Para Astral, todo movimiento siempre tenía un por qué. Una razon de ser. Un propósito que le ayudaría a lo que sea que estuviese planeando. Y esta vez no era la excepción. Pues una vez que Hotarando gritó que fuesen a encararlo. Fue que incito a Vector para saltar a la batalla.
Una lucha contra monstruos de duelo fue algo que realmente no era una desventaja para ninguno de los dos. Pues aún tenían energía para seguir adelante. Su espada se blandia con precisión, cortando el aire de tal fuerza con la que era empuñada, así como la velocidad inbuida en ella. Rugidos acompañados de quejidos del metal, era algo que se escuchaba cuando golpeaba de manera letal a sus contrincantes. Abriéndose camino de esa manera para llegar a aquel cristal que tenía a su amado. El cual parecía estar en la punta de todo aquel desastre. Esperándolo, sumergido en lo que parecía ser un sueño eterno.
Vector daba golpes de un lado a otro sin dar tregua a los monstruos que osaban posarse en su camino. Su sonrisa que era oculta por su máscara solo delataba que tanto estaba disfrutando de esa batalla. El sentir como su arma desgarraba la piel o rompía las armas de sus contrincantes solo lo emocionaba más. Haciéndolo entrar en un frenesí sangriento y sádico. Algo que subía su adrenalina. Aumentaba sus sentidos y daba cabida para el placer de la Guerra. Esa bella sensación era algo que hace tanto anhelaba sentir. Y que ahora este dando rienda suelta a su propia violencia. Eso lo hacía uno de sus mejores momentos hasta ahora. Dejando de lado por un momento a su lindo pelirosa (Cosa que no se compara con el fuego de la batalla, pues la sensación en su estomago era algo que siempre le ganaría a alguna buena muerte enemiga).
Su lanza era empuñada de diversas maneras, tantas que parecía una danza macabra. Pues la sangre de los monstruos que alcanzaba a dañar, era algo que la adornaba al igual que al suelo de metal. Su mirada era algo que prometía dolor.
Astral seguía blandiendo su espada como si fuese una extensión de si mismo. Cada corte era preciso. Cada golpe que daba solo era muestra de su fuerza, a pesar de estar debilitandose por el sello debajo del lugar. Sus ojos entrecerrandose era solo para fijar a su nueva víctima. La cual desaparecía momentos después en haces de luz.
Quedando entonces más monstruos detras de él. Los cuales se acercaban en un desfile sin fin. Tomando su baraja. Fue que llamo a casi todos sus números. Los cuales fueron clave para hacerlo llegar hasta donde se encontraba Hotarando. Quien se mantenía atento. Sonriendo ante el escenario que planteó.
-Felicidades has llegado a la meta. ¿Deseas un premio?-Cuestiono con burla al peliblanco. Quien no dio palabra (pues no podía), así que corriendo a una velocidad mayor fue que quiso asestar un golpe directo a su rival. El cual pudo esquivarlo con facilidad. Saltando a otro lado con agilidad. Usando su baston de soporte. Alejándose de esa manera de aquella arma que volvía a ir en su contra.
-Esos no son modales Rey Astral. ¿Acaso nadie le enseñó eso?-Volvio a cuestionar de la misma manera. Burlándose del mencionado, quien volvía a dar una estocada casi certera. Haciéndo retroceder más a su contrincante- No. No. Eso no esta bien. ¿Qué tal si usamos algo de magia para enseñarle buenos modales su Majestad?
Hatorando dio un aplauso antes de que dos sellos azules aparecieran en sus manos. Con los cuales apunto a su rival.
-¡Veamos que tal te sienta estar como tu compañero!-Grito, mientras aquellos sellos brillaban. Haciéndo aparecer otro debajo de Astral. El cual de inmediato le detuvo. Congelando con rapidez. Encerrado en un cristal- ¡Ja! ¡¿Quien es el idiota ahora?!-Exclamo celebrando su pequeña victoria. Y volteando para ver si los números desaparecían para que sus monstruos atacaran al pelinaranja. Fue que un crack se escucho. Atrayendo rápidamente su atención. Molestandose enormemente por lo que vio. Pues aquel hielo yacía esparcido por el suelo. Sin dar señales de su victima.
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Nueve Meses y Un Año [Editando]
FanfictionAstral después de recuperar sus recuerdos, ha hecho viajes al mundo Astral y al mundo Humano. Ha descubierto nuevas habilidades y con ello el amor de su compañero. Ahora, concluido su ultimo viaje al mundo Astral, espera ver de nuevo a Yuma, sin emb...