Vector y III, Rumbo a un Futuro

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La vida a veces era impredecible y llena de muchas dudas y respuestas, inmersa en un sinfín de aventuras y demás cuestiones que la hacían parecer noble o difícil, su notable inestabilidad y variante existir era lo que mas hacia temblar a algunas personas o emocionar a otras. Así de sensible era esa efímera posibilidad del universo naciente para probar la luz y la esperanza de seres que apenas eran conscientes de sí mismos.

Si lo meditaba bien podría ser risorio, absurdo y lo mas maravilloso que alguna vez pudo creer. Aun si él, Vector, estaba colgando de cabeza en la sala de estar de los Arclight con algunas quemaduras medianamente graves en su cuerpo y su chamuscado cabello. Mientras III alegaba algo que no alcanzaba a comprender, pues los movimientos y gestos que lograba hacer, era suficiente para aturdirlo de muchas maneras. Aunque, debía ser sincero, la paliza que recibió por parte de la cabeza de la familia Arclight, Byron mejor conocido como Tron, también había hecho sus propios estragos en él.

Su visión borrosa y su aturdimiento lo confirmaban. Eso y el vago recuerdo de su grito antes de caer sin mas a lo que parecía ser lava. (Aun no estaba tan seguro de esa afirmación). Para después notar como es que una mancha borrosa blanca le sostuvo para, por consiguiente, arrojarlo con fuerza a través de un par de rocas que dejaron zumbando sus oídos un buen lapso de tiempo; un par de manos fue lo siguiente que sintió, las cuales le tomaron como un vil saco de papas antes de que Byron lo volviese a tomar y atar ahora esta vez en la sala de estar, en donde sus sentidos volvieron a vibrar gracias a un muy preocupado y exaltado III.

Quien, volviendo a la escena, seguía alegando sin parar. Moviendo sus manos de arriba a bajo en un gesto enojado y conmocionado. El llanto viniendo después, siendo lo suficientemente poderoso como para hacer trastabillar un momento a Byron, el cual, con un par de ademanes y su sonoro suspiro, bajo el arma que desde un inicio siempre el apunto directamente al pecho, el filo escuchándose a sus espaldas, suponía que era los hermanos faltantes que por ahora no podía ver y mucho menos (aterradoramente), escuchar. De pronto sintiéndose abrumado por ser el centro de atención aun cuando su preocupación era y siempre fue para su esposo.

Debía tener ahora lo suficientemente presente de que su pelirosa estaba esperando a su futuro hijo o hija, y ciertamente no debía escatimar en esfuerzos que no valían la pena con él. Ya se curaría después, el chicle se lo dijo una vez: Hierva mala nunca muere, y él era la hierva mas mala que podías encontrar, debía admitir que estaba feliz de ese hecho.

Su mejor rival le había dicho casi que era inmortal.

"De nada" fue su contestación en el momento. Después de otorgar un buen golpe al hombro al otro. Recuera haberse escondido atrás de Yuma momentos mas adelante, mientras le mostraba un gesto burlón al otro.

Ah, que buen compañero que era él. Aseguraba que todos bien podían querer tenerlo en sus filas. Era tan carismático. Aunque, aun con buenas cosas sobre él, aun no sabía exactamente la razón del odio de su suegro. Podía ser su belleza, así que no podía culparlo por nacer feo... y tonto. Pero debía agradecer que hizo un buen trabajo con su esposo. ¡III era la mayor fuente de hermosura y gracilidad que alguien pudiera desear tener, aunque sea un poco en su vida! Sin duda era afortunado. Muy afortunado, aun cuando su cuerpo fue dejado caer sin mas al suelo una vez su amado consiguió su libertad.

Un suspiro escapo de sus labios. No sabe si fue de alivio o de amor, pero estaba seguro de que estaba bien ahora, pues los gentiles brazos de su amado fue lo suficientemente poderoso como para distraerlo totalmente de lo que ocurría alrededor, en donde cada miembro de la familia Arclight le apuntaba discretamente con un arma de fuego a su entrepierna. Siendo el mas obvio, la cabeza de familia. El cual ahora estaba a un lado de Astral en su forma humana y Kaito, quien sostenía una cámara para tal momento. Revisando cada tanto las grabaciones a la máxima calidad posible.

Nueve Meses y Un Año [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora