El Despertar: Aren...

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¿Qué era lo que estaba haciendo? ¿Qué es lo que pasaba? ¿Por qué a su mente llegaban terribles imágenes? ¿Por qué en su boca resistía un sabor realmente amargo? Su cabeza daba vueltas. Tantas que incluso apoyo sus manos en el duro suelo. Su bilis subiendo por su garganta, pasa ser retenida con éxito en la misma. El dolor que provocaba el ácido de su estómago apenas dejándole respirar. Parecía que sufría toda una agonía. Sus movimientos eran torpes y su coordinación no era buena. Era como si hubiese salido de lo profundo del mar después de mucho tiempo. Un sueño tan largo que afecto su capacidad mental y física. Sus oídos llenándose de extraños sonidos que después pudo distinguir era el choque de metales. Un golpe tras otro en una serie consecutiva que consiguió llamar su atención. Redirigiendo su mente a lo que ocurría a tan solo unos metros de él. En donde los Guerreros que se encargaron de protegerlo peleaban en contra de lo que era su propio hermano.

La imagen obtenida de ella, calando profundamente cuando pudo notar como es que una oscuridad irradiaba libremente del cuerpo de su mejor Guerrero. El cual, con mirada perdida peleaba hasta el cansancio. Devolviendo tantos golpes como podía mientras que los hechizos resultantes eran reflejados gracias a su habilidad. Derribando a sus contrincantes para luego comenzar la lucha una vez más. Los Guerreros consiguiendo pararse rápidamente antes de volver a arremeter en su contra. Levantándose sus espadas como el resonar del látigo de Ema. La cual era la única que se mantenía al tanto de él. Mirándole de vez en vez como si no creyera algo solo para seguir en batalla. Causándole una ligera impresión acerca de lo que sucedía.

La mente de Aren llenándose aún más de imágenes que le resultaron vagas pero familiares. Entre las que destacaron duelos, confrontaciones o incluso muertes. Cada uno más horrible que el anterior. Consiguiendo que su corazón se llenara de una angustia como de una desesperación ferviente que creció una vez observo a su alrededor. Percatándose de que, a solo un par de metros de él. Un chico de cabello blanco estaba recostado en el suelo. Mientras su traje bellamente blanco se manchaba de lo que parecía ser sangre dorada. La cual, de inmediato supo que era perteneciente a su familia. Esto llenándolo de dudas como de temor al percibir como es que un chico más, de cabello naranja y apariencia de Neran le tomaba para comenzar a revisarle. Negando antes de que usara su magia para tratar de sanarlo como lo hacía Ema. Revelando el rostro de su acompañante en el proceso. Consiguiendo que un vuelco atacara el corazón de Aren. Quien rápidamente pudo reconocerlo.

Apreciando sus joyas naturales en su cuerpo como el color tan bello del azul cielo en su piel. Su cabello que ahora era corto y en dirección opuesta a la gravedad. Solo un nombre pudo presentarse en su mente. Sus labios traicionando su silencio cuando le llamaron. En un tono anhelante y gentil. Confundido y triste a partes iguales. Obteniendo que el pelinaranja le observara detenidamente para después apuntar con su guadaña en un gesto de advertencia hacia él, en busca de proteger a su amigo. El cual comenzaba a recuperarse lentamente. Sus ojos heterocromos abriéndose lentamente para iniciar a analizar su situación.

-Astral...

-¡No te acerques! ¡No permitiré que sigas en tu estúpido juego Don Milenario! ¡Prometí que quien le quitaría la vida sería yo, no tú! ¡Así que aléjate! -Exclamo Vector. Su mirada demostrando su furia como su desesperación. Apenas conteniendo su enojo por Astral. El cual le observo sorprendido antes de mirar a la dirección que veía. Topándose con una imagen que le descoloco totalmente. Impresionándose de encontrar la viva imagen del Reina anterior al Mundo Astral. Ajeno a todo lo que acontecía. Sus ropas como su corona no concordando ante la batalla que aún se vivía.

-¿Quién eres tú? ¿Qué haces...? ¿Por qué Astral...? -Ciertamente Aren cuestiono. Más, apenas y sabía dirigir sus preguntas. Viviendo tantas emociones y sucesos a la vez que solo le confundían más y más. Desconcertándolo por completo.

Nueve Meses y Un Año [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora