III, que había vivido tantas cosas. Que había vivido tantas experiencias y pasado demaciados sucesos que podían dejar congelados incluso a las mentes más fuertes. Superado los incontables obstaculos que en algun momento le abrumaron. Por primera vez, en todo lo que llevaba de su vida. Grandiosa y espectacularmente, algo ajeno a él había podido noquearlo en menos de lo que se espero.
No era nada catastrófico. No era un Rey malvado que quería conquistar el mundo. No era su padre niño queriendo matar a todos. Mucho menos era su esposo queriendo molestar a diestra y siniestra a su rival. No.
Esas habían pasado a ser cosas tribales. Insignificantes. Algo que se vive todos los días, con lo que era usual desayunar antes de tomar su disco de duelo, sus cartas, su espada, su D-Gazer, y el poder de su sello. Eso y dar unos buenos días a su amado que siempre le esperaba con paciencia cada mañana antes de seguir con sus deberes. Ambos acompañandose en los retos y la cotidianidad como un rito religioso.
Ningún día era diferente al otro en ese sentido. Ninguno. Que quede remarcado.
Al menos hasta ahora. En donde su dolor de cabeza y punzadas no le dejaban procesar aquello salido de los labios que más amaba besar y que pasaban casi a ser algo desconocido en menos de un minuto.
Y es que, a su defensa. ¡Eso era imposible! Una mala broma que su lindo Emperador se empeño en hacer.
Su mente entonces comenzó a girar. Quizá era que supo de su malestar y quería animarlo con una mala broma. Sí, eso explicaría el por que las risas de Kaito se escuchaban en el pasillo. Ambos habían colaborado en algo tan... Debía decirlo, tonto.
Por que esa era la explicación. Esa debía ser. No importaba como lo tomara y le mirara. ¡Pues lo que se dijo, no debía suceder! ¡Era imposible! ¡Era hombre por el amor de Dios!
Era antinatural. Contra la naturaleza. Algo que era ajeno a él. ¡Y esa debería ser su lógica!
¡Por qué no había manera! ¡No la había!
A menos que...
Sus ojos volvieron a encontrarse con los de su esposo. Encontrando algo más que una enorme felicidad y miedo combinados. El brillo reluciente pasando a ser algo casi, ilusorio. Hermoso, y... Amoroso. Era como si de pronto se viera en un estanque de agua tan clara y pura que irradiaba tantos colores como la belleza que eran los rayos del sol revoloteando en el líquido que le iluminaba de manera casi sagrada y perfecta.
Indescriptible era lo correcto. Tan sublime que de inmediato abrio una grieta en su incredulidad. Convocando un recuerdo que él consideraba había enterrado en lo más profundo de su mente. Algo que en su momento tacho como un tema más. Como algo que jamás le iba a ocurrir al menos que hiciera algo al respecto. Que pidiera ayuda para que aquello que imaginaba y soñaba pasara a ser realidad.
La vos de Astral sonando en su cabeza casi en una sutil burla y anticipación. Las palabras comenzando a parecerle cuerdas una vez las analizo y las proceso. Su boca que saboreaba el acido natural de la bilis, pasando a saborear y tragar aquellas palabras que le parecían el más impresionante festin que alguna vez en su alocada mente deseo probar y tocar con sus dedos.
El sonido de cada silaba taladrando sus oídos hasta que lograron meterse a su cerebro.
"No hay una razón específica del porqué Yuma esta embarazado, es más como, la Unión de un ser humano y un ser Astral. No sabes que puede salir de eso. Es más parecido a un milagro. Me imagino que debe ser lo mismo con los seres Varian. Quizá hasta haya un futuro para que nuevas razas nazcan, ¿Tu que opinas III?"
Aquellas palabras calando profundo una vez recibió el abrazo de su pelinaranja. Su hombro sintiendo la humedad de las lágrimas, lágrimas que no sabía también estaban derramando sus ojos. Mientras su rostro cambiaba de la incredulidad a la negación y de ahí a la aceptación.
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Nueve Meses y Un Año [Editando]
FanfictionAstral después de recuperar sus recuerdos, ha hecho viajes al mundo Astral y al mundo Humano. Ha descubierto nuevas habilidades y con ello el amor de su compañero. Ahora, concluido su ultimo viaje al mundo Astral, espera ver de nuevo a Yuma, sin emb...