La astucia y la Manipulación Andantes

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Vector aún miraba por la ventana. Distrayendose con casi cualquier cosa que se atravesara a su vista, desde los habitantes astralianos o las extrañas construcciones que conformaban las casas o edificaciones que, se le había dicho eran centros realmente importantes para ellos. Suspirando de vez en vez con el pasar de los minutos. Observando de sollayo cada cierto tiempo a su lindo esposo, quien mantenía una amena charla con el Escrivá y con el asistente. Los cuales se mostraban atentos y cordiales con él. Contandole aún mas sobre lo que III encontraba interedante o consideraba importante. Detallando de paso su itinerario y sobre como presentarse en sociedad. Una realmente que era un reto para él, pues no era desconocido que él era extranjero. Ignorando de esta manera al pelinaranja.

El camino fue largo, al menos para el mayor, pues al llegar a su primer destino III no pudo evitar exaltar un "Vaya, eso fue rápido", lo cual solo hizo aparecer un pequeño tic en el ojo izquierdo del pelinaranja. El cual apenas y era notado por su amado. Esto causandole diversos conflictos internos. Mostrandose con su ligero seño fruncido y sus labios apretados. Realizando lo más parecido a un puchero. Como si fuese un niño enojado. 

El Escrivá y el asistente, bajaron del carruaje, adelantándose como lo ponía el protocolo. Dejándolo atras a los esposos, los cuales se mantenían en silencio al menos hasta que el pelirosa hablo de manera animada.

-¿No te parece maravilloso? Hay tanto que hacer y aprender. ¿No te emociona?-Cuestiono con ojos brillantes. Mirando al contrario. Quien solo suspiro antes de asentir, aun sin cambiar su mueca.

-Sí, por supuesto...

-...-III entonces observo con detenimiento a su amado, percatandose de su semblante un poco decaído, preocupandose inmediatamente por ello- ¿Vector? ¿Cariño estas bien?

El mayor le miro antes de volver a asentir. Esto provocando una mueca extraña en el menor. El cual no se rindió ante lo que veía. Y mirando a los lados como asegurandose que nadie los veía, fue que en un movimiento rápido subio con rapidez al regazo del pelinaranja, sacandolo de su ensoñación. Los colores de pronto subiendose a sus mejillas. Mientras su boca era tapada por las gentiles manos del pelirosa. El cual sonreía como un niño haciendo una travesura. Colocando uno de sus dedos sutilmente en sus propios labios con ayuda de su otra mano. Haciendo un gesto de silencio.

Vector no sabía exactamente que hacer. Si debía mover a su amado o solo dejarle hacer algo que no sabía que era. Debatiendose entre su deber impuesto o sus deseos. Cerrando sus ojos con fuerza al sentir como la mano de su boca era removida con suavidad, reemplazandola con los delicados labios del pelirosa. Quien sonreía con leve burla al ver tan nervioso a su marido. Separandose momentos después para hablarle en susurro.

-¿Pasa algo malo Vector? Te noto decaído...

-...-El mencionado se negaba a abrir sus ojos, pues sabía sería su debilidad. Así que negando fue que respondió- No. No. No me pasa nada... Solo...

-¿Solo?-Insistio el pelirosa antes de acercarse a dar un leve beso en el oido del mayor. Causandole un escalofrío. Obligandolo a abrir los ojos.

-S-Solo estoy aburrido es todo... ¡No me pasa nada! ¡Estoy bien!... Michael...-Llamo al menor, quien sonrió en respuesta. Complacido al notar la excusa del otro. Pues sabía de antemano que el pelonaranja odiaba todo lo que tuviese que ver con política o similares. Eso y las miradas ocasionales que pudo sentir en su persona todo el trayecto.

-Esta bien... Entiendo... Pero-Hablo, volviendo a acercarse a su marido, tomandolo gentilmente de su cuello con sus brazos. Depositando un beso lento y consolador. Separandose al sentir la falta de aire- ¿No puedes esforzarte un poco? ¿Aunque sea por mí?

Nueve Meses y Un Año [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora