¡Que Brillen los Lazos!

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Durbe siempre supo que cargar con un peso de más en tus hombros era una carga inigualable. Era algo que incluso podía llegar a consumir tu día a día sin si quiera darte cuenta. Aunque, sabía bien, había distintas cargas, por ejemplo la que mantenía su pareja con el Reino. Esa era una carga pesada, sin embargo muy contrario de lo que muchos creían, eso era algo que le daba vida a él. No había quejas realmente, sí estaba el odioso papeleo, pero de ahí en más, una sonrisa siempre le acompaño. Incluso en los momentos más difíciles una vez termino la Guerra.

Pero ahora, la información que le compartía era... Sin ninguna duda un peso extra no solo en sus hombros. Sino también de quienes lo supieron. ¿Cómo es que Yuma podía seguir sonriendo sabiendo eso? ¿Cómo es que Astral no había hecho una locura ante la magnitud de aquello? Tan solo él ya hubiese hecho y desecho el Reino Varian en busca de respuestas. Pero entonces, ¿Cómo es que seguían en pie? ¿Cómo es que lograban canalizar todo ello? Tantas preguntas, tan pocas respuestas. Aunque pensandolo mejor. ¿Por qué ahora? ¿Por qué justo ahora que ya se mantenían en paz? ¿Qué había detras de todo ello?

Su mirada paso a Shark. El cual solo nego. Un semblante triste era lo que se notaba en él. Durbe entonces comprendió lo que cargaba su amado sin darse cuenta. Aquello era realmente, a su punto de vista, una terrible noticia. Algo que se volvía inaudito. Algo que no debió pasar. Algo que realmente le estaba costando procesar. Suspirando fue entonces que hablo, cansado y en un leve tono de voz.

-¿Esto es real? ¿Lo que me dices es verdad?-Shark sonrió un poco antes de asentir. Volviendo a tomar a su pareja en brazos. Dando leves caricias a la desnuda espalda.

-Sí. Lo es...

-No es justo...-Susurro el menor, antes de acurrucarse de manera incómoda en le pecho del mayor- ¿Cómo es que pueden seguir sonriendo y apoyandonos con eso a cuestas?...-Shark supo que se refería a ese par de amigos. Gobernantes del Mundo Astral.

-No lo sé... Pero, hay algo que sí se sobre ellos...

-¿Y es?...

-Ellos no van a rendirse ante algo así... De alguna manera, encontrarán la solución a todo este asunto... Son fuertes, mucho más de lo que ellos mismos llegarían a pensar...

-...-Durbe pareció entenderlo. Al menos superficialmente. Pues aún le quedaban vestigios de lo malo que puede llegar a ser. Aún con su optimismo, a veces lo malo puede llegar a ganarle realmente sin darse cuenta- Aún así... Me preocupan...

-Sí... También a mí... Debo admitir que eso es lo que no me deja en paz... La noticia puedo procesarla, pero... La seguridad de ellos no... Confío en ambos, pero... Aun como amigo y compañero no puedo evitar pensar en todo lo que estan pasando, ni si quiera puedo olvidarme por un momento que estan en espera de su primer hijo o hija... El panorama es... Malo...

Durbe asintió. Comprendiendo en su totalidad los sentimientos de su amado. Así que subiendo un poco más al mayor, fue que otorgo un beso. Uno suave, delicado, cariñoso. Muchas cosas implicandose de pronto. Amor. Apoyo. Calidez. Empatía. Tolerancia. Esperanza. De alguna manera consiguió tranquilizarse y calmar al contrario. Al final mirandose a los ojos fue que ambos tomaron una decisión respecto a ello.

-Les apoyaremos... Sin importar qué, ¿Verdad Ryoga?-Cuestiono el menor. Pasando sus brazos por el cuello del mencionado, acercandolo a él.

-Sí... Sin ninguna duda-Respondio el mencionado. Guardando esa promesa en su corazón y mente. Correspondiendo el beso que el peligris comenzaba a dar. De alguna manera apoyándose mutuamente. Separandose momentos después. Recargando sus frentes en contra de la otra. Respirando de manera lenta.

-¿Ryoga?...-Llamo una vez más el menor.

-Sí...

-¿Cuándo les diremos a los demás?-Cuestiono sin miramientos. A lo que el mayor solo dio una leve risa. Durbe siempre era directo.

Nueve Meses y Un Año [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora