Lo último que vio Astral, fue ver a su amado correr a él. Quiso gritarle que se alejara, que no se acercará. Pero fallo. Grande fue su error el asumir que todo sería fácil siempre, que ganaría sin importar qué. Y cuando pudo notar que nada estaba bien con la Guerrera, fue demaciado tarde. Pudo sentirlo. En su corazón, y en su mente. Había arrastrado a Yuma con él. Y se culpaba enormemente por ello.
Pudo recordar entonces su cuerpo entumiendose por aquella energía. El grito de su amado a su lado. Y su garganta rasgandose por su propio grito. Lo último que pudo hacer fue girar su cuerpo y tomar a Yuma en sus brazos. Tratando de protegerlo. Y después de eso. Solo hubo sombras.
Se encontraba en un mundo vacío. Tan frío y oscuro. Su forma había vuelto a ser la misma de antes. Su piel nuevamente azul celeste. La energía desbordandose de su ser.
Trato de encontrar un suelo en aquel sitio. Pero no pudo encontrarlo. Intento tentar quizá alguna pared. Tampoco habia algo así. Floto aun más lejos, podría encontrar el final del lugar. Pero por más que lo intentará parecia que no avanzaba. Aquel sitio parecía ser infinito.
Comenzó entonces a desesperarse. Muchas preguntas llegaron a su psique. ¿Dónde es que se encontraba? ¿Por qué no podía sentir nada en ese sitio? Parecía que él era el unico con vida ahí. ¿Qué estaba pasando? ¿Dónde esta Yuma? ¿Él estara bien? ¿Yuma estara bien? ¿Qué hay de su bebé? ¿También esta bien? Rezaba para que así fuera.
Detuvo su andar momentáneamente. No había un derecho ni un revés, así que ni siquiera sabia a ciencia exacta a donde se dirigía. Su cabello moviendose como si estuviese en el agua, al igual que su pendiente.
¿Pendiente? Astral entonces tomo con ciudado su arete. Ahí estaba, pero al dirigir su mano del otro lado. No. No había nada. Solo tenía un pendiente. Y eso le hizo saber algo. Yuma podría estar siendo protegido por el mismo. Y eso, le cayo como un dulce balsamo en su atormentada mente y corazón. Sonrió con cierto alivió. Y dando un sonoro suspiro. Fue que trato de calmarse.
Su mente comenzo a cooperar con él. Debía esclarecerse. Y hubicandose en un punto en aquel lugar. Fue que comenzo a realizar distintos hechizos localizadores aplicados a si mismo. Minutos pasaron y cada circulo extraño solo se desvanecia. No había resultados claros.
Ese lugar era un punto muerto. No es que estuviese ahí realmente. Y eso le molesto de sobremanera. Dedujo que debía estar dormido o algo parecido, pues un cuerpo físico no tenía. Y aquel lugar entonces era su propia mente... O eso creía. Los hechos encontrados apuntaban a eso.
Suspiró una vez más. Y cerro sus ojos. Si era su propia mente, entonces él mismo podría salir de ese lugar o espacio. Y concentrandose. Dejando que fluyera su energía con libertad, fue que apenas y encontró un pequelo hilo de energía. Era tan delgado que parecía más un hilo tejido por una araña. Sin embargo ahí estaba, tenue, constante. Esa energía la conocía.
Sonrió con triunfo y suavemente tomandolo con sus dedos fue que comenzo a seguirlo. Sus ojos apenas abriendose. Comenzó a moverse. En muchas y distintas direcciones pero sin perder aquel hilo que quizá lo llevaría hasta la salida.
Un minuto. Dos. Tres. Cinco. Diez. Veinte. Treinta. Una hora.
Dos. Tres horas era lo que ya llevaba siguiendo aquel hilo. Estaba comenzando a cansarse. ¿Y si aquello era solo un rumbo sin fin? Le aterro esa idea. Así que sin más remedio siguió aquel hilo infinito.
Minutos más pasaron. Y fue que comenzo a notar cambios. No el lugar. Pero sí en aquel hilo. Pues comenzaba a tornarse de un bello Rubí. Comenzaba a hacerse aun más ancho, pues ahora ya podía tocarlo sin el miedo a romperlo. Su cabello comenzó a moverse ante una corriente de aire. Y eso fue la señal de que avanzaba.
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Nueve Meses y Un Año [Editando]
FanfictionAstral después de recuperar sus recuerdos, ha hecho viajes al mundo Astral y al mundo Humano. Ha descubierto nuevas habilidades y con ello el amor de su compañero. Ahora, concluido su ultimo viaje al mundo Astral, espera ver de nuevo a Yuma, sin emb...