El presagio del Rojo y el Blanco

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El baritono bajo que III escuchó al llegar, fue lo más bello que pudo encontrar antes de que la puerta del carruaje se abriera por completo en atención a la celebración. El rojo siendo recibido por sus retinas antes de que pudiese observar por completo una vez más el Mundo Varian.

Las cedas que adornaban los hogares así como las vestimentas de los ciudadanos, era sin duda a juego con todo lo que estaba ocurriendo. Exquisitamente todo bien orquestado solo para este momento. Aludiendo a la vida que ahora sabía llevaba en el vientre. Siendo casi adorado solo por cargarla y prontamente darla a luz. Las flores carmesí siéndo lanzadas poco después, desprendiendo los pétalos de la mayoría, fue un ultimátum en la primera ceremonia para dar un bello recibimiento a los protagonistas.

Vector, así como era. Su porte estaba derramando orgullo y superioridad, aunque, no de la típica forma, había algo más que ocurria en su postura. Algo, noble. Mágico. Casi extraño en él. Sin embargo, todos sabían porqué y no había más manera que respresentarse así mismo que esa. Llevando elegantemente de la mano a su adorado esposo en cinta. Quien resaltaba aún mas en el bello conjunto escogido a propósito para la ocasión.

Las joyas del Mundo Astral resaltando naturalmente ante la calides de los colores percibidos. El azul cielo y profundo de su collar luciendo a juego con el que había sido regalado con anterioridad por Vector. Haciendo resaltar el verde esmeranda de la misma, así como la mirada del portador. Un velo rojo de la tela más fina y bordada por las manos mas hábiles. Adornaban el bello rostro que se alcanzaba a percibir sin problema, las túnicas blancas naturales del Mundo Astral combinadas con las rojas ceremoniales del Mundo Varian, solo dando el último toque ante el andar suave y elegante del Embajador. De alguna forma luciendo como un bello ángel a un lado de su esposo. Quien de igual manera portaba orgulloso su uniforme de Emperador.

Sus alas negras y adornadas con las más hermosas joyas dando un toque digno merecerdor de tal titulo. La apariencia humana combinandose perfectamente con las tunicas blancas y rojas que también portaba. Una capa pequeña pero mediantemente larga, era lo que cubría su hombro derecho. La tela dejandose caer naturalmente a la mitad de su cuerpo. Dando la apariencia de un noble Rey. Algo que, en su momento Ryoga añadió, subiendo el ego de Vector por error a limites insospechados.

Los petalos así como el rojo siendo su camino hasta el Palacio Varian, en donde fueron recibidos con los más grandes elogios y recibimientos altos de la realeza y su estatus. Ryoga y Durbe siendo, en su papel, los Regentes encargados de escoltarlos por si mismos hasta el interior del Castilllo. Todo ello a sabiendas que tanto en el Mundo Astral,  así como en la Tierra era visto por los demás. Apenas esto dandoles el animo suficiente para seguir con el protocolo.

Las puertas negras y detalladas del lugar abriéndose a los recien llegados, siendo lo suficiente para la ceremonia a continuación. Las baldosas naranjas, resaltando el compas del caminar de los involucrados, así como el camino natural a la enorme estructura. En donde, el primero en acercarse fue Ryoga. Tendiendo su mano al embarazado para guiarle. Su voz sonando imponente y ligeramente ronca, pero sin perder la amabilidad que le caracterizaba.

-Me honra que hayan regresado en las más óptimas condiciones y sin demora a este, su humilde hogar. Me parece que incluso más felices que antes... -Shark hizo una pausa en lo que III se inclinaba en respeto, siendo seguido de Vector, tomando la mano dada poco después- Mis más sinceras felicitaciones, en este día que quedara marcado para siempre en el calendario solar Varian. Señalando este momento historico que ustedes nos han dado la oportunidad de vivir. Que la gloria y la abundancia siempre este en sus tierras, en su vida, y en sus corazones. Yo, el Rey Ryoga, doy la más sincera bienvenida a ambos y al ser que les acompaña.

-Me honra que el Rey mismo y el Reina nos reconozcan- Fue la melodiosa voz de III, que hizo avanzar aquel ritual. Inclinandose una vez más ante el saludo. Comenzando a caminar tomado del brazo de Ryoga hasta el interior del Palacio. Dejando entonces la atención a Vector. Quien, de manera elegante, se inclino para recibir una vez más a Durbe. Quien imito el gesto en un movimiento un poco más modesto. Justo como lo indicaba el protocolo, dejando que el embarazado siguiese su camino para descansar. Esta vez, la voz de Durbe alzandose de manera suave y autoritaria.

Nueve Meses y Un Año [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora