¿Cuánto tiempo ya había escuchado a su padre llorar? A decir verdad no lo sabía con exactitud. Solo recuerda haberse acercado, y de ahí colocar una mano en su hombro. Minutos pasaron de eso. Así que en un cierto momento paso a sentarse junto a él. Tratando de alguna manera animarlo, aun que sea un poco. Aunque sabía que eso iba a ser difícil. Muy difícil. Pues acaba de recuperar algo... Y acaba de perderlo de una manera cruel.
¿Aunque de verdad lo perdió todo? ¿De verdad estaba solo? La respuesta era no. Solo él tenía que mirarse a si mismo antes de contestar. Él seguía estando ahí. De alguna manera extraña para el otro. Es verdad que le causaba incomodidad todo esto. Pues él apenas acaba de recordar un poco más sobre sus padres, pero tampoco solo podía darle la espalda a todo eso. Mucho menos a un ser que le cuido tanto como pudo antes de convertirlo en un arma. Así que, ¿Realmente podía culparlo? ¿Realmente podía mirar de manera despectiva a ese hombre que se estaba desmoronando? La respuesta seguía siendo la misma. No. No podía hacer aquello que resultará ser tan cruel de su parte.
Una sonrisa chueca se poso en sus labios. Vaya que tenía un corazón demaciado noble incluso cuando él estaba sufriendo. ¿A quién se deberá eso? Una imágen de un Yuma sonriendo era la culpable. Sin duda era increible. Yuma era maravilloso. Milagroso. Hn. Ahora que lo piensa. Los humanos de hecho son maravillosos. Hay tantos. De tanta índole diferente que hace un mundo sorprendente. Y eso los hace dignos de ser amados. Justo como su raza. Los reser Astrales. Había tantos y de tanta índole que era toda una aventura hablar con ellos.
Poso su mirada una vez más al hombre junto a él. Se veía realmente frágil. Cansado. Derrotado. Un leve temblor delataba su miedo. Vaya que iba a ser difícil para ambos. Dio un suspiro más antes de volver a pararse, estirando un poco sus piernas, fue que se acerco de frente a su padre. Quien apenas reaccionaba. Mirándole de manera dolida, como si no supiese distinguir la realidad de la fantasía.
Astral se vio reflejado en esos ojos, a la vez que Elifas se veía así mismo en los contrarios. Tan iguales. Tan diferentes al mismo tiempo. Entonces, contra todo pronóstico. Fue que Astral paso a avalanzarse al otro. Envolviendolo en una abrazo torpe. Uno incómodo. Pero... Con una calidez inigualable. Ese era el primer reencuentro verdadero de padre e hijo.
Elifas paso a cerrar sus ojos. Estaba realmente cansado. Muy cansado. Dolido. Angustiado. Se sentía debil ante tantas emociones que iban y venían en él. Tantas emociones que yacían antes dormidas y que ahora depertaban como un fuego abrazador sobre su pecho y alma. Pero alcanzando a comprender lo que su hijo estaba tratando de hacer. Fue que le correspondió aquel abrazo. Acercandolo un poco más a él.
¿De verdad estaba solo? El movimiento leve de la respiración de su primogénito le decía que no. No lo estaba totalmente. Más lágrimas salieron. Tantas que pasaron a empapar el hombro contrario. El cual no menciono nada. Ni tampoco dijo nada. Esto era necesario. Esto era algo que debió haberse hecho desde un principio. Pero que hasta ahora se daba lugar. Cientos de años después. Haciéndo un Eco en el pasado. En el presente y un poco más en el futuro. Los sentimientos eran difíciles. Mucho. Pero... Elifas sabía que ahora tenía a Astral.
Ese fruto de amor que alguna vez nació entre Aren y él. Su mayor tesoro, dejando de lado el Reino en su totalidad. El volvía a tener algo que de verdad le importaba en sus brazos. Y eso, después de un tiempo. Le volvía hacer sonreir. Dolido, triste. Pero sonriendo al fin y al cabo. ¿Todo pasaría a estar bien de ahora en adelante? Lo dudaba, mucho. Sin embargo, ahora sabía que al menos una parte de su alma, de su corazón, de alguna manera llego a su lado. Dicen que la sangre siempre llama. ¿Acaso fue eso? La verdad no sabía a que se debía. Pero agradecía al cielo, la tierra, y a los mares por permitirle que este momento surgiera. Para que el pasado encontrara un porqué. Y también un camino.
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Nueve Meses y Un Año [Editando]
Hayran KurguAstral después de recuperar sus recuerdos, ha hecho viajes al mundo Astral y al mundo Humano. Ha descubierto nuevas habilidades y con ello el amor de su compañero. Ahora, concluido su ultimo viaje al mundo Astral, espera ver de nuevo a Yuma, sin emb...