La razón de la Paranoia (II)

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Aquel espacio eran tan Bello y Pacífico. Ninguno de los dos quería salir de ahí realmente. Pues el agua chocando con sus cuerpos les producía una sensación de paz que jamás imaginaron sentir en un momento como este. Ambos ahora recostados sobre el suelo. Ligeramente volteados hacia el otro. Viéndose detenidamente, como si en cualquier momento el otro fuese a desaparecer. Sus ropas ahora totalmente empapadas. Las bellas tunicas de Yuma resaltando naturalmente ante las de su amado. Las cuales eran de colores oscuros. El simbolo Varian estampado discretamente en ellas. De esta manera recordandole en dónde es que se encontraba Astral actualmente.

Las manos de ambos buscaron las contrarias. Entrelazando sus dedos con suavidad, dejandolas descansar en el agua. Mientras los anillos que ambos tenían brillaban cual estrellas en el firmamento. Una promesa muda resaltando fervilmente.

Yuma delineaba con su mirada cada facción de Astral. Lentamente y con devoción. Su piel azulada, sus largas pestañas, esa frente combinada con joyas, su nariz respingada, sus labios finos que tanto amaba besar. Sus ojos heterocromicos y su cabello que desafiaba la gravedad, de un color parecido a la nieve pura sin mancillar. Astral sin duda era bello. Etéreo a sus ojos. Y lo más bello que le ha pasado, además de su bebé. Quién se movia contento de sentir levemente a ambos padres contentos.

Astral por su parte hacia lo propio. Observando cada facción de su amado, acariciandolo con su mirada. Comenzando con aquel cabello negro como la noche y sus mechones que osaban desafiar todo lo conocido hasta la fecha. Pasando a su frente, sabiendo ahora el color de su piel. Un bello color canela. Uno tenue. De ahí se encontro con dos bellas joyas de color rubí. Tan brillantes y hermosos como el universo mismo. Sin olvidarse de sus sejas tan pronunciadas o sus pestañas largas y abundantes. Su nariz resaltando naturalmente. Siendo lo que más amaba besar de manera desprevenida. Y por último topandose con un par de bellos labios. Unos carnosos y ligeramente abiertos. Los cuales parecían llamarlo con insistencia a probarlos. A descubrir cosas nuevas y misteriosas.

Sonrió feliz. Terminado sus observaciones de manera tranquila y amable. Volviendo a buscar los ojos de su amado. Quien le veía de la misma manera. Buscando los contrarios. Dorado y blanco se toparon con un lindo rubí. Y entonces, ahora sabían lo que tenían que hacer. Pies una ligera sonrisa se poso en los labios de ambos amantes. Una triste, pero determinada a seguir adelante.

-¿En dónde estamos?-Cuestiono suavemente el menor.

-Es... Un apartado lugar en el espacio... Un... Lugar que es difícil de describir por su complejidad... Pero, podemos decir que tu cetro nos ha permitido este oportuno encuentro...

-...Ya veo...-Menciono el menor, para después acercarse un poco más al mayor-Astral...-Llamo en un susurro- ¿Estas bien?

-...-El mayor asintió en respuesta. Dando un ligero apreton a los dedos contrarios. Moviendo apenas un poco el agua, la cual hizo un sonido tranquilizador- Lo estoy Yuma... Dime, ¿Tú estas bien? ¿Ambos estan bien?

-...-El menor parecio pensarlo un poco antes de asentir- Sí... Al menos por ahora...

-Entiendo...-El mayor dio un suspiro de alivio- En ese caso. ¿Crees que puedas contarme lo que paso?

Yuma asintió de manera lenta. Comenzando a relatar todo aquello que vivió. Lágrimas formandose en sus ojos mientras aquellas palabras salian de sus labios. Hablando topemente una vez el llanto gano. Astral no dudo en tomarle en brazos. Dando caricias a su amado, insitandole a continuar. Mientras su corazón parecía encogerse tan solo al oírlo en tal estado. Terminando al final consolandolo una vez llego al final.

-Crei... Crei... Demaciadas cosas Astral... Todo paso tan rápido que... No se si hice todo lo que pude... Oh Astral... Fue horrible. Y tú no estabas ahí conmigo... Sentí que jamás volvería a verte...-Menciono en sollozos. Mientras el mayor daba besos de vez en vez en el rostro de su prometido. Ayudandolo a calmarse.

Nueve Meses y Un Año [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora