Caballero de la Soberbia

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El doctor que anteriormente les dijo acerca de un tardío despertar. Justo ahora ya les terminaba de dar aquellos papeles que la pareja necesitaba para irse sin ningun problema del hospital. Mira firmo un par de ellos antes de recoger lo que pertenecía a su yerno y a su hijo. Sonriendole de manera extraña aquel doctor, se despidió de él y alguna enfermera que estaba cerca. Y encaminandose a la habitación de la pareja fue que llamo a su hija, para que hiciera el favor de llevarlos hasta la casa en el auto familiar. Akari solo acepto de inmediato.

Sus pasos tranquilos y seguros hacian que más de una persona le volteara a ver. La bella Dama portaba un aire elegante, feliz. Parecía que nada le agobiaba. Ella pasaba saludando con quien se llegaba a topar, aunque no supiera quien era.

Su tranquilidad y amabilidad era contagiosa. Y eso fue lo que encanto a los demas. Incluso a un ser que veía de lejos el lugar.

Sonriendo de manera perversa y un poco juguetona fue que decidió teletrasportarse a un lado de aquella Dama, sacandola de su ensoñación.

-¡Hola! Iba pasando por aquí y no pude dejar de notar tu belleza. ¿Puedo saber tu nombre?-Aquella bellla Dama dio un salto por el susto. Y mirando ahora a la criatura que estaba a su lado fue que dio un pequeño grito. Su complexión robusta y fuerte, su piel de un color oscuro, así como un cabello corto color rojo, envuelto en una especie de armadura con bastante tela que colgaba de ella. Un Guerrero del antiguo Crecía era lo más cercano a la descripción de aquel sujeto. Adornado con una sonrisa y mirada perversa. Trato de alejarse corriendo en dirección a la habitación de su hijo. Más aquel tipo que había dejado atras. De la nada ahora aparecía justo frente a ella.

Mira entonces se detuvo para tratar de no colisionar con ese sujeto. Y dando unos pasos atras fue que de la nada, trato de asestarle un buen golpe con una de su pierna, fallando miserablemente, pues aquel sujeto había vuelto a desaparecer.

Quiso buscarlo rápidamente, mas una voz a sus espaldas ocasiono un nuevo susto.

-¿No te han dicho que es de mala educación tratar de golpear a las personas que no conoces?-Preguntó altanero. A lo que Mira trato de alejarse. Más aquel tipo de nuevo impidió su paso, esta vez apareciendo justo frente a ella. Tomandola de la cintura fue que la acerco a él. Sonriendole de manera orgullosa.

-¡Sueltame! ¡Ayuda! ¡Ayuda por favor!-Grito, más parecía que nadie la habia escuchado.

-No. No. No. Gritar no le queda a una bella Dama como tú... Deberías ser un poco más... tranquila...-Y con ello trato de dar un beso a la femina. Más un golpe en su mejilla le detuvo.

Un enojado Kazuma fue el responsable de esta acción. Aquel sujeto aturdido levemente por el golpe, fue que dejo aquella Dama libre. La cual corrio a los brazos de su esposo. Quien la recibió de manera protectora. Pues su mirada no se despego de aquel tipo que se atrevió a molestar de esa manera a su amada.

Aquel sujeto entonces le sonrió. Sobando su quijada. Mirando retadoramente a su nuevo adversario.

-¿Tú eres...?

-¡Kazuma Tsukumo! ¡Esposo de esta bella mujer! ¡Mira Tsukumo! ¡Y te advierto de una vez, que si vuelves a acercarte a ella! ¡Juro que no tendre contemplaciones contigo!

-...-Aquel sujeto solo lo miro aburrido. Y colocando sus manos en su cintura respondió-Bien, Bien Kazuma... Aunque, ¿Sabes que esta mal visto que interrumpas a una linda pareja en plena muestra de su amor?

-¿Qué...?

Tarde fue cuando reacciono. Pues aquel sujeto le había golpeado duramente separandolo de la bella Dama. Arrojandolo al menos un par de metros lejos al suelo. Mira Grito el nombre de su amado. Más fue acallada de nuevo por aquel tipo que le sonreía con malicia.

Nueve Meses y Un Año [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora