El Frabulloso Día

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El Mundo Astral por primera vez en años. Dejaba libre por fin sus puertas abiertas a un portal del Reino Vecino. El cual se alzaba orgulloso entre la frontera. Sus colores calidos y su brillantes como nunca antes vista, prometía maravillas una vez que pasases por el.

Aquella carabana que acompañaba al Rey Astral y a su Embajador, le veían expectantes. Maravillados. Pero con cierto temor en los ojos. Era verdad que ese día sería un hecho histórico para todos. Un hecho tan relevante que jamás se olvidaría ni con el pasar del tiempo. Algo que se quedaría para la inmortalidad del mundo de azules colores. Sin embargo, aun quedaba restos y secuelas de lo que, alguna vez fue.

Batalla tras batalla, lo único que lograron fue hacerlos desconfiar. Tener un enorme cuidado si llegacen a toparselos. Y aunque ellos eran tremendamente fuertes. El miedo era algo que prevalecía en sus corazones.

Astral bajando por un momento del carruaje que lo llevaría a través de aquel portal, observo su panorama. Las caras de sus soldados eran todo un poema para él. Al igual que la mirada de desconfianza de Elifas. Quien se quedaría a cargo junto a Ena durante su ausencia. Los cuales eran los encargados de despedirlos.

Suspirando. Fue entonces que comenzo a notar los colores de su mundo. Azul. Violeta. Blanco. Lila. Tantas variantes que lo hacían ver casi un lugar celestial. Poso su mirada en los mayores que quedaban atras, y sonriendoles fue que decidió hablar.

-Ena, Elifas. Por favor cuiden del Mundo Astral mientras no estoy... Prometo llegar pronto una vez terminemos con nuestros asuntos en el Mundo Varian...

-Mi Señor...-Menciono Ena inclinandose en respeto- Por favor tenga cuidado en su viaje y en sus propósitos. Le estaremos esperando aquí...

-Sí. Muchas gracias a ambos...-Agradecio. E imitando a aquella bella Dama fue que realizo una reverencia. Dejando satisfechos a los antiguos lideres del Mundo Astral- Entonces me retiro...

-Cuidese su Majestad...-Reverencio Elifas al actual monarca. Quien al verle solo le sonrió, asintiendo en el proceso.

-Ustedes también cuidense...-Menciono para después posar su mirada a sus soldados. Quienes le veían como un niño asustado a su padre. Y comprendiendo este sentimiento, fue que les dio unas palabras de apoyo- Recuerden que el día de hoy será un hecho histórico entre los mundos. Ustedes seran el pilar fundamental para que podamos llegar a un acuerdo beneficioso para ambas partes. Saben su deber, y como tal, procuren cumplirlo con devoción y responsabilidad... El Mundo Astral cuenta con ustedes. Al igual que yo... Sean valientes y fieros soldados, pues el día de hoy conoceremos terrenos que han estado prohibidos por más de cientos de años. Su voluntad será la culminación de nuestro propósito y su fe no sera en vano. ¡Sonrian! Que la vida nos ha dado la oportunidad para tener paz y tranquilidad. Así que, ¡Adelante mis soldados! Mostremos la valía de nuestras fuerzas y convicciones. Demostremos al Mundo Varian de lo que somos capaces de hacer si nos tienden la mano... Esto es un nuevo llamado a la paz. Y nosotros es lo que seguiremos...

Aquellos soldados que miraban al principio a su Rey con miedo, justo ahora lo miraban con admiración. ¿Cómo era posible tanta valentía a un reto increiblemente fuerte no cohibiera a su Rey? No lo sabían. Pero eso era justo lo que admiraban de él. Esa fortaleza física y mental para superar ese tipo de pruebas. No por nada había sido uno de los protectores del Mundo Astral cuando peleaban con el Mundo Varian.

Ese Rey que ahora portaba un aire orgulloso y poderoso. Justo ahora se ganaba la confianza absoluta de sus soldados. Los cuales una vez terminaron de escuchar aquellas palabras. Levantaron sus armas mientras sonreían. Dando un grito sonoro que hizo reir al monarca. El cual se mostraba satisfecho ante la respuesta dada.

Nueve Meses y Un Año [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora