Caballero de la Avaricia

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Los pobres ciudadanos detenian sus autos a tiempo, estaban claramente disgustados. Pues ir conduciendo en una carretera que además era puente, equivalia a muchos más riesgos. Sobre todo con la cosa extraña que aparecio de la nada en medio de esta.

Personas bajaban con curiosidad y enojo a ver de qué se tratata. Dudaban que fuese alguna publicidad de alguna compañía, pues esa cosa no había si quiera revelado su aspecto. Los pasajeros que acompañaban a los conductores de igual manera bajaban para tratar de ver qué era lo que sucedia.

Un hombre de mediana edad, se acerco a comprobar que era eso. Y gritandole le dijo que se moviera. Gran error.

Pues aquella sombra que se mantenía estática lo tomo por el cuello, y con suma facilidad lo arrojo atraves de las barras de contención. Aquel pobre hombre caía al menos de cincuenta metros de altura.

Su grito escuchandose hasta donde estaba aquella pareja de jovenes en motoneta.

Yuma se tenso solo de escucharlo y pidiendo a Astral que lo ayudara, el mayor solo asintió en respuesta.

Aquel hombre de mediana edad que caía en picada al suelo, de pronto fue deteniendose. Para alivio y fortuna del mismo. Un aura azulada lo cubria, a la vez que ahora lo depositaba con ciudado en el suelo. Ese día aquel hombre creyó, creyó en cielo y la tierra.

Existía un ser divino que lo salvo. Y ahora él estaba consciente de ello.

Junto sus manos a manera de rezo, y con lagrimas en los ojos. Pidió perdon por su vida aquel ser, ese ser puramente divino que le dio una segunda oportunidad.

Las personas que percibieron tan hecho, solo miraban al cielo. ¿Su vista los engañaba? Parecía ser que no, pues aquel hombre solo se mantenía ahí en rezo y a salvo de lo que muchos hubieran dicho era una muerte segura.

Astral con voz serena informo que aquel hombre estaba a salvo. Yuma suspiró, pero de igual manera no dejo de estar alerta. Ambos miraban de nuevo en dirección aquella cosa que se seguía manteniendo inmovil. El mayor trataba de descifrar qué era aquello, Yuma por el contrario pego aun más su cuerpo al de Astral, escondiendo de una extraña manera su vientre, protegiendo de esa manera a su pequeño.

Los conductores entonces al precenciar tal hostilidad. Comenzaron a regresar a sus vehículos, y pisando el acelerador, algunos trataron de traspasarlo, siendo apenas tres que lograron pasar antes de que una pared invisible les impidiera el paso a los demás.

Astral al ver esto, supo lo que tenía que hacer. Alejarse con Yuma, no podía exponer al menor a tal peligro y menos en su estado tan delicado.

-Agárrate fuerte Yuma, tendremos que hacer varias vueltas antes de irnos de aquí-Informo el mayor, a lo que Yuma solo asintió, y en respuesta reforzó su agarre al mayor.

Aquella moto entonces comenzo a volver por donde vino. Astral con audacia esquivaba a todos aquellos curiosos que no alcanzaron a ver nada. Y mencionandoles que no se acercaran, lograron salir por un momento de aquel desastre de carros y personas. Topandose ahora con una carretera en sentido contrario.

Astral entonces comenzo a acelerar, esquivando por poco a los carros que venían en su propio flujo. Estos siendo detenidos más adelante.

Yuma se mantenía tenso ante lo que veian sus ojos. Astral trataba de hacer lo mejor posible para alejarse del lugar de los hechos, hasta qué de la nada aquella sombra resurgió del suelo, a tan solo un par de metros de ellos.

El mayor entonces freno, y haciendo una pequeña acrobacia, pudo evitar colicionar con aquella cosa, que ahora parecía que les miraba con detenimiento. Un rojo carmesí brillante salia de entre tanta oscuridad, fijandose en aquellos jovenes confundidos y alertas.

Nueve Meses y Un Año [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora