Ganancia y Perdida: Christopher Arclight...

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El agua aún se amontonaba en sus oídos. El sonido resultante apenas y podía apreciarse por la profundidad y por la velocidad de sus movimientos. Los cuales eran sumamente más precisos que antes, cortando y desenvainando su espada cada vez que los tentáculos oscuros se avanzaban a él dentro de lo que él pudo definir fue un patrón, un ciclo que pasaban a cumplir mientras nacían más nuevos tentáculos y desaparecían otros por su causa. Sus movimientos erráticos y veloces convirtiéndose en poco más que un reto para él. Pudiendo observar con detenimiento como es que la mitad de las estalagmitas comenzaban a desaparecer para ser absorbidas por sus compañeras, tratando de mantener el mismo poder antes de que un par de grietas aparecieran en ellas. Incapaces de transferir el poder positivo con éxito, y por ende dejar de consumir su energía. La cual volvía poco a poco. Pero aun sin ser suficiente para poder conjurar de nuevo algún hechizo que le permitiera salir a la superficie a tomar un poco de aire. El conteo en su cabeza volviendo a escucharse mientras se movía magistralmente de un lado a otro en busca de realizar lo que fue su tarea, apenas consciente de cómo es que su espada comenzaba a brillar levemente, tan tenue que pasaba inadvertido. No distrayéndolo de la batalla a la que se enfrentaba.

Colocándose atento mientras volvía a acercarse hasta su objetivo. Las cartas de Don Milenario brillando en lo que parecían ser ya invocaciones, un sello pequeño dentro de ellas viéndose claramente mientras más se acercaba. Dejándolo estupefacto al percatarse de lo que estaban realizando, un par de siluetas apareciendo un poco después. Confirmando lo que pensaba, provocando una ira naciente en él como una desesperación que apenas pudo obtener, sus ojos abriéndose por un momento antes de entrecerrarlos. Dejando ver un reflejo frío y áspero. Mortal siendo la mejor definición. Sentimiento que fue redireccionando hasta la matriz en donde los tentáculos nacían, levantando su espada antes de arrojarla con fuerza.

El brillo del metal como su filo atravesando sin piedad el agua como algunos tentáculos que se colocaron de escudo, manchando la misma de lo que parecía ser sangre oscura y viscosa, logrando que Astral frunciera su seño mientras esperaba a que su ataque diera efecto. Su espada llegando después hasta el centro de aquella matriz que brillo más intensamente en respuesta. Desplegando tantos tentáculos como podía para arrojarse hasta su víctima. Tomando sus brazos como su cuerpo en total merced a la vez que comenzaban a arrastrarlo hasta su origen, apretando poco a poco su cuello como su torso, obligándolo a soltar el aire en ellos. Esperando con ello aquella espada que continuaba en el centro de la matriz desapareciera o en su defecto se destruyera. Fallando miserablemente ante los tentáculos que querían tomarla. Su oscuridad siendo rechazada naturalmente por el metal. El cual irradio magia condensada en electricidad para comenzar a romper aquella matriz que brillo aún más en un rojo sangre. Tratando de impedir su destrucción, apenas funcionando cuando la consciencia de Astral vacilo, solo para que la espada brillará un poco más por su cuenta. Acelerando aquel proceso. Logrando que un crack, subiera hasta los oídos del peliblanco. Aquello sonando tan dulce como jamás pudo pensar. Sintiendo después como es que aquellos tentáculos pasaban a dejarle en paz. Resbalando por su cuerpo mientras él llegaba hasta la arena del suelo. Observando de soslayo como es que los tentáculos eran purificados antes de ser destruidos.

La matriz siendo la que desapareció después en destellos, lo que dejo a Astral casi en penumbra. Las cartas de Don Milenario pasando a ser las que brillaban mientras su consciencia desaparecía lentamente. El agua entrando a sus pulmones por si nariz y boca, la cual abrió por reflejo en busca de aquel aire que le hacía falta, dificultando su tarea. Ahogándolo sin piedad, al menos hasta que su espada brillo intensamente, llamando su atención. Estirando su mano para tomarla, aun sabiendo que estaba a metros de él. Fallando una vez su visión paso a ser borrosa, deteniendo sus acciones antes de que, de la nada. Su espada volara hasta su mano extendida. El mango de la misma golpeando su palma en un golpe ligero, mientras ayudaba a hacerle reaccionar un poco más. Su brillo pareciendo ser suficiente para que Astral pudiera escuchar una voz en su cabeza. La cual, pudo reconocer al instante. Un golpe en su corazón sonando hasta sus oídos para mantenerlo ahí. Sus ojos dejando salir un par de lágrimas, las cuales flotaron en dirección a la superficie, perdiéndose en la inmensidad del mar. Animándolo inevitablemente.

Nueve Meses y Un Año [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora