como él. Sus sueños fueron destruidos y arrebatados. Al igual que su alma. La cual jamás supo que era el cariño o el amor. Un pobre diablo era lo que quedaba de él. Uno que se comenzaba a lamentar tanto cono podía. Uno que tomaba con el corazón el perdon de la misma humanidad que lo arrojo a un vacio callejón.

Su vida siempre fue patética. Y ahora podía verlo con claridad. ¿Por qué seguía luchando? ¿De verdad fue por Don Milenario? ¿O fue para tratar de demostrarle que no era lo que muchos decían? ¿Por que levanto su mano contra dos jóvenes que en ningun momento le atacaron realmente a menos por motivos de defensa? ¿Qué es lo que pensaba lograr con aquello? ¿Qué queria mostrarse así mismo? ¿Qué es lo que hacía? Tantas cuestiones. Ninguna respuesta clara. ¿Por qué seguía vivo?

Dejo caerse poco a poco al suelo. Sus rodillas chocando cruelmente contra el concreto y los metales. Lastimandose innecesariamente. Mientras lágrimas quemaban sus mejillas lastimadas. ¿Cuando fue la última vez que lloro de verdad? Hace tanto... Tanto tiempo que ya no puede recordar. Miro sus manos. Sus manos estaban malditas. Como todo de él. Nada puro quedaba en su cuerpo. Ni mucho menos en su mirada. ¿Por qué seguía vivo?

El sonido de pasos fue lo siguiente que escucho. Unos firmes. Unos que se dirigían a él. Miro se soslayo a los responsables. Encontrando solo una respuesta a sus preguntas. Yuma.

Yuma era la razón por la cual él seguia vivo. Pero eso solo hizo que recordara las palabras que el muchacho le dirigió. Salvarlo... ¿Por qué quería salvar a una escoria como él? ¿Qué tenía de especial para siquiera ser mirado por los bellos ojos del menor? Esas interrogantes solo le hizo querer llorar más. ¿Por qué entre todas las personas, solo él le tendio la mano?

Yuma se dirigía con pasos firmes a Hatorando. Al igual que Astral. Quien se veía con un semblante serio, ligeramente culpable. Pues ahora observaba el peso de sus acciones. Unas que de hecho no penso que haría. Pero la realidad a veces puede ser superada por las expectativas y los mismos planes que uno podía hacer. Así que solo faltaba la pronta resignación. Eso y tomar la responsabilidad de sus propios actos. Tenía que corregir sus errores. Al igual que el ser que le miraba con miedo y lágrimas en los ojos. Arrodillado en medio de un escenario catastrófico.

"Héroes y Villano" se toparon de frente. Cada uno inmerso en sus propios pensamientos. Ante la expectativa de los presentes. Quienes les miraron curiosos. Una sonrisa tenue acompañandolos. Y entonces, contra todo pronóstico. Aquel ser maldito coloco sus manos y frente en el suelo. Suplicando un perdon que quizá jamás llegaría. Solo por qué... Él era el malo.

-¡Lo siento! ¡Yuma, Astral! ¡Por favor perdónenme!-Exclamo en voz rota aquel hombre de gafas y baston roto. Lágrimas cayendo al suelo frío y oscuro.

Yuma miro esto de manera preocupada. Al igual que Astral. Quienes de inmediato se arrodillaron frente al hombre envuelto en dolor. Colocando sus manos en los hombros ajenos, en un intento de cosolar aquel que tanto los hizo sufrir. Pues por primera vez en tanto tiempo, por fin se toparon con el verdadero Hatorando. Un pobre hombre sin suerte en la vida. Un hombre con malas decisiones. Y un hombre que ya había renunciado a su fe y esperanzas. Un hombre roto, a fin de cuentas.

Nueve Meses y Un Año [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora