La Arena del Tiempo (VIII)

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Levantar a un pueblo en armas es difícil. Demaciado. Pues se debía ver algo realmente malo para que las personas decidieran alzar su voz a la fuerza, tomando armas para defensa y para atacar a aquello que les exalto en primer lugar. Por ello, Astral así como el antiguo curandero y el mayor de los Guerreros de la Esperanza decidieron optar por solo dar un golpe al Reina. Queriendo quitarlo del poder para que el siguiente en la línea de sucesión gobernara de manera distinta. Aboliendo las leyes que ahora estaban presentes y que dañaban la moral y la integridad de los seres Neran y poco a los seres Astrales.

Planes fueron trazados día tras día. Llegando a lo que pasaba el día de hoy. Una junta con las principales cabecillas de tal movimiento que era un mal necesario. Encontrandose después de cartas y demás códigos que los mismos inventaron para llegar a tal grado.

La habitación era poco espaciosa, sin embargo era comoda. La mesa de centro mostrando los diferentes mapas y planes plasmados en pergaminos. Tazas humeantes se mantenían a la orilla, mientras la bella joven sostenía una bandeja entre sus brazos. Atenta a todo lo que pudiese suegir para ayudar. Mientras a su lado yacía el pelinegro. Quien sonriendole solo le hizo una leve señal para que se acercara un poco más a su Señor. El cual estaba sentado de frente a los otros dos mayores. Apoyando de esa manera al dueño del lugar. El ex curandero Real, que para su infortunio. Después de luchar para salvar a sus compatriotas resultó en la pérdida de su movilidad en sus piernas. Haciendo sentir culpable al peliblanco. Quien suspirando, tomo la palabra.

-Los planes estan listos... Solo se necesita ponerlos en marcha...-Menciono, tomando la taza de té que le correspondía. Dando un leve sorbo antes de mirar a sus mayores. Siendo el Guerrero de la Esperanza el que tomo el rumbo de acción.

-Mi Joven Amo. Me encargaré personalmente de llevarlos a cabo con la más alta discreción que poseo. Deseo de corazón que estos planes que se han desarrollado durante su encierro obtengan el éxito que se merecen...-Dijo, dando una leve reverencia al Príncipe. El cual solo dio una ligera mueca ante lo visto.

-No es necesario tanta formalidad Lein, hemos estado juntos durante mucho tiempo. Se qué podrás ayudarme en esto...

-Es verdad-Hablo de pronto el Curandero. Girando un poco su cuerpo para ver de mejor manera al Guerrero- Desde que tengo memoria has ayudado a la familia Real a salir de muchos aprietos. Considero que eres lo suficientemente capaz para lograrlo si te lo propones... Astral-sama es inteligente, me atrevo a decir que más que yo o alguno de nosotros. Así que solo nos espera el éxito de esta misión para ayudar a Gea...

-...-El Guerrero no pudo evitar sonrojarse por un momento antes de disimular su vergüenza con una fingida tos, volviendo a su seriedad habitual- Sí. Se que si es con la ayuda del Joven Amo podemos lograr muchas cosas... Pero-Miro al peliblanco- No puedo evitar sentirme angustiado de todas maneras...

Astral pudo comprender rápidamente a lo que su Guerrero se refería. Pues, a pesar de que se hicieron bastantes arreglos y cosas de incógnito, aún había la probabilidad de fallar miserablemente. Llevandolos a los dos a una muerte segura mucho antes de poder avisar a los demás que ayudaban en las sombras. Esto siendo una falta completa a sus crencias de mantener segura a la familia Real. Provocando varios conflictos internos dentro de él. Haciéndolo caminar en una constante cuerda floja.

-No te preocupes Lein-Menciono una vez más Astral- Me has apoyado durante mucho tiempo como para hacer esto... De hecho, no puedo realmente compensarte con lo que me has ayudado. Te has puesto en peligro incontables ocaciones solo para sacar adelante esto. Yo... Realmente jamás podré pagar toda la amabilidad que me has brindado...

Los presentes en la habitación solo miraron al Príncipe de Gea. Notando una postura triste de su parte, así como una mirada cansada. Mientras sus manos jugaban con la taza de té, acariciandola con leve fuerza. Delatando su ansiedad. Recordándole a todos de esa manera las tantas cosas que se veían implicadas no solo con ellos. Sino también con él. Esto llegando a ser complejo, pues Astral seguía siendo el Príncipe. Hijo del Reina y del Rey desaparecido. Muchas cosas que él amaba iban a verse perdidas después de comenzar.

Nueve Meses y Un Año [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora